El día no termina de ser sorprendente para ambos jóvenes. Para Mauricio, había aparecido la justicia divina. Una de la que sus compañeros de banda fueron participes. Ya que, se tomaron el trabajo de averiguar la realidad de todo y por eso lo habían ido a buscar.
Su hermano, Ángel. Le había dicho que lo había llamado el manager desesperado por encontrarlo, pero la realidad era que sus compañeros de banda, lo habían ido a buscar al hospital donde seguramente estaría, para ir tras la verdad. Esa verdad que habían manchado para dañar su buen nombre y quitarle algo preciado para él. Fue por ello que, los chicos lo esperaron en el parqueadero subterráneo, impacientes por salvar la carrera de su amigo e incluso su vida, esa que desde hace días mostraba apagada y sin ánimo.
Mauricio salió, al l
