Minutos después apareció de nuevo en la sala frente a Nando, el chico enseguida notó la palidez en el rostro de Isa y sus ojos acuosos. —¿Estás bien? —cuestionó con preocupación. —Sí —respondió ella— debo volver a casa, no tarda en llegar Katty. Nando centró su mirada en Isa, no se quedó muy convencido de la explicación de ella. —Sabes bien que reconozco cuando mientes —expresó—, el tono de tu mirada cambia, y te tiembla el labio inferior. Isa se enrojeció al escucharlo, inclinó sus parpados. —Es el cambio de comida, es todo —comentó, volviendo a sentarse. El diario de una pasión empezó a reproducirse, los jóvenes miraron atentos como se iba desarrollando el romance imposible entre Noa y Ally. —¿Harías todas esas locuras por una chica? —cuestionó Isabella. —Conoces bien esa respue