El ambiente es tenso. Eso es claro, a pesar de que las bailarinas y las meseras hacen su mayor esfuerzo, está claro que todos saben lo ocurrido. Lali, una de las meseras, se acerca nerviosa a la barra y después de pedirme una botella de bourbon susurra. —El hombre de la mesa dos no deja de mirarme y sonreírme de manera espeluznante. Ladeo la cabeza un poco y, efectivamente. Está en lo correcto, el hombre no la pierde de vista. —Asegúrate de decirle a Susan —Murmuro. Ella asiente y se va antes de que otra camarera pida algunas bebidas. Atiendo la barra con mi mejor sonrisa. Todas tiene algo de miedo. No es para menos. Estoy al tanto de mi entorno, aunque no dejo de mirar la entrada esperando que David aparezca. ¿Solo David? —Por supuesto —susurro para mí misma. — ¿Hablando sola?