Selene despertó sin el más mínimo deseo de bajar en todo el día. Sentía que tendría que enfrentar a Demyan y su intento de convencer a Samuel para que convenciera a Selene de dejarlo "usar su lengua" y aparte sabía que podría toparse con Dymion, que seguramente debía estar sospechando que ella era mujer. Estaba que se comía las uñas y varias veces de hundió en sus sábanas en lugar de salir. Lo peor era que no podía contarle nada a su hermano porque sabía que a Samael no le gustaría en lo más mínimo enterarse que su hermanita estaba haciendo "cosas" con los dos príncipes, y lo peor era que había besado a Dymion siendo Samuel.
"Quisiera poder contarle a mamá" —pensó con tristeza, y luego recordó lo cálido y delicioso que había sido el beso con Dymion, totalmente diferente a los besos salvajes de Demyan—. "Sus manos también me gustaron" —pensó llevando su mano derecha al pecho y recordando cómo él había apretado suavemente sus pechos en ese momento—. "Sé que se dio cuenta, es imposible que no lo haya notado".
Quería que se la tragara la tierra, pero al mismo tiempo quería tocarse mientras recordaba esas delicadas manos en sus pechos.
—Samuel... —la llamó Marcus, interrumpiendo sus cavilaciones.
Definitivamente no había persona más inoportuna en ese lugar que Marcus, era sorprendente cómo podía aparecer de la nada, sin ser visto ni escuchado por nadie, y de repente simplemente decir cualquier cosa y asustar a las personas a su alredor.
—¿Qué quieres? —preguntó enojada, con su voz masculina.
—Su Alteza, el príncipe Demyan, dijo que si no te presentas en el comedor antes de que suenen las campanadas del mediodía, subirá a buscarte a los golpes y hará que te tragues su puño —citó, casi solemnemente el chico con cabello n***o.
Selene se levantó asustada ante esas palabras y salió casi corriendo de la cama.
Escuchó las risas de Marcus en ese momento, pero lo mejor sería no hacer esperar a su agresor.
...
Después de haber llegado casi corriendo al comedor, se encontró a Demyan sentado de un lado y Samael frente a él, aparentemente estaban hablando tranquilamente, pero Selene no pudo evitar sentir terror al ver a su hermano y Demyan juntos. Esperaba que ese príncipe no hubiera ido a decirle nada a su gemelo.
—Te diré, príncipe, sinceramente yo prefiero que tengan unas buenas tetas, porque al final no sirve de nada una cara bonita, ni que fuese a mirarle la cara mientras le entierro mi v***a —se jactó Samael y Selene se paró tras él sintiendo asco.
—Me das asco cuando te refieres así a las señoritas, Samael, pareces un burdo animal que sólo piensa con lo que tiene entre las piernas —lo criticó ella con su voz masculina, y él volteó a verla lentamente.
—Ho-hola, Sel... ¡Samael! —la saludó, casi llamándola por su nombre—. Estaba hablando con el príncipe sobre mis conquistas de diciembre.
—Un caballero no se jacta de las cosas que hace con una dama, hermanito —mencionó ella, cargada de desprecio y Samael empezó a mirarla con terror—. No tienes que hacer este tipo de cosas sólo por quedar bien con este intento de príncipe —escupió Selene, indignada, mirando con desprecio a Demyan.
—A ver, brilly, me importa una mierda lo que a ti te moleste de mí, pero que bien que llegas, tenemos un asunto que tratar. Ya puedes irte, intento de seductor, tengo asuntos que hablar con tu hermano —dijo corriendo a Samael del comedor.
—Pero, Su Alteza, no he terminado mi comida.
—Has intentando dar largas para que no vaya a buscar a tu hermano y de igual forma lo iba a hacer si no llegaba antes de que tocaran las campanadas. Ahora, ¡largo! Y tómalo como una orden real —ordenó tajantemente y a Samael no le quedó de otra que levantarse.
Vio a su hermano caminar con pesadez, pero volteando a verla mientras atravesaba el comedor y pasaba entre las largas mesas hacia la salida. Ella permaneció de pie, y el príncipe miró cómo Samael salía, mientras tomaba una fruta y la mordía con tranquilidad.
—Siéntate, brilly —pidió él y señaló el asiento que previamente ocupaba Samael.
Por un momento, Selene se sintió mal por haberle hablado así a su hermano, que aparentemente sólo estaba intentando hacer que Demyan desistiera de buscarla, pero igual le molestaba que se expresara así de las mujeres. Aceptó sentarse con el príncipe y se colocó frente a él, quien le ofreció una fruta y Selene la tomó a regañadientes y sin darle mucha importancia.
—Selene no... —se adelantó ella, pero él la interrmpió.
—¿Tienes miedo de que pueda satisfacerla con mi boca mejor que tú? ¿Tienes miedo de que gane en la competencia que dijiste que podrías ganar de satisfacer a cualquier prostituta con tu boca y tus manos, sin necesidad de usar tu v***a? —indagó el príncipe con malicia—. No pareces tan confiado como ese día, brilly.
Selene por un momento no supo qué decir, sentía que estaba cayendo ante sus provocaciones, pero si no lo hacía, sería más probable que Samuel quedara como un cobarde ante Demyan, y justo cuando sentía que el príncipe había reducido las agresiones que le hacía.
Bufó indignada, pero dio un mordisco a la fruta que le había pasado Demyan, quien empezó a reírse.
—¿De qué te ríes? —cuestionó ella.
—De nada —contestó él, sin dejar de reírse—. Entonces, brilly, ¿aceptas mi desafío o temes comprobar que soy mejor que tú?
—¡Acepto! —exclamó finalmente Selene, intentando parecer lo más masculina posible dándole un golpe a la mesa.
Dio un par de mordiscos más a la fruta, ante las risas del príncipe, y esperó que él dijera algo más.
Demyan se acercó a su cara, quedando apenas a centímetros de la de ella, y pudo notar las facciones tan atractivas del joven, a pesar de esa mirada de prepotencia, e intentó no sonrojarse con ese gesto.
—Te ves como todo un cyrill cuando te metes formas fálicas a la boca.
En ese momento ella por fin logró entender de qué se reía. Quiso hacer algo para reclamar en ese momento, pero con un rápido movimiento, él se levantó de la mesa y se alejó.
—Hoy en la noche, porque mi hermano ya volvió y no quiero que empiece a sospechar.
Y así, Demyan se retiró del comedor, dejando a Selene sintiéndose una imbécil en ese momento porque había permitido que ese niñato insolente se burlara de su versión masculina.
Se vengaría esa misma noche. Le daría lo que él quería, pero luego lo humillaría como nunca.
...
Después de almorzar, volvió a su habitación a escribir algunos apuntes y revisar unos datos sobre la luna lila, que aparentemente sí tenía una explicación importante, de acuerdo con el libro de Mediciones y controles: una guía para cálculos territoriales. Tomo I. También parecía que su mamá había recopilado los tipos de lunas en su libro. Lo interesante era que lo escrito por Claude Von Lockley difería mucho del diario de Aythana Mynath.
—A ver... según mi madre...
Leyó:
"Luna lila: Es un extraño estilo lunar que aparece aproximadamente cada 10 años, esta depende de la posición de algunas constelaciones, por lo que se considera que es posible que esta intersección pueda ofrecer beneficios específicos derivados del culto a otros dioses menores. Dentro de estos dioses menores estaría la diosa Mirellia, diosa del amor correspondido. Por lo que el culto de la diosa Celen considera que, durante los días donde el efecto de la luna lila es mayor, es posible pedire a la diosa Mirellia que bendiga un amor correspondido. Ustedes fueron concebidos durante una luna lila, porque fueron la bendición que le pedí a la diosa Mirellia."
Le pareció extraño saber que había sido concebida durante una luna lila 20 años atrás, pero más importante le pareció saber que el efecto no era sólo por un día, así que necesitaba más información, pero su madre no pareció interesada en explicar demasiado en detalle esta información. Eso también le recordó que faltaban sólo diez días para su cumpleaños, que era el 15 de enero.
Por otro lado, al leer en el libro de Claude, encontró lo siguiente:
"La luna lila es un evento curioso. Aparentemente del otro lado del océano existen muchas perspectivas sobre ella, dicen que la más acertada se relaciona con la diosa Mirellia, pero de este lado existe otra teoría que está presente en algunas ciudades menores del otro lado del océano, y la contaré porque es la que me pareció más curiosa y la que yo en un punto de mi vida pude comprobar.
Para empezar, la luna lila ocurre por movimientos en constelaciones que hacen que se superpongan unas extrañas nubes de polvo estelar desconocido, una teoría sugiere que este polvo estelar es producto de la erupción de un volcán gigante que está en algún lugar de nuestro mundo, alejado de los dos grandes bloques de tierra. Este volcán expulsa minerales de color púrpura o quizás un azul oscuro con tintes morados (sólo quien haya visto este volcán en persona podría saber el color exacto) y estos impregnan el cielo por encima de lo que nosotros conocemos, debido a que el volcán es enorme y algunos sugieren que la cima de este volcán puede estar "junto a los dioses".
Los científicos del otro lado del océano no están del todo seguro de su existencia, pero la verdad es que nuestro planeta es enorme, es decir, aparentemente conocemos apenas un 30% de la superficie de nuestro planeta, ¿te imaginas? ¡Vaya! Espero darme una escapada para el océano tenebroso e intentar encontrar este volcán antes de morir."
—Yo también quiero, Claude.
Siguió leyendo:
"Dado que no podemos saber exactamente la fuente de este polvo estelar, me limitaré a lo importante y lo que sí sabemos con certeza: la luna parece acumular todo este polvo y, al coincidir con una formación estelar bastante curiosa en donde existe un halo blanco que logra iluminar la superficie conocida de la luna, esto hace que el polvo, tradicionalmente de un tono más oscuro, tome un color claro, que sería este color lila.
Las personas del pueblo de Isfore, a tres horas del Reino de Zhelen, rinden culto a unas pequeñas estatuillas de algunos: espíritus del volcán. Ellos consideran que estos espíritus recorren el mundo en los residuos del polvo del volcán y que esto puede servir para atraer buena fortuna, especialmente cuando este tipo lunar ocurre a principios de año, lo cual es curioso, porque siempre ocurre más o menos mes y medio antes del siguiente.
En la ceremonia que vi del otro lado del océano, esto ocurría a finales de noviembre y el año siguiente sería en mediados de octubre, aunque esto es un aproximado, generalmente es un poco difícil de calcular la fecha exacta y hay que hacerle seguimiento a varias constelaciones para poder dar la fecha correcta. Pero esto ya lo narro mejor en el Tomo II."
—Tengo que encontrar el Tomo II.
"En cuanto a la explicación, se cree que los espíritus del volcán son capaces de brindar la habilidad de clarividencia a unos pocos elegidos. Esta habilidad sólo puede adquirirse con un adecuado ofrecimiento, un sacrificio que debe ser realizado durante la luna lila. Exiten algunos creyentes de estos espíritus que forman parte de sectas que van en contra de la diosa Celen, por lo que muchos se mantienen en el anonimato.
Y es aquí donde coincide con este lado del océano, en donde la luna lila significa para algunos reinos el punto de partida para tener 10 años de buena suerte, lo que hace que en algunas ciudades sea común el sacrificio de una virgen durante la noche principal, es decir, ante la luz de la luna, se realiza un sacrificio para garantizar esta buena suerte, lo que se solicita a "espíritus viajeros". Esto es curioso, porque las características de los espíritus viajeros coinciden con las de los espíritus del volcán, pese a que parecieran no conceder la misma cosa.
Necesitaría más investigaciones, pero no niego que es fascinate pensar que existen tantas posibilidades respecto al significado de la luna lila y lo que podría traer consigo.
Es importante decir que, aunque el propio día de la luna lila es el más importante, los siguientes dos días pueden ser favorables para adquirir nuevos conocimientos o hacer solicitudes, ya sea a los espíritus del volcán, a los espíritus viajeros o a la diosa Mirellia. Espero que esto sirva de utilidad para posibles rituales, como el que sugiero en la página siguiente."
Selene terminó de leer y por un momento se quedó pensando antes de pasar la página para ver el ritual. Rodó en su cama y miró hacia arriba, al dosel de la cama, tenía todo cerrado y apenas leía con una tenue luz procedente de una piedra-runa que le había regalado hace algún tiempo Demyan para que preparara sus resúmenes durante los días de los exámenes.
Suspiró y puso el dorso de su mano en su frente. Realmente no entendía cómo las creencias podían ser tan variadas de un lado a otro, e incluso en el mismo continente.
Pero en ese momento las campanadas que indicaban la medianoche empezaron a sonar.
Era hora de ir con Demyan.