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2154 Words
Me has conquistado y ni siquiera me he dado cuenta de lo mucho que te amo. —Crystal Upia. 25 de octubre del 2018. Narrado por Noah: Bajo la lluvia con Kira no puedo pedir más nada. Este momento no lo olvidaré nunca. Cómo sujeta mi nunca para sostenerse, cómo me besa con pasión y sobre todo la forma en cómo acaricia mi cara hacen que pueda definir el momento cómo "magistral". La lluvia hace que se resbale, así que la dejo caer lentamente hasta que sus pies tocan el suelo y aún así nos mantenemos besándonos hasta que por falta de aire, nos separamos respirando agitadamente. Ella no se separa mucho de mi sino que al dejar de besarnos y separarnos, ella se acerca y me abraza colocando su cabeza en mi pecho, ya que soy grande de estatura y ella es pequeña. —Ya se hace tarde. Tengo que irme. —hace amago de irse, pero evitando que lo haga, agarro su mano para acercarla a mi, sin embargo, al estar mojados nuestras manos se resbalan y no logro agarrarla. Ella se ríe por lo que acaba de suceder. —Te llevaré, no dejaré que andes por la calle a estas horas. Vamos... —agarro su mano un poco más fuerte, claramente sin querer dañarla ni lastimarla. —No tienes que hacerlo. Hasta ahora me he cuidado y no necesito que alguien me cuide. Hablamos mañana. —se suelta de mi mano y comienza a caminar, pero como terco que soy, sostengo su mano de nuevo y la giro haciendo que su cuerpo se pegue al mío. —Soy muy necio y por ende, me gustaría que me hicieras caso solo en lo que se trata de tu seguridad. El mundo no está cómo antes donde las mujeres podían salir solas de noche y no tener miedo a que las lastimen. Sé que no somos nada más que amigos actualmente, pero aún siendo solo amigos quiero cuidarte y por favor te lo pido, no me prives de ello. —ella asiente arrepentida. Camino con ella hasta llegar a mí Audi y rodeo el auto con Kira agarrada de mi mano para a si abrirle la puerta del copiloto. En cuánto cierro la puerta, rodeo de nuevo el auto hasta llegar a mi puerta y introducirme en el auto. Manejo más feliz que nunca y pienso en cual sería la razón de mi felicidad, sin embargo, luego de varios segundos pensando llego a darme cuenta de que es Kira. Ella me da paz lo cual hace mucho que no tenía ese sentimiento y se siente tan bien. Por las indicaciones de Kira, así pude llegar más rápido a su casa. Estaciono el auto y solo me queda despedirme de ella, pero siento que no debo irme y que algo malo está apunto de pasar. Coloco mi mano en su rodilla haciendo que ella vuelva su mirada a mi. —¿Qué pasa? ¿Por qué esa cara? —me pregunta y es que no puedo evitar que en mi cara se refleje cuando algo no me cuadra o no me gusta. —¿Si te pregunto algo no te enojarás? —ella arquea su ceja izquierda y me mira fijamente. —Haber, pregunta... —¿Si te digo que quiero entrar a tu casa, no pensarás que solo busco una excusa para acostarme contigo, verdad? — mirándome fijamente me contesta. —No, porque sé que ustedes los militares tienen un sexto sentido de cuando algo malo pasará y prefiero salir de dudas. ¿Pasa algo? —asiento y beso su frente. —Quédate aquí, iré y revisaré que todo esté bien allí dentro. —ella no está de acuerdo con lo que le ordeno, por lo que sosteniendo mi mano me obliga a que la escuche. —No, iré contigo. Por ninguna razón me quedaré aquí a dentro. Deberías saber que cuando las personas se separan hay un peligro inminente que ataca a la persona más débil y esa soy yo, Noah. —discrepo de lo que me acaba de decir. —No eres débil. No veo a una mujer débil delante de mi. Veo a una mujer valiente que está haciendo todo lo posible por salir adelante. —me abraza de imprevisto y puedo jurar que amo sentir sus brazos alrededor de mi cuerpo, creo que ya he generado una adiccion a sus abrazos y eso está desestabilizando mis pequeños sentimientos por ella haciendo que crezcan más rápido de lo que debería ser. Bajándome del auto lo rodeo para abrirle la puerta a Kira. Mientras por otro lado le sostengo la mano derecha. Comienzo a caminar hacia dentro de la casa. —Quédate detrás de mi, ¿entendido? —murmuro lo más bajo que puedo mirándola a los ojos y ella asiente. Entro a la casa y despacio voy recorriendo el pasillo, mirando cada cosa que hay en el y despues de mi revisión, con la mano de Kira en mi espalda me dirijo hacia la sala. Le hago señas a Kira de que no se mueva y que se mantenga justo en la puerta para que si ocurre algo salga corriendo de inmediato, sin embargo, mi instinto se hace presente y de pronto oigo las pisadas de zapatos, así que me detengo y espero a que el oponente tire el primer golpe. Al no escuchar más ruidos sigo caminando y justo en la puerta de la cocina veo cómo una mano con cuchillo roza mi barbilla, pero no logra hacerme daño porque la esquivo. En cuánto veo eso, con un solo movimiento le zafo la muñeca haciendo que suelte el cuchillo de inmediato, sin embargo, este no se rinde y me tira a golpear con el otro brazo sabiendo que ya lo vencí. Coloco mi mano recta y le pego justamente en el cuello haciendo que se atore y tosa lo cual me da el tiempo suficiente para derrotarlo. Posicionando rectamente su cabeza recta, empujo su cuello para atrás y hago fuerza para romperlo. Lo maté y no sentí nada, por la única y suficiente razón de que esa persona intentaba hacerle daño a Kira. Lo acabo de matar. Acabo de matar a otra persona frente a Kira. Veo el cuerpo del hombre en el suelo y aunque algo en mi quiere hacer que tenga remordimiento, no lo logra. Le hago señas a Kira de que me siga y asustada me abraza. Al sentirla temblando me tomo mi tiempo para abrazarla y que se sienta más tranquila. Su tranquilidad para mi vale el doble que la mía. La abrazo y acaricio su cabello dando mensajes circulares en su cuero cabelludo. —¿Estás bien, preciosa? —le pregunto interesado en su bienestar y hago bien en preocuparme ya que no me contesta. Saco su rostro de la curva de mi cuello donde justamente se está escondiendo y con un dedo en su barbilla hago que me mire.—. Dime que estás bien. —Lo estoy, solo..., que al ver a ese hombre en mi casa y ver cómo quería hacerme daño, no sé qué pensar ni que decir. —me abraza de nuevo y le devuelvo el abrazo más fuerte.—. Tengo miedo Noah, mucho miedo. No quiero que nadie vuelva a ponerme un dedo encima porque no lo soportaré, esta vez no. Escucho su llamado de ayuda. Eso que acaba de decir significa que si vuelven a tocarla sin su consentimiento no dudaría en quitarse la vida. Lo sé, porque una vez pedí ayuda y me oyeron. —Shhhh, preciosa... —interrumpo sus palabras con un dedo en el centro de su boca.—. Nada te pasará. Estoy aqui y será encima de mí cadáver que te harán daño. Tu no te preocupes, que en poco tiempo nadie se te va a acercar, sé que tengo que hacer para que te dejen en paz. —hago que refugie su rostro en mi pecho. «La cuidaré no importa a que costo».  26 de octubre del 2018. Después de llamar a la policía para que se llevaran el cadáver al forense, trato de hacer que Kira se duerma, pero el miedo no la deja y da muchas vueltas para dormir. Caminando hacia ella intento que me haga caso, pero me ignora. —No quiero dormir. Se acabo el tema.—con mis dedos le digo que no está sanjado el tema todavía. —¡Ven aquí! Que terca eres. Ven que me estoy cayendo de un sueño. —Tarda varios segundos y en ellos solo me mira. Genial, esta probando mi paciencia.—. Te lo suplico. Si no vienes a dormir, dormiré solo. —en cuanto digo esto viene hacia mí inmediatamente y eso me alegra porque estoy muriéndome de un sueño y si duro un poco más con los ojos abiertos, caeré en el suelo. Suspiro cansado. —¿Qué haces antes de dormirte? —le pregunto. —Me ducho, cepillo mis dientes y me pongo una pijama. —asiento con mi cabeza dándole a entender de que entendí lo que me acaba de decir. —Pues ve a ducharte, aquí estaré. —ella abre los ojos cómo si lo que le estoy diciendo es el mayor pecado del mundo.—. No te voy a brechar, me quedaré aquí. Es más si me pides que busque la ropa con la que dormirás, lo hago. —No gracias. Lo haré yo. Espera aquí. —asiento con mi cabeza y ella se va hacia la ducha. Camino hacia el gran ventanal de la habitación de Kira y allí me pierdo. Viajo a otro mundo llamado mis pensamientos. Estoy nervioso y es que es la primera vez que dormiré con una mujer, una mujer desconocida. ¿Debería irme? Todo eso pasa por mi cabeza y sin darme cuenta Kira sale del baño. Giro en mis pies y me encamino hacia ella. Kira sale por la puerta vestida con una camiseta grande negra y unos patalones deportivos cortos. —Iré a ducharme, ¿puedo? —pregunto a lo cual ella asiente—. Ya cerré todas las puertas y las ventanas, así que tranquila. Entro a bañarme y realmente no duro mucho, ya que me había duchado antes. Me coloco la misma ropa, obviando mi bata de doctor. Solo me quedo con mi camisa y el pantalón, pero sin correa. Al salir del baño veo que Kira está sentada en el borde de la cama. Camino hacia ella y me coloco en el medio de la cama. Ella solo me mira y con mis dedos le hago señas para que se acerque a mi y lo hace despacio cómo si temiera hacer algo mal. En cuanto llega a mi, la acerco más, tanto que la acurruco en mis brazos. —Me gustaría ir de viaje a Noruega y quedarnos en la montaña Jotunheim. Quiero que hablemos sobre los daños que nos han causado personas a nuestro alrededor. ¿Qué te parece? —le pregunto. —Estoy de acuerdo. Me gustaría sacar toda la frustración por lo que me sucedió. —¿No vamos mañana? —Me agrada la idea. Que sea mañana. —asiento y no vuelvo a decir nada más. Relajado, así es como me siento al estar en sus brazos. Es una adicción. Le doy un masaje de nuevo en el cuero cabelludo y eso va haciendo que ella vaya poco a poco durmiéndose. —¿Estas cómoda? —No responde de inmediato y pienso que esta dormida, pero no es así. —Si... —lo dice pesadamente y sé que ya casi está dormida. En cuanto se duerme y siento que su respiración está mas lenta me atrevo a decirle lo que no pude decirle cuando estaba despierta. —Solo el amor puede empujarte a un abismo de dolores del cual no sabes cómo salir. Me he enamorado y nunca había lamentado tanto haberlo hecho. El dolor me fue carcomiendo. No sé si fue con la persona incorrecta, pero duele demasiado. Solo espero que por ti valga la pena olvidar el pasado. Al ver cómo respira, me inspira a decirle algo bonito. Mi cara se gira sin querer y veo la luna desde la ventana abierta. —La luna está alumbrando la oscuridad que me rodea y no puedo evitar sentir miedo al estar en esta odisea. El mar me llama así como me llama tu cintura, de la misma forma como me llaman tus labios que me hacen perder la cordura. En estos días he perdido la cuenta de cuántas veces he deseado besarte, pero no puedo porqué es un crimen desearte. Me seduces con tus labios y te seduzco con mis manos, me seduces con tu cuerpo y te seduzco con mis besos. ❤️❤️❤️❤️❤️❤️ No sé a ustedes, pero amé este capitulo.❤
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