Todos nos preparamos y nos marchamos de la casa prometiendo regresar. Como mi única propiedad llevó conmigo la caja que la señora Ana me 8bwrquio mientras tapo mi rostro con una bufanda que cubre mi boca.
Debido a mi “muerte", no puedo aparecer en ningún lugar que revele la mentira. Así que, además de ir en busca de una nueva identidad, tendré que realizar alguna modificación a mi físico. Claramente no quirúrgico, pero si algún cambio que me ayude a no ser yo cuando alguien me quiere muerta. Con eso en mente, nos marchamos en busca de aquella solución que espero, me va a ayudar a salir adelante.
El señor José, la señora Jude y yo nos marchamos al paradero en busca del autobús que nos llevará a esa persona extraña que me ayudará con esto. Esperamos el autobús y la verdad, demoramos más v
