—¡¿Dónde está, Zahara?! ¡¿Dónde está mi hija?! —Encuéntralas en la estación de Eastman, Zahara está escapando hacia Catalia, si no llegas a tiempo, ella se llevará a tu hija. David colgó la llamada, se quedó pensativo. —Lo siento, Zahara —murmuró David. Recibió un mensaje, y salió en medio de la noche. *** Zahara llegó a la estación de tren, estaba desesperada, compró dos boletos para ir a Ciudad Barza, de ahí, saldría del país, llevaba en brazos a la pequeña Rossilene, pero ella despertó pronto. —Mami, ¿por qué estamos aquí? —Duerme, cariño, iremos a la playa. —No quiero, yo quiero ver a mi papito, ¿Por qué nos vamos? ¿Papito vendrá? Sus palabras generaban un dolor en Zahara, ella negó. —No, mi amor, somos tú y yo, no necesitamos a nadie más. Rossilene frotó sus ojitos, negó