Termino de comer el delicioso trozo de pastel chupándome los dedos sin ningún tipo de etiqueta lo que parece molestar a mamá. Creí que a Cristal se le dificultaría desenvolverse con mi familia, pero lo hace muy bien; tal vez es por la nobleza de su corazón. En el primer momento solo imagine que mamá le haría mala cara no es que tenga algo en contra de los de bajos recursos solo que es una de las personas que se le dificulta confiar en el otro y en este momento me sorprende ver a mi madre tan suelta con ella como si la conociera de toda la vida. Me contengo por no reír, pero si Cris supiera que está tratando con un montón de mafiosos peligrosos no estaría tan cómoda bueno a excepción de Cambri. No puedo decir que de mi porque mi pasado está manchado por más sangre de la que quisiera, mi inmadurez y rebeldía me llevaron hacer muchas cosas, hasta poner en riesgo la vida de mi familia junto con ello la de personas inocentes.
- ¿Qué tienes aquí Dann? – pregunta Cam intentando mirar la caja.
Con la mano me quito los restos de pastel que estaban en mi boca y me pongo de pie con una sonrisa que solo ella saca en mi – Es un regalo para ti cariño – hablo cuando estoy cerca de ella.
- ¿Para mí? – me observa feliz con ese hermoso brillo que no quiero que pierda nunca – no tenías que molestarte, con tenerte aquí ya es demasiado – lo que dice es cierto, sin embargo, está feliz de que le traje algo, lo sé porque sus ojos brillan con tanta inocencia.
Adoro la sencillez que posee en cuanto a los detalles, porque esta chiquita es un ser tan elegante y hermoso como los dioses de griegos.
- Ábrelo – incito a que lo haga.
Llamando la atención de los demás quienes se nos rodean observando aquella caja con un poco de curiosidad.
Al abrir la caja mi hermanita suelta un chillido de la emoción mientras esos ojos azules brillan como perlas en un firmamento – ¡Un conejo! Es hermoso Dann – comienza a dar brinquitos ignorando a todos perdiendo la etiqueta. Mamá solo me ve mientras niega con la cabeza – gracias.
- Esa cosa no se quedará en mi casa – habla mamá cruzándose de brazos después de señalar al conejo.
- ¡Es mío! – suelta Cambri mirándola con tanta ternura. Mamá suelta un suspiro dándose vencida, es una pequeña manipuladora.
Mientras todos vemos la escena de Cambri utilizando su encanto para conseguir lo que quiere los brazos de papá me envuelven – Me alegra que estés aquí – susurra en mi oído mientras recuesto la espalda a su pecho, su abrazo es fuerte lleno de emoción hablándome con el diciéndome lo mucho que me ha extrañado al igual que yo a él – ¿Las maletas? – pregunta en voz alta.
Eso logra llamar la atención de todos inclusive de Will que al parecer se encontraba muy entretenido mirando a Cristal y sacándole algún tipo de conversación. Respiro fuertemente para lo que viene, no les gustara que no viva en el palacio – No me quedare aquí.
- ¡¿Cómo?! – exclama Cam triste – dijiste que te quedarías para siempre – Cam hace un puchero poniendo al conejo en su lugar.
Le regalo la sonrisa que solo ella logra sacar en mi – Y lo hare pequeña, solo que no aquí. Ya tengo mi apartamento uno que compartiré con Cris – señalo a la aludida que asiente con la cabeza.
Volteo a ver a mis padres; sé que papá no dirá nada, pero de mamá no estoy segura.
- ¿Y los estudios? – Kimberly me observa con una ceja alzada, la desconfianza es notable en su voz – no pensaras dejarlos ¿Verdad? – me mira acusadoramente como diciendo y eso dudo que hayas estado estudiando.
- Claro que no mamá – respondo rápido, el hecho de que me diga y me mire así me lo gane a pecho, pero ya he madurado, espero que algún día puedan entenderlo y perdonarme por mi error.
- Te apoyo enana – Will me toma por los hombros en un abrazo, muy raro – me das la dirección y te estaré visitando muy seguido – pero no me mira a mi si no a Cristal; con razón ya me olía a raro, su muestra de afecto.
Esta muy equivocado si piensa que lo dejare meterse con ella, bueno lo hare si es decisión de ambos, pero primero le halo las orejas, aunque es muy rápido para eso no creo que estén locos como para eso – Este año no el otros si – quito el brazo de mi hombro con un fuerte manotazo – por cierto, no quiero guardaespaldas me daré de cuenta – fijo mi mirada en Antonio el cual levanta las manos en señal de paz.
Los ojos de Cris se abren en sorpresa, pero parece asimilar la información rápida – Solo espero que continúes estudiando – interviene mamá nuevamente y la entiendo ella fue las más afectada en todo esto – vamos a comer. Deben tener hambre ¿Cuéntame Cristal a que te dedicas? – ambas se alejan charlando como si fueran las mejores amigas en el mundo.
Tomo una fuerte respiración mezclada con dolor. Sé que mamá no me odia, debería hacerlo tal vez así me sentiría mejor. Camino junto a Cam abrazándola por los hombros, ella es lo único bueno en esta familia, no me mal entiendan a todos los quiero, solo que ella aún conserva esa inocencia que nosotros perdimos hace tiempo. tomo asiento en el comedor al lado de papá como cuando vivía aquí a él le encantaba tenerme cerca, siempre me dijo que le recordaba a mi abuela cuando era joven, tal vez por ello soy una princesa a sus ojos.
No demora en entrar el servicio con la comida, una a una deja la comida en el lugar correspondiente y por último como por cosa del destino la que me sirve es la misma chica que me cerró la puerta en la cara. No sé si es por la luz, pero parece que su piel se ha vuelto pálida mientras sus ojos se abren de la sorpresa al verme sentada junto al gran Antonio Fonseca.
Arqueo una ceja con una sonrisa maliciosa diciéndole «Querida tu trabajo depende de mí» – Tráeme un poco de agua – ordeno con malicia dejándole claro que la vida da muchas vueltas.
La mujer solo asiente y sale en busca del agua con la cabeza agachada a rayo de luz. Cristal solo me mira mientras niega con la cabeza eso sin dejar de sonreír. Cuando la cena ya está en nuestros platos comenzamos a comer, hablamos de New York de ¿Cómo ha sido mi vida? No es que me gusté hablar de ello, pero mamá está demasiado interesada en destripar cada cosa que hice en los últimos cinco años. Intento darle respuestas que la dejen tranquila, pero no hablar de todo. También comentan que ha pasado en estos cinco años de mi ausencia y por una vez me alegra que no hablen del negocio creo que eso se debe a que frente a nosotros se encuentra mi amiga, una persona a parte que no conoce nada de eso.
Luego de comer con la idea en mente de irnos ya dejo que mamá nos conduzca nuevamente a la sala. Me encanta ver la sonrisa feliz de mi pequeña es como si no se cambiara por nada en el mundo con aquel conejo ¡Sabía que le iba a gustar! - ¿Cómo lo llamaste?
Mueve el pequeño animal de un lado a otro mientras le hace mimos como si fuera un pequeño – Yves.
Sonrió al recordar la historia del arquero – Muy lindo nombre – beso su frente. Y como mujer afanada que se quiere ir de la casa miro la hora en mi celular dándole dramatismo –¿Nos vamos Cris? – miro a la pelinegra quien habla tranquilamente con mi madre tendré que preocuparme de perder a mi hermana melliza de otra madre.
Asiente poniéndose de pie – Claro.
Los observo a todos por un momento y suelto las palabras que tengo en la punta de la lengua no me gusta, pero he de hacerlo por ganar su confianza – Mañana mismo voy a mirar lo de la matricula – aclaro para dejar más tranquila a mamá. Le será difícil confiar – mi pequeña visítame cuando quieras solo ten cuidado de no ir sola – pellizco la punta de su nariz con delicadeza.
Al despedirnos de todos salimos de la casa yo lo hago con un fuerte dolor en el pecho y eso se debe a que mamá aún se rehúsa a culparme a la cara de todo el daño que les cause. Al estar fuera de la fortaleza donde está la última seguridad es decir donde nos detuvieron cuando entramos tomo el celular para llamar un taxi, pero antes de hacerlo la voz de alguien me hace ladear el rostro para ver de quien se trata – Señorita – me encuentro con el rostro de Rene algo que tengo es que nunca olvidaría un rostro – el señor me ordeno que las llevara – debí imaginármelo.
Quiero protestar, pero estoy cansada como para esperar un bien tiempo; además ya está oscuro y no es conveniente andar por ahí solas, ni por muy entrenada que este siempre abra peligros – Gracias.
Sin más que decir subimos al coche donde no demora en arrancar el chico. Ahora que lo pienso no me sorprende que trabaje para Antonio siendo tan joven se ve que tiene potencial el chico ¿A qué edad se metió en esto? Digo no es que tenga cara de malote, pero el que este aquí ya dice de por sí. Permanezco todo el camino en silencio mientras Cris le da las instrucciones para llegar al apartamento además de hacerle un poco de conversación para no sentir tan incomodo el estar aquí sentada.
Al bajar del auto agradecemos y cada una para su habitación; estoy tan agotada que realmente necesito descansar. Recostada en la cama me siento mejor más en apariencia porque mi corazón sigue destrozado después de lo que paso, aún no ha podido sanar, el ver a mis padres hoy la herida se volvió abrir y le han quedado algunos vidrios incrustados que arden como si fuera una gran llamarada de fuego.
Despierto cerca de las ocho por el maldito ruido ¡Dios no otra vez! Es que acaso no entiende que lo suyo no es la actividad culinaria. Odio cuando me levanto de este humor de perros donde todo lo que quiero es acabar con todo lo que se ponga frente a mí. A paso lento me encamino hacia la cocina encontrándome con otro desorden igual que el de ayer. Me gusta que sea perseverante, pero demonios esto no es lo suyo.
- Deja de hacer eso Cris – suplico intentando mantener a raya el humor de perros que tengo.
La aludida levanta las manos en señal de paz con su rostro inocente – Yo no hice nada malo, estoy aprendiendo – justifica.
Ruedo los ojos observándola de esa manera que dice «Lo tuyo no tiene remedio» - Llevas cinco años aprendiendo a preparar algo más que tostadas quemadas con mermelada – me paso la mano por la cara, tratándome de quitar el sueño y las ganas de reñirla como si fuera una cría.
Se lleva la mano al mecho con falso dolor – Hieres mis sentimientos – y de esa forma mejora mi día ¿Cómo puede hacerlo parecer todo sencillo? Mi humor nunca había cambiado tanto como ayer.
Niego con una sonrisa – Tal vez, pero soy sincera. ¡Limpia todo eso! – ordeno dándome la vuelta de regreso a la habitación. Pero me detengo dando media vuelta – salimos a las nueve y media – continuo mi trayecto a la habitación imitando eso de inhalar y exhalar.
No sé si reír o llorar; es increíble que lo único que le quede bien sean las tostadas y eso cuando tiene suerte el resto lo deja quemar, secar, caer en fin nunca le sale bien.
Tomo una ducha suave preparándome para iniciar con mi vida social; decido que lo mejor es vestirme sencillamente con un pantalón blanco, camisa negra y unos botines negros, por último, me maquillo suavemente. Estando lista salgo de la habitación dirigiendo mi camino a la sala. Antes de que pueda sentarme la chica sale de su habitación con vestido sencillo envolviendo su cuerpo.
- Listo para zarpar capitán – se pone la mano en la frente como militar mezclado con algo de pirata.
Niego con la cabeza sonriendo levemente – Vamos – inicio el camino fuera del apartamento – primero iremos a comprar un coche – no pienso moverme dependiendo de un taxi o de mi padre eso sí que no.
Asiente con la cabeza lo suyo no era coche, era andar en bicicleta de un lado al otro; aunque le enseñe a manejar ella prefería mil veces estar en su bici. Al salir del apartamento el taxi nos espera. Como de costumbre antes de subir reviso la placa y me grabo de memoria el rostro del hombre ¡Nunca se sabe lo que suceda!
Fuera del concesionario puedo ver la cantidad de autos con sus diferentes modelos y debo decir que soy una fanática de los mejores autos; en el pasado era una diosa con la calidad de armas y los autos, lo último lo sigo siendo. Entramos recorriendo el lugar de arriba abajo hasta que mis hermosos ojos se detienen en un hermoso veneno gris solo verlo me llena de éxtasis es como sentir el orgasmo por primera vez y lo sé cuándo no le puedo quitar los ojos de encima. Observo los demás autos, pero eso como cuando un bebe observa un horrible juguete y se enamora de él, aunque le muestren uno mejor seguirá siendo el feo aquel que quieren. Eso mismo me pasa a mi ese auto es como conocer el amor a primera vista.
Antes de que alguno me gane me dirijo a él observándolo más de cerca conociendo todo de ese instrumento bello que me suplica porque lo compre ¿Cómo podría negarle eso a tal belleza? Eso sí que no. Conozco todo tipo de auto y como funciona en otro tiempo solo lo compraría para ir a las carreras, pero ahora solo lo quiero para viajar. Detrás de mí se encuentra uno de los trabajadores midiendo mis pasos ¿Cómo si los fuera a robar? Ahora que lo veo de cerca las dudas de que me había enamorado se esfumaron – Me lo llevo.
- Tiene un valor de…
- He dicho que me lo llevo – no me gusta despilfarrar solo que esta ocasión lo amerita.
El hombre asiente – Acompáñeme – indica cual es el camino a seguir; rápidamente me doy cuenta que nos dirigimos a la oficina.
Cuando ya tenemos todo listo salgo para buscar al amor de mi vida que me espera listo para salir a caminar con mami. Mientras me dirijo a esa preciosidad Cris está al lado, pero su mirada esta fija en Audi r8 rojo eso sí que no me lo esperaba, pero esta ocasión no se presenta todos los días.
- No que no te gustaban los autos ¿Eh? – le golpeo la costilla levemente a modo de broma.
Sonríe negando – No lo sé, pero este es encantadoramente hermoso – susurra como si estuviera imaginando una vida con ese coche.
No es que tenga mucho dinero, pero con lo ahorrado que tengo de estos años porque si, aunque me fui de casa papá me depositaba, además de ello trabaja a medio tiempo lo que me generaba un buen ingreso como para vivir tranquila sin la necesidad de sacar mucho de la cuenta. Creo que puedo darle este lujo – Me encantaría llevarme este – le digo al hombre que acaba de extender las llaves de mi amor.
Los ojos de ambos se abren en sorpresa, eso si ambos emocionados entre más ganen mejor comisión eso hasta un burro lo sabría - ¡¿Cómo?! – exclama la pelinegra.
Antes de responder me dirijo al hombre – Necesito que este lo dejen en el garaje del apartamento – eso fue otra cosa por lo que me gusto la zona donde estamos viviendo. Creo que con este gasto mi cuenta quedara en números rojos, pero vale la pena.
En primer lugar, porque entiendo que ella es independiente aquí no tiene su bici y yo… pues me sentiría segura cuando ella vaya a trabajar. Digamos que Metz no es tan tranquilo para mi como en Nueva York allá podía ir tan tranquila ahora debo aquí siento que cada paso que doy debo darlo con demasiado cuidado. Por lo que apenas tenga el auto de Cris en mis manos debo poner a trabajar una mente maestra en rastrear y todo tipo de alarma que me diga cuando este en peligro. Como dije no soy parte de esto, pero prefiero estar alerta después de todo dejé grandes enemigos y algo que se es que lo que se hace nunca se olvida.
Espero pacientemente a que todos los papeles y tramites estén listos. Luego subimos a mi hermoso veneno ¡Dios! Me dará algo es solo escuchar su suave rugido y ya quiero ponerlo a volar entonces debo recordar que no puedo hacerlo simplemente porque eso ya no es parte de mí ahora entiendo porque llevaba tanto tiempo sin tener un auto de estos. Veneno realmente le da un toque a una parte de mi vida en la que no quiero pensar ahora soy una chica normal o por lo menos intento serlo. En fin, luego de controlar mi ataque de adrenalina y antes de poner a meditar o sentirme culpable como siempre sucede nos ponemos en marcha hasta llegar a nuestro destino sin detenernos.
Apenas vamos llegando a la universidad los ojos de aquellos universitarios que van de camino detienen los ojos en mi amor, otros hacen de el no es como que les importara después de todo esta es una universidad de gente adinerada que acostumbra tener este tipo de autos; no obstante, la mayoría se ven embobados con esa obra de arte que llevo conduciendo. Me lo medito si bajar como toda una diva de esas que salen en las películas, pero solo pensar aquello me arranca una absurda carcajada. Al salir del coche con la cabeza en alto y sin mirar a ningún lado o eso es lo que ellos piensan porque me doy cuenta como algunos de ellos abren sus ojos de tal forma que se le saldrían de orbita. Ya me imagino nadie se podría imaginar que una chica manejara ese hermoso auto ¿Que podemos hacer? Hay veces que me gusta ser aquello que no pueden alcanzar, eso sí solo a veces. La verdad me gusta dar esa impresión de niña rica despiada y malcriada para que el golpe sea duro cuando sepan que las apariencias engañan.
Continuo mi camino haciendo que ignoro a cada persona, algo que no es verdad tengo la mirada en cada persona como aquella que se encuentra en la esquina apunto de tragarse el polvito blanco de éxtasis o aquella guitarrista que tiene la mirada fija en un chico adinerado que se cree un dios recostado a su auto. Como decía continuamos con nuestro camino hasta llegar a la oficina.
Una mujer cerca de los treinta y cinco años; cabello corto, cuerpo estereotipo normal como el mío o como el de cualquiera eso si su forma de vestir es bastante poco convencional como para una secretaria de universidad, pero no diré nada. Cada quien a lo suyo.
- ¿En qué les puedo ayudar?
- Nos gustaría iniciar el semestre…
La mujer nos mira a ambas con cara de pesar – Las inscripciones han terminado.
- Podría ayudarnos – susurra la pelinegra con ojitos tiernos.
La mujer niega – Lo siento.
Dejo salir un suspiro de frustración y pesar – Gracias – me daleo un poco para mirar a Cris quien me observa confundida yo no soy sumisa de esa forma – creo que tendremos que decirle a la señora Kimberly Ferreiro de Fonseca que no logramos cupo – ni loca le diría eso a mi madre, pero su nombre suena en todo Metz.
Hago el amago de irme, pero la mujer habla - ¿La esposa del Señor Fonseca? – es imposible que no sepa quien después de todo mamá ayuda con una fundación parte de la universidad con becas estudiantiles y defensa de los estudiante - ¿Qué les gustaría estudiar?
Es bueno eso de la rosca después de todo el poder lo hace todo – Pero usted dijo… - me hago la que no entiendo.
- Podría intentar buscar algunos cupos.
- Se lo agradecería – suelto emocionada – mi amiga estaba cursando el séptimo semestre de diseño de interiores en New york ¿Sera que ella puede continuar donde quedo?
Asiente como buscando una forma de solucionar algo – Por supuesto – mueve sus dedos por encima de las teclas del computador – tendría tener el verificado de las materias aprobados con los datos y acomodamos todo para que la otra semana comience, además de que tiene que ajustar un lugar para realizar las practicas – le extiende unos papeles a la pelinegra que debe rellenar – supongo que para ti también ¿Verdad?
- Las practicas se pueden presentar en el último semestre – inquiero curiosa.
- Si adelanta los demás créditos puede.
No es como que me sea difícil buscar un lugar de prácticas, pero de lo que estoy segura es que no será ninguna empresa de papá. No puedo evitar ocultar una sonrisa satisfecha es hora de demostrarles que ya no soy esa adolescente rebelde de hace cinco años atrás, es momento de mostrarles que me he redimido de todo aquel daño, no puedo cambiar las cosas, pero puedo ser mejor.