—Podemos adoptar otro niño, mi amor. —¡No! ¿No lo entiendes? ¡Aziel me necesita! No lo dejaré màs en un horrible orfanato, ya no puedo hacerlo màs. —¿De qué hablas, cariño? Angélica tragó saliva. «¡Contrólate, Angélica!», pensó. Llamaron a la puerta, Azael entró. —Abuelo, Angélica, quería preguntarles, ¿Aziel puede dormir con Rossilene? Angélica tuvo una idea, comenzó a llorar —¿Qué sucede? —Aziel volverá al orfanato, ¡no podemos adoptarlo! El ministerio de salud infantil se negó a aceptar nuestra petición, ¡si tan solo Aziel encontrara buenos padres! Volverá al orfanato horrible. Azael sintió que le desgarraban el corazón, negó, desesperado. —¡De ninguna manera, yo adoptaré a Aziel, no dejaré que vuelva a ese lugar! Angélica y Conrado le miraron con sorpresa. —Hijo, ¿De qué