Después de haber terminado mi tarea, subo a presidencia con la esperanza de darle en sus manos, las llaves al señor Ángel. Lo menos que puedo hacer por él es mostrar mis respetos y entregarle las llaves en sus manos como muestra de agradecimiento por ayudarme tanto. Aunque realmente me da temor que no me dejen entrar y me hagan pasar un mal rato como lo hicieron anteriormente. Afortunadamente, después de dejar al abuelo en el piso de salas VIP y subir a presidencia. Descubro que nadie me observa mal, sino que me saludan con una sonrisa. Aliviada porque todo sea distinto y a mí favor. Camino con más seguridad hacia la secretaria. — Buenas tardes, me gustaría saber ¿Es posible entregarle las llaves de su auto al señor Ángel? — Querrá decir al señor Tomasello y sí, podrá entregarlo si esp