Capítulo 5: Pensamientos nocturnos

1976 Words
Era extraño para Selene haber llegado corriendo sin que nadie la hubiera visto llegar, pero definitivamente tenía que agradecer a su suerte para haber logrado al odisea esa tarde y justo cuando todo estaba empezando a oscurecerse. Había sentido el verdadero temor de ser descubierta por el gran manchón de sangre en su pantalón, pero su suerte había sido enorme y había logrado entrar en la habitación rápidamene. Además, no estaba ninguno de sus compañeros y eso la tranquilizaba mucho más. Pensó que al menos se encontraría a su hermano, pero no, ni siquiera él estaba presente. Entró a bañarse rápidamente y se colocó un cambio en la tela que utilizaba para evitar que la sangre escurriera hacia su pantalón, además, se puso su ropa para dormir. Como había estado haciendo últimamente, guardó todo en un saco de cuero y lo escondió en una esquina debajo de su cama, quedando cubierto por las cortinas para no llamar la atención. Acto seguido, la joven tomó de la biblioteca de la habitación un libro de Astronomía para leer algo tranquilo y relajarse antes de dormir, pero la verdad no dejaba de pensar en que la voz que había escuchado cuando corría por la biblioteca era de Demyan. ¿Cómo era posible que el príncipe estuviera ahí y al mismo tiempo hubiera estado en el pasillo? Eso no la dejaba tranquila y empezaba a tener mucho miedo de estarse volviendo loca por el miedo que le tenía a ese príncipe inmaduro. Suspiró y cerró su libro al darse cuenta de que había releído tres veces el mismo párrafo y no había conseguido concentrarse. Necesitaba leer algo que le diera una respuesta a sus miedos, necesitaba saber si era posible que fuese alguien más jugándole una broma, y no podía dejarlo para después, necesitaba saberlo en ese mismo instante. Bajó de la cama nuevamente y dejó el libro de Astronomía en la pequeña biblioteca, y empezó a revisar todo de lo que disponían. Verdaderamente la universidad no les ofrecía casi nada a los brillys, porque no tenían tantos libros en la biblioteca de su cuarto y, aunado a ello, tampoco contaban con libros en perfecto estado, cosa que seguramente era diferente en las habitaciones de los nobles. Odiaba esa segregación de las clases y la odiaba muchísimo. —Debe haber algo... —habló en voz alta mientras leía los títulos—. Mediciones y controles: una guía para cálculos territoriales. Tomo I —leyó el nombre de un libro que le llamó la atención por primera vez. Siempre pasaba de él porque no le interesaba en lo más mínimo trabajar con terreno físico, pues sus metas estaban directo en las estrellas. Aparte de ello, nunca había visto que ninguno de sus compañeros lo leyera—. Aparentemente nadie te ha dado una oportunidad —mencionó tristemente mientras ponía su mano sobre el el lomo, casi acariciándolo, y sintiéndose identificada con el libro al saber que ella en esa escuela no era Selene, sino Samuel. Sacó el libro un poco, liberándolo de su prisión sutilmente, y se encontró con que las costuras no parecían las tradicionales, sino que era como si el libro hubiera sido cortado y luego ensamblado nuevamente, probablemente por tener muchos años de antigüedad. Lo terminó de sacar de la biblioteca y abrió por curiosidad sólo la capa para detallar mejor las costuras, sorprendiéndose mucho más al darse cuenta de que el libro que estaba cosido ni siquiera coincidía del todo con la capa. Leyó la dedicatoria: "Estimado lector. Espero que no seas un amante de los caminos y la Geografía, espero que tu meta no sea construir una casa y espero que tu intención con este libro no haya sido transformar tus terrenos de alguna forma, porque nada será más ajeno al contenido real de esta obra. Pido perdón de antemano, pero tuve que esconder mis apuntes de esta forma, ya que alguien me persigue por lo que sé. Mi nombre es Claude Von Lockley, un curioso viajero que tuvo la osadía de aventurarse más allá en el océano, Por favor, si puedes evitar entregar este libro a las autoridades, lo agradeceré, aunque estarás rompiendo muchas leyes si eso sucede..." —¡Je! Ya estoy rompiendo bastantes leyes... —se burló Selene. "...pero, si eliges leer lo que te planteo, te enterarás de la farsa que te ha tocado vivir en este lado de nuestro increíble mundo. Conocí grandes brujas que me enseñaron que todo lo que conozco sobre la sumisión de las mujeres es mentira, y aprendí magia ancestral prohibida. He dividido este libro en dos tomos: el primero, este, que es donde explico las bases de la magia, y el segundo, que es mi diario personal. Ambos escondidos en los Tomos I y II de Mediciones y controles. Espero que ambos tomos estén juntos para el momento en el que recibas este libro..." Selene desvió su mirada hacia la pequeña biblioteca, leyendo rápidamente todos los títulos, sin encontrar el Tomo II por ningún lado. Sabía que su suerte no podía ser tanta. "...y perdón si no están juntos y tu curiosidad te carcome, pero el más importante es este, donde podrás aprender a usar magia que te llevará a los más increíbles rincones del universo. Tuyo sinceramente, y esperando que esto te sea útil, Claude Von Lockley." Selene sintió mucha curiosidad con ese libro, pues la magia era algo que siempre les había llamado la atención a su hermano y a ella, especialmente con sus teorías lunares, y quizás con ese libro podrían repasar las cosas que ya sabían. Se fue nuvamente a su cama y cerró las cortinas dejando una pequeña rendija para que pasara la luz, y empezó a leer el primer capítulo. Lo primero de lo que hablaba era de ciertos puntos en el cuerpo que estimulan la magia y cómo dejarla salir y mostraba una especie de imagen del cuerpo humano femenino y masculino, en donde se podía apreciar que las mujeres tenían más puntos para liberar la magia que los hombres. También hablaba de cómo estimular cada uno de los puntos para ir permitiendo que el poder mágico fluyera por el cuerpo. Jamás habría imaginado que la magia requería de la activación de puntos en el cuerpo, ni mucho menos que cualquiera podría adquirirla con tal facilidad, lo que le hacía pensar que quizás intentaban esconder otros tipos de magia a la población. —Esto es más interesante de lo que pensé —dijo en voz alta Selene, quien estaba feliz de poder leer ese libro, al punto de haber dejado de pensar por un momento en lo que había pasado en la biblioteca, quería tiempo para experimentar con esas cosas, pero no podía hacerlo en su cuarto, y tampoco podía salir de la universidad en día de fiesta pues mucha gente andaba en la calle en esos momentos, ni siquiera serviría ir a dejar en un basurero el saco con las cosas ensangrentadas. Revisó los títulos de todos los capítulos a ver si había algo interesante que pudiera leer antes de que ya no hubiera más luz de la vela que había encendido en la mesita junto a su cama. Y encontró dos cosas que le llamaron mucho la atención: la primera fue que había un capítulo entero dedicado a la luna y la magia lunar, así que esperaría a Samael para leerlo en cuanto pudiera y la segunda fue que vio algo sobre sombras y espíritus que podían percibir las personas con ciertos poderes mágicos. —Seguramente mi hermano está con alguna regalada en estos momentos —se dijo a sí misma Selene con indignación—, pero no puedo hacerle esto, pues este es el sueño que hemos tenido desde nuestra infancia —se respondió a sí misma—. Leeré esto de las sombras y espíritus. Abrió el libro en el apartado en cuestión y empezó a leer con tranquilidad. Empezaba narrando una historia de cómo los antiguos podían sentir presencias antes de que estas se hicieran presentes, y que esas presencias podían atacarlos y hasta ofrecerles poderes superiores a los que conocían... No supo en qué momento se quedó dormida leyendo eso, pero repentinamente su mente la llevó al momento en la biblioteca, corriendo para protegerse de "Demyan", sintiéndose atacada por el príncipe y pensando en que sus temores de ser descubierta estaban haciéndose realidad. —Ey, brilly, ven aquí, no te haré daño —pidió Demyan, pero ella seguía corriendo por los infinitos pasillos de la biblioteca. Quería llorar, le tenía miedo a ese horrible sujeto, y tenía que soportarlo todos los días en clases, y ahora también para la tarea de Alquimia. Seguía corriendo por el lugar, pero de repente parecía que no llegaba a ningún lado. Intentó decirse a sí misma que era un sueño y tenía que despertar, pero no entendía por qué no podía. Y en ese momento fue rodeada por la cintura por un fuerte brazo, mientras que una mano le cubría la boca para que no gritara. Selene tenía que ser fuerte, era un sueño y debía enfrentar sus temores. —Yo sé que eres mujer —mencionó la voz de Demyan hablando directamente a su oído y haciéndola estremecerse—. Y te voy a mostrar lo que reciben las mujeres mentirosas. Y en ese momento, la mano que el castaño tenía cubriendo su boca empezó a descender por su cuerpo, acariciando diversas áreas. Los hombros, la cintura, los pechos encima de la tela con la que ella los escondía, sus caderas, hasta que finalmente había llegado a su enrepierna, donde estaba acariciando por encima del pantalón y recordándole la sensación placentera que había tenido al tocar su "botón" el día que había empezado su sangrado. —¡Ah! —gritó despertando. Pero ese grito fue algo diferente a lo que ella hubiera hecho antes, pues sonaba como un grito placentero y todavía su cuerpo estaba como si el tacto de Demyan hubiera sido real. No entendía qué había pasado, pero en ese momento decidió levantarse rápidamente para versi había alguien en la habitación. Por suerte, después de revisar todas las camas, se topó con que no estaba ninguno de sus compañeros, pero la extraña sensación persistía. "Puedo probarlo rápidamente" —pensó mientras volvía a su cama para tomar de su baúl un cambio de tela, un paño limpio y su espejo para ir a tomar un baño, pues igualmente tenía que cambiar la tela porque habían pasado algunas horas ya. Aunque reconocía que estaba bastante sorprendida de que no hubiera nadie en la habitación. Se colocó en la extraña posición que le permitía ver sus partes íntimas con el espejo y se topó nuevamente con ese botón que tanto le llamaba la atención. Se sacó la tela con la sangre y luego empezó a juguetear con ese tan placentero punto de su cuerpo, lo acarició de arriba a abajo, circularmente, experimentando qué se sentía mejor, y su cuerpo empezó a sentirse más caliente, mientras ella seguía acariciando, ese calor la hacía sentir demasiado bien, pero al mismo tiempo experimentó una tremenda desesperación. Quería sentir más de eso, quería explorar también en su agujero, quería saber por qué era tan placentero. Y en ese momento la cara de Demyan pasó por su mente, haciéndole sentir un extraño deseo de que esas fuesen las manos del príncipe tocándola. Y en ese momento, fue como si su cuerpo ya no pudiera más y ella sintió una relajación indescriptible, que era la primera vez que experimentaba. No podía creer lo bien que se había sentido eso, pero luego se preguntó a sí misma que por qué rayos habíapensado en el príncipe en ese momento, lo que le causó una repulsión terrible. Terminó de bañarse y prefirió irse a dormir, quería borrar esas imágenes de su mente.
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