Celeste se encontraba muy feliz de volver a verlo; su corazón parecía que saldría de su pecho de la felicidad. —Pensé que ya no regresarías, Cristóbal —comentó con emoción. Él no dejó que continuará ya que unió sus labios con los de ella, formando un beso que ella no dudó en corresponder. Cuando el beso término, los dos tenían muy en claro lo que sentían el uno por el otro. —Celeste, tengo que decirte algo—le dijo llamando su atención—. Estoy enamorado de ti —agregó esperando su reacción. Ella no podía creer lo que acaba de escuchar: él le estaba confesando su amor. —Cristóbal, yo también estoy enamorada de ti —respondió ella con emoción. Él se alegró por aquella confesión y no pudo ocultar su inmensa felicidad. —Entonces eso significa que podemos intentarlo—mencionó tomando las man