POV Judas
—Mierd@ —gruñí, cuando al dirigirme al comedor junto a Aída, mi chaqueta se enredó con un clavo que rasgó mi ropa.
—Dios mío, pero…
—¿Qué diablos? ¡¿Qué demonios hace un clavo en la pared?! —grité enojado, y de inmediato todos los empleados aparecieron—. ¿Quién es el responsable de esto? ¿Cómo demonios es que un clavo estaba en una de las paredes? ¿A quién se le ocurrió algo tan estúpido?
Al mirar que el menor de los mayordomos bajaba la mirada, me acerqué a él.
—Fuiste tú —lo acusé y él tembló.
—N-no señor, le juro que no.
—Pero sabes quien lo hizo, ¡Dilo!
El muchacho solo titubeaba y no fue hasta que mi hermana mayor se hizo presente que dejé de preguntarle.
—Fue tu querida protegida, ¿Acaso no es obvio?
—¿Qué acabas de decir?
Ella baja las escaleras hasta l
