–¿Quién es ese hombre, lovecito? –preguntó Ana con curiosidad, a pesar de llevar trabajando para la empresa y estar en varias reuniones nunca le había puesto demasiada atención a ninguno de los socios. –Es Hans Gallagher –gruñó Sidney –. ¿Quién se cree ese imbécil para llevarse a la mujer de otro de esa manera? La forma en que Sidney hizo referencia a la escena le dolió a Ana, ¿por qué Sidney decía eso? Eloise ya no era su mujer, finalmente se había divorciado y Ana lo sentía como una victoria. –Pero si soy yo quien está contigo ahora, deja que Eloise haga lo que quiera –se acercó –. Qué no ves que te voy a dar un bebé. –¿Lo del bebé es cierto? –cuestionó Sidney. –Por supuesto que sí. –Ana casi lo dijo sollozando. –No puedo creer que pienses que te estoy diciendo mentiras. –No