El espectáculo comienza

1031 Words
Me citó en un restaurante en el centro de la ciudad. Era un lugar lujoso y la mesa a la que me escoltó el mesero, estaba situada en un área muy privada del edificio. Jonatan estaba sentado y en cuanto me vio, se levantó, en un acto de caballerosidad retiró la silla en la que me sentaría. -Un cognac Ferrand y para la señorita un jugo de fruta de temporada ― le habló con mucha seguridad al mesero, quien de inmediato se alejó para traer la orden. Me mantuve observándolo atenta y curiosa, me trataba como una niña, tal cual hacía mi padre, aun y cuando él sólo era mayor que yo por 8 años; y al parecer sabía ciertas cosas de mí, porque yo no tomaba alcohol. -Puedo ver que tienes muchas preguntas, pero por el momento sólo responderé las que considere prudente ― me dijo serio y seguro. -¿Por qué yo? Puedes casarte con cualquier persona, ¿por qué me lo propones a mí? ―Pertenecía a la familia Duran, ese apellido era reconocido, cualquier mujer estaría interesada en formar parte de ella; por eso para mí era una de las principales preguntas. -Porque eres un buen partido en todos los aspectos ― mientras respondía se dibujó su sonrisa, con una actitud divertida y complacida. ―Eres hermosa y provienes de una familia con renombre y prestigio; además del punto más importante para mí, eres la exnovia de Mauricio, al cuál aún amas y como esto sólo será una farsa, el que no haya amor entre nosotros lo facilitará ― el mesero llegó con las bebidas, y Jonatan le avisó que él lo llamaría cuando necesitáramos ordenar algo más. Guardé silencio un momento, tomé mi bebida ordenando mis ideas. Jonatan me veía condescendiente, y espero paciente hasta que volví a hablar. -Bien, hablemos de negocios entonces ― cambié mi postura, tal como había observado a mi padre hacerlo ciento de veces. ―El matrimonio será bajo un contrato, existen demandas que deseo sean cumplidas ― lo vi cambiar de posición y su sonrisa cambió. -Debo confesar que te subestimé, también eres inteligente. Nos reuniremos con mi abogado, permíteme llamarlo ― se levantó de la mesa a realizar la llamada, mientras yo terminaba mi jugo. Regresó unos minutos después, informándome que tardaría en llegar 20 minutos, los cuales pasamos comiendo en absoluto silencio. El abogado llegó y entonces comenzamos a hablar de las cláusulas. -El matrimonio durará un año; te encargarás de todos mis gastos; no habrá sexo, así que no me importa con quién lo tengas, sólo te pido que no sea en la casa que compartiremos ni que haya un escándalo por alguna de tus aventuras, ya que tengo que seguir cuidando el prestigio de mi familia ― ese último comentario le molestó, lo supe porque hizo una mueca por unos segundos. ―Obviamente dormiremos en habitaciones separadas, pero fuera de casa seré la esposa perfecta que cualquier hombre envidiaría ― dije directa, segura y sin titubear. El abogado me miró incrédulo y sorprendido, pasó su mirada a Jonatan, quien mantuvo una sonrisa frívola en su rostro y sus ojos fijos en mí. -Esto debe durar mínimo dos años, fuera de eso estoy de acuerdo con tus demandas. Obviamente nos casaremos por bienes separados y la ceremonia debe ser antes de que termine diciembre ― poco más de un mes para casarnos, eso me sorprendió; pero eso sería algo que tendría que descubrir después. Pasamos varias horas arreglando el contrato, el abogado me hizo leerlo en varias ocasiones y realizamos varias modificaciones. Pero a Jonatan parecía no importarle, fuera de las condiciones que ya había mencionado y que deberíamos parecer ante todos como una pareja feliz, no agregó nada más. Mi celular sonó, era mi padre. ―Alondra, ¿dónde estás? ¿Sabes la hora qué es? ―Papá sonaba preocupado y fijé mi mirada en Jonatán. El espectáculo debía comenzar. -Lo siento papá, estoy con Jonatán en un restaurante, no me di cuenta de la hora ―Jonatán me veía con una sonrisa sagaz. ―Él me va a llevar a casa ― agregué. -Ya regresa, por favor ― escuché la voz de papá pedir. -Sí papá, te amo ― y terminé la llamada. Firmamos el contrato, el abogado me entregaría una copia al día siguiente, nos depedimos de él y nosotros salimos hacia mi casa. No hablamos en todo el trayecto; cuando llegamos, abrí la puerta del coche, pero me detuvo por el otro brazo y me pidió que aguardara. Bajó del auto, lo rodeó y me ayudó a salir del mismo. -¿Cuándo quieres que demos la noticia? ―Preguntó sin miramientos, mientras aún sostenía mi mano. -Este fin de semana ― afirmé. ―El sábado, en la comida que organizaremos por el cumpleaños de Sislis; pero me gustaría que habláramos antes de la fiesta sólo con nuestros padres, y ya durante la fiesta hacerlo público, ¿te parece bien? ―Pregunté con cautela. -Me parece bien. Es preciso que sepas que sólo sería yo, mis padres murieron hace 10 años y fui hijo único ― yo quedé sin palabras, aun y cuando la manera en la que lo dijo fue fría. -Yo... no sabía... lo siento ― estiró de mí mano, haciendo que cayera en su pecho y me rodeó con sus brazos por la cintura. Me quedé inmóvil, su rostro había quedado a escasos centímetros del mío, podía sentir su respiración sobre mí rostro y nadie que no hubiera sido Mauricio había tenido aquélla cercanía. -No te preocupes, ya pasó algo de tiempo de eso. Ahora si pudieras corresponder el abrazo, porque nos están viendo desde tú casa ― inmediatamente pasé mis manos por su cuello, él se acercó un poco más y me dio un ligero beso en los labios, para después soltarme. -Mañana paso por ti a la escuela. Ahora camina hasta tú casa, quiero verte entrar ― dijo con cierta autoridad, aunque su mirada era suave y su sonrisa tierna, ¿estaba actuando? Y cumplió su palabra, pasó por mí a la Universidad y después me espero durante mis clases de idiomas. ¿Por qué hizo eso?
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