¿Sueños o pesadillas?

3407 Words
Capítulo 6: —Hola cariño, te ves impresionante, estoy muy orgullosa de ti —dice ella con dulzura mientras se acerca y me abraza. —Gracias mamá—digo regresandole el abrazo. —¿Tú querías preguntarme algo?—dice y lo recuerdo, ¿cómo pude olvidarlo? golpeo mi frente mentalmente. —Cierto, ven sentémonos—digo tomando su mano y dirigiéndome a la cama para sentarnos. —Madre, yo se que siempre somos honestos los unos con los otros, es por eso que la duda no me deja—digo con nervios—.Hace algunas noches tuve un sueño muy extraño, con alguien que no recuerdo y que estoy segura que no he visto en toda mi vida, sin embargo él dijo que… que era mi hermano. Así que la pregunta es ¿tengo un hermano? ¿Tuve un hermano?—digo intrigada y mirándola directamente a los ojos. —Hija,yo…—dice ella sin poder terminar por qué alguien toca y entra a la habitación. —Hola mis amores, ya es el momento de bajar. Hija que hermosa te ves—dice mi padre mientras da unos pasos hacia nosotras por lo que nos levantamos. —Gracias Padre y si ya vamos—digo alisando arrugas invisibles en el vestido. —Luego platicamos Leilani, no tienes nada de qué preocuparte, solo disfruta de la fiesta—dice ella en voz baja para que solo yo lo escuche como si nada, mientras sigue a mi padre a la salida. ¿Cómo puedo estar tranquila si no estoy segura de tener un hermano? No le importa eso, solo la fiesta así que termino siguiendolos. Al abrirse las puertas del salón observó lo increíble que se ve la decoración y que todos ya se encuentran ahí, mis padres dieron la bienvenida a todos antes de ir por mi y ahora caminan a mi lado cada uno, al llegar al centro hacemos una pequeña reverencia como saludo, mi madre camina hacia uno de los extremos y me quedo con mi padre a un lado quien gira hacia mí y extiende su mano. El primer baile para un nuevo inicio, un nuevo año, le sonrió y tomó su mano, en alguna parte del salón los músicos comienzan a tocar y nosotros a bailar. —No puedo creer que estés cumpliendo ya dieciocho años, el tiempo se pasó en unos cuantos parpadeos y ahora eres toda una mujer, ¿a dónde se fue mi pequeña?—dice el un poco incrédulo mientras nos balanceamos. —Tú pequeña sigue aquí, siempre lo seré padre—digo con ternura mientras apoyo mi cabeza en su hombro–. Yo tampoco puedo creer cuántos años cumplo—digo con una risa ligera. —Recuerdo la primera vez que te vi, no podía creer que hubiera alguien más hermoso y conforme creciste también te volviste un hermoso ser humano, como padre no puedo pedir nada más, estoy más allá de orgulloso de ti—dice él con ternura mientras me da una vuelta y seguimos bailando. —Gracias por tus palabras son el mejor regalo, te quiero, solo no olvides que soy quien soy gracias a mis maravillosos padres quienes me han guiado en toda mi vida—digo mirándolo a los ojos mientras sonrió. —Gracias, uno como padre a veces no sabe que tan bien hacemos las cosas pero verte ahora… Estoy muy alborozado por ti—dice mientras me gira. —Creo que como padres ustedes han hecho lo mejor posible, no soy alguien malvado o cruel con nadie, me porto bien y soy muy tranquila, así que creo eso es un gran trabajo—digo con una risa contenida mientras nos balanceamos y poco a poco la música llega a su fin. El sonido de aplausos rompió luego de la última nota y recuerdo dónde estoy, ambos sonreímos e inclinamos la cabeza en señal de agradecimiento. Mi padre comienza con unas palabras para agradecer la asistencia de todos a esta celebración de la vida y nuevamente todos aplauden, en algún momento la música comienza a sonar y las parejas se van formando, tengo miedo de quién se acerque a pedir un baile pero para mi sorpresa me alegra ver quien camina hacia mi. —Feliz cumpleaños Leilani—dice el señor Ursely, el padre de Aaron, mientras se detiene frente a mí con una inclinación y una sonrisa en sus labios. —Gracias Sr. Ursely, me alegra mucho que pudiera venir —respondo con sinceridad mientras le regreso la sonrisa. —Me alegra haber venido, me permites esta pieza por favor—dice el extendiendo su mano. —Por supuesto Sr. Ursely, ¡vamos!—digo tomándola y caminando hacia la pista ya abarrotada. —A mi querida Agnes le hubiera encantado estar aquí hoy, ella te quería mucho y estaría muy feliz de ver lo mucho que has crecido—dice con un poco de melancolía en su voz mientras la música suena. —Lo sé, yo también la quería mucho, la extraño. Siempre estaré agradecida con ella, si no fuera por esos miércoles de té no hubiera conocido a Aaron—digo con ternura y le sonrió. —Yo también la extraño y también estoy agradecido de que tú y Aaron son como hermanos, eso siempre nos hizo feliz, pero sobre todo gracias a ti por siempre estar a su lado apoyándolo, incluso en la distancia—dice con una sonrisa mientras giramos. —No tiene que agradecer por eso. Y sí, tiene razón, somos como hermanos, ambos sabemos que siempre podremos contar con el otro—digo mientras nos balanceamos. —Estoy orgulloso de ti, de ambos y ella ciertamente lo está—dice dándome una vuelta. —Gracias—digo sonriendo cuando la última nota termina y los aplausos llegan. —Dejaré que te sigas divirtiendo, gracias por el baile—dice mientras se inclina un poco a modo de despedida y camina fuera de la pista, yo por mi parte me dirijo por una bebida. —Hola hermosa—dice Aaron en mi oído y yo doy un respingo. —Hola tú, no me asustes—digo riendo mientras él sonríe. —¡Feliz cumpleaños pequeña!—dice abrazándome fuerte. —Gracias, aunque ya no soy tan pequeña—digo vacilando con el. —Lo sé, hemos crecido mucho desde que nos conocimos, mi madre estaría encantada por ti—dice Aaron con una pizca de nostalgia en su voz. —Sí, pero definitivamente lo estaría mucho más contigo—le digo mientras guiño mi ojo izquierdo. —Gracias—dice cohibido—. El salón se ve hermoso, tu madre se lució—dice observando los candelabros, las flores y demás adornos en la habitación. —Sí, lo sé, gracias. —Quería preguntarte… ¿leíste el libro?—dice él en un susurro y mirando disimuladamente alrededor. —Sí—respondo algo inquieta—, son historias y algunas leyendas recolectadas pero no hay nada del collar más que las imágenes que encontramos—digo en voz baja. —Bueno al menos lo intentamos, ¿no?—dice el tranquilo. —Sí, eso creo. Solo que… —digo dudando pero soy interrumpida. —¡Hola!—dice Sofía. —Hola Sofi—la saluda Aaron mientras me mira de reojo. —¿Te puedo robar a Leilani solo unos minutos? Por favor—dice con voz melodiosa y ojos bien abiertos, justo como cuando quería conseguir algo de pequeños y solo puedo reírme. —Hugo dijo que estarías aquí alistándote con ella ¿no te dio el tiempo para platicar todo lo que querías?—dice el bromeando. —¡Aaron Ursely! Claro que pudimos platicar pero ahora necesito decirle algo urgente, regresará pronto lo prometo—dice ella haciendo pucheros para manipular al pobre de Aaron. —Está bien pero solo si la siguiente pieza la baila conmigo—dice él para irritar un poco a Sofi al mantenernos retenidas un momento más y no puedo evitar reírme. —Claro está bien Áaron, ahora volvemos—le digo sonriendo—.¡Vamos Sofía!—digo mientras entrelazamos nuestros brazos y caminamos lejos de oídos indiscretos. —Entonces ¿qué deseas comentarme?—digo mirando de reojo a Sofía. —¿Recuerdas lo que platicamos de Hugo? —Sí ¿qué pasa con ello? —Él lo hará esta noche, se te declarará. —¡Oh!—exhalo tomada por sorpresa. —Sí, solo quería decírtelo para que no te tome tan desprevenida—dice ella deteniendo su caminar cerca de una ventana en el vestíbulo. —Gracias, aunque realmente no sé qué haré al respecto—digo pensativamente mirando a través del cristal a la oscuridad absoluta de afuera. —No tienes que hacer nada Leila, solo escucha que tiene que decir y sobre lo que diga tomas una decisión—dice ella ligeramente. —Esta bien, tienes razón, no puedo tomar una decisión cuando ni siquiera he hablado con él, pero solo dejemos que las cosas tomen su rumbo por sí solas—digo moviendo mis pies nerviosamente—.Regresemos, tengo un baile pendiente con Aaron y prometimos no tardar—le recuerdo y comenzamos a caminar de regreso al salón. El baile con Aaron es ligero y divertido, recordando anécdotas de cuando éramos pequeños mientras giramos y danzamos alrededor de la pista con el resto de los invitados, al terminar la melodía todos aplaudimos en reconocimiento a los músicos y antes de que comience la siguiente pieza alguien se aclara la garganta a mis espaldas, Áaron da un pequeño asentimiento y se despide mientras yo me doy la media vuelta para ver de quién se trata. —Me concedes el honor de bailar conmigo la siguiente canción—dice Hugo inclinado por la cintura y extendiendo su mano hacia mí. —Claro Hugo—digo inclinandome un poco a modo de saludo y colocando mi mano en la suya justo cuando la música comienza a sonar. —¡Feliz cumpleaños Leila!—dice él con la voz profunda. —Gracias—respondo levantando el rostro y encontrándome con su mirada. —Espero que este día sea mucho mejor de lo que hubieras imaginado—dice con una pequeña sonrisa de lado mientras nos balanceamos al ritmo de la orquesta. —Pues creo que definitivamente superará a muchos de mis cumpleaños anteriores, sobre todo porque puedo volver a compartirlo con ustedes tres y mis padres—digo sonriendo abiertamente, puedo recordar los cumpleaños lejos de ellos, eran muy tranquilos y poco memorables. —Lo sé, ha sido tan extraña su ausencia en la ciudad pero la tuya era constante—dice él levantando la vista al techo—. No había un solo momento del día en el que no me preguntara ¿qué estarías haciendo?—dice parpadeando lentamente y tomando una profunda respiración—.Tú no dejaste mi mente ni por un segundo y cada que teníamos noticias tuyas era un vuelco a mi corazón—dice con un ligero temblor en su voz mientras baja su mirada a la mía y se detiene. —He estado enamorado de ti desde hace muchos años—dice en un suspiro—, no quería aceptarlo en primera instancia porque somos amigos y creí que solo eran ideas mias. Comencé a salir con Valerie para demostrarme que no lo estaba, entonces ustedes tuvieron que partir y me di cuenta de lo ciego y estúpido que había sido, tú te habías ido y no había ninguna fecha de retorno—dice con algo parecido al rencor en sus últimas palabras, no contra mi sino hacia el mismo. —Decidí continuar con mi relación porque merecía una oportunidad, pero cuando descubrí que regresabas algo dentro despertó. Cuando pude verte de nuevo mi tiempo se paralizó y supe que había cometido un error. Sí, quiero a Valerie pero nunca podré amarla, no mientras no deje de pensar en ti—dice con la mirada clavada en mí y con voz grave—. Deseo la oportunidad de poder estar contigo, de enamorarte cada hora del día, honrarte y amarte cada segundo de mi vida—dice con nada más que honestidad en su mirada y no puedo evitar temblar ante la pasión en sus palabras. Para mí suerte los invitados rompen en un aplauso, la melodía ha llegado a su fin así que aprovecho esa oportunidad. —Yo—digo todavía dudando de mis palabras—… Necesito pensar, disculpa—digo tan rápido como puedo y doy media vuelta, no sé a dónde me dirijo pero necesito algo de espacio, tantas personas me asfixian. Cuando me doy cuenta la música ha comenzado a sonar de nuevo y yo estoy atravesando las puertas al jardín interior. No hay ni un mota de luz de luna más que un pequeño aro rodeando un poco de oscuridad, está oculta, muy pocas estrellas y unas lámparas solo cerca de la puerta que acabo de pasar pero me adentro en la oscuridad queriendo no ser encontrada. No puedo dejar de pensar en todo lo que Hugo había dicho, sus palabras giran por toda mi mente, es absurdo, después de tantos años ahí está todo lo que anhele, no me atrevo a preguntarme si todavía lo hago. Tomó unas cuantas respiraciones profundas para estabilizarme un poco, justo después escuchó los pasos amortiguados por el pasto y doy la vuelta para encarar al que osa interrumpir mi paz. —Siempre te pierdes en los jardines, ¿tendré que encontrarte y guiarte a la seguridad cada que decidas hacerlo?—dice él deteniéndose a tres pasos de mi con una risa ligera—. Feliz Cumpleaños Lady Siledrah—dice con una sonrisa sensual y yo recobró la palabra. —Yo no estoy perdida, es mi jardín podría andar con los ojos vendados por él, así que no se preocupe, yo sé perfectamente cuidarme bien—digo irritada, no se que me pasa pero no estoy del mejor humor, tengo que tranquilizarme—. Gracias por tu felicitación y por haber venido, claro—le digo ya más controlada. —¿Me das las gracias justo por estar aquí en este momento y este lugar, contigo?—dice mirando alrededor para luego posar su mirada en mi—. Estoy encantado, creo que es perfecto—dice tranquilo. No sé cómo responder a eso por lo que guardó silencio, entonces él continúa. —Leilani Siledrah, eso fue lo primero que escuché sobre ti. La familia Siledrah está de regreso fue lo segundo—dice con la mirada perdida en la oscuridad—. Yo no tenía idea de quién eras pero en el momento en que bajaste de ese carruaje en mi baile quedé absolutamente perdido en ti—dice mientras mueve su mirada hacia mí—. Cuando supe quién eras fue un abrupto silencio en mi interior, hubo paz y cada que estoy a tu lado la hay, todo lo malo deja de existir. —Ummm, yo… —digo dudando. —Soy muy afortunado de conocerte y por supuesto festejar este día tan importante a tu lado—dice sacando una pequeña caja de su bolsillo y yo comienzo a temblar—. ¡Feliz cumpleaños!—dice abriendo la caja, dentro descansando sobre seda hay un anillo dorado, con forma de espigas y pequeñas esmeraldas salpicadas alrededor. Era delicado, femenino… Y un anillo, ¡carajo! —¡Ohh!—digo mirando fijamente el anillo, completamente asustada—. Gracias pero… ¿Si sabes que eso es un anillo verdad?—digo levantando la mirada al fin. —Sí, lo sé—dice tranquilo y con la voz confiada—. Yo lo mandé a hacer para ti…—dice mirándome fijamente y ya no puedo soportarlo más, lo rodeo y me dirijo a la casa prácticamente corriendo, escucho que me habla y no respondo pero al atravesar las puertas optó por solo caminar rápido para no llamar la atención y dirigirme a mi habitación al menos por un rato y olvidarme de todo. Cierro la puerta y caminó atravesando la habitación, luego comienzo a sentirlo... Un látigo de dolor me atraviesa y derriba al suelo—¡ahhh!—, puedo sentir como si mis huesos se rompieran y estiraran, la sangre en mis venas comienza a hervir, mi cuerpo a temblar, el peor dolor del mundo, éste era el peor dolor que hubiera experimentado, podía sentir todo mi ser fracturado pero ahí en las profundidades había un abismo, no sabía que me pasaba y de repente unas imágenes se fueron formando en mi memoria, como si alguien quitara un velo de encima. **Estaba en un mercadillo repleto de gente, y por lo que notaba yo era una niña, había vendedores de telas y pieles, algunas armas de caza, ropa y calzado, hierbas medicinales, flores, frutas, de todo un poco y ahí a mi derecha un puesto de chocolatinas, salgo disparada hacia ahí, después de tener mi chocolatina y antes de poder morderla alguien habla. —Sabes que no debes huir así, mamá y papá se van a enojar—dijo un niño pequeño de alrededor de cinco o seis años, cabello rubio platinado y ojos grandes color azules que me miraban fijamente. —¿De qué estás hablando? No huí—dije distraída, parecía un recuerdo de mi infancia pero no podía evitar pensar que el dijo mamá y papá, como si compartiéramos los mismos, lo que nos haría hermanos, aunque él podría parecerse no tengo uno. —Saliste corriendo por una chocolatina y en el proceso se te cayó el collar. Sabes que siempre debes traerlo contigo—dijo el niño mientras sacaba un collar con una fina cadena que brillaba con los rayos del sol y tenía un medallón. Espera un momento, ese collar... Sé que lo he visto en algún otro lado pero no puedo recordar donde. —No note que se cayera—fue todo lo que dije. —No te preocupes, yo te lo pongo—dijo él mientras lo pasaba por mi cabeza y lo colocaba adecuadamente. —Gracias—dije con una sonrisa. —Recuerda que no puedes quitartelo, es parte de ti, no lo olvides—dijo él mientras tomaba mi mano para regresar. Estábamos de nuevo en el carruaje pero al menos ya tenía mis chocolatinas, mamá se enojó conmigo por alejarme sin decirle a nadie e ir a comprarlas yo misma, creí que lograría volver sin ser atrapada pero mi hermano me encontró antes de lograrlo. Luego del regaño dijo que teníamos que seguir el viaje, era muy importante llegar lo más pronto posible al campamento y subimos al carruaje, ahora no sabía cuánto tiempo había pasado pero la mitad de mis postres ya me los había comido y el sueño comenzaba a apoderarse de mi. Tac, tac, tac, tac, tac, tac —Está lloviendo muy fuerte querida— dijo una voz profunda desde la lejanía. —Despierta, vamos hija despierta—dijo otra voz reconocí. No podía abrir los ojos tan rápido, mis párpados pesaban. —Tienes que despertar, ¡abre los ojos hermana!—dijo una voz más pequeña e infantil mientras me sacudían. Abrí los ojos poco a poco, justo cuando algo brinco desde la penumbra con un par de ojos dorados y salvajes, alguien gritó mientras impactamos y luego todo daba vueltas, nosotros dábamos vueltas al igual que el carruaje y todo se oscureció. —¡Era levántate!—dijo una voz llena de dolor—. Tenemos que movernos, ¡ahora!. —Llévala lejos, caminen cerca del camino pero manténganse ocultos, nosotros los alcanzaremos hijo—dijo una voz ronca y familiar. —Sí, está bien padre—dijo esa voz infantil, luego unos brazos me ayudaron a ponerme de pie y un cuerpo pequeño como el mío, de alguna forma me llevó lejos de ahí. —Era, tengo que volver por ellos, ya tardaron mucho y podrían necesitar ayuda—dice con preocupación en la voz—No te muevas de aquí por favor, yo regresaré por ti—dice seguro de sí mismo. Puedo escuchar los pasos alejarse pero un segundo látigo de dolor atraviesa mi cuerpo y mis ojos no consiguen abrirse, después de un tiempo caigo en un profundo sueño...**
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