Daisy saboreó el líquido burbujeante que serpenteaba en su lengua. El champán frío la refrescó, pero no lo suficiente. La música alegre rebosaba en el salón junto con las risas de la gente mientras ella los observaba en silencio desde su rincón. -Parece que la noche terminará de una forma bastante tranquila. Ella observó de reojo a James antes de volver su atención a un grupo que reía y bromeaba. -Yo también lo pienso -concordó dando un sorbo a su copa. -¿Has saludado ya a tus padres? Ella asintió. -Cuando llegamos. Papá me preguntó un poco sobre mi próximo libro y mi madre quiere que la acompañe de compras a una tienda en Oxford. -¿Nada más? Se giró para observarlo mejor, luego pestañeó. -¿Qué pasa? La boca de James se apretó y llevó su propia copa a sus labios. -No es nada