Azael detuvo el beso, se preguntó que estaba haciendo, claro que quería besarla, había soñado tanto con tenerla de nuevo, con esa primera vez que hicieron el amor, pero esto no era correcto. —¿Zahara? —cuando observó bien sus pupilas, su rostro blanco enrojecido, y su sonrisa rara, supo que ella estaba drogada, maldijo en su mente a Narvin, cuando comprendió lo que él quiso hacerle. La cargó en sus brazos, y decidió ir al cuarto de baño, debía refrescarla, intentar que entrara en razón. La llevó hasta el jacuzzi de la habitación, abrió la llave, cuando ella abrió los ojos, y haló su cuello de la camisa, atrayéndola a ella. Zahara lo besó. —¡No…! ¡Zahara… detente, por favor! Esto es demasiado para mí… Ella lanzó un gemido al separar sus labios, y su simple aliento caliente envió un m