Alice no parpadeó, Alexis se asustó aún más, soltando una maldición. Rachel no paraba de llorar mientras Walter le limpiaba la sangre de la cara con una mano. Erika volteó a todos lados, buscando con la mirada alguna otra posible escapatoria, pero no encontró nada parecido. Edith y Edmund tampoco podían creer aquello que vieron, así que el joven de cabello rizado y rostro perfilado decidió tomar pruebas en su cámara, nadie lo reprendió en ese momento, pues, todos intentaban despertar de lo que creían una pesadilla. Si había alguien que estaba acostumbrado a ver cosas dantescas, era Edmund, normalmente su pasatiempo consistía mirar en internet cosas realmente sangrientas, era fanático de los films viscerales y los videos de horror. Incluso alguna que otra vez se ib