CAP 12 TEXUS

1078 Words
Rosalía hablaba en voz alta para que todos escucharan, pero se dirigía al señor Arista en particular. “Como sabrá, la empresa... antes Corporación Rinaldi, era propiedad de mis abuelos maternos… de la familia Rinaldi para ser más específica, al morir ellos, mi madre se quedó a cargo de todo, en el testamento se especifica que solo un Rinaldi puede heredar, así que todo es mío”. Lo último lo dijo tajante. El hombre apretó los puños. “Tú le entregaste todo a tu padre cuando eras joven y no podías manejar la empresa”. Rosalía recordó aquel momento, su padre la convenció de que sería lo mejor para todos si él se encargaba de la empresa, le dijo que había problemas que solo podía solucionar dándole el poder, ella confió en su padre y esperaba que esto mejorará su relación, pero estaba equivocada. Rosalía solo imitó lo que su padre hizo al quitarle las acciones a Linda. Se podría decir mejor que ella recuperó sus acciones. Ella sonrió maliciosamente. “Verá señor Arista… Mi padre me hizo firmar unos papeles que yo ni siquiera leí, lo hizo usando chantajes y mentiras, eso está penado por la ley, es un delito grave, así que actualmente, mis abogados ya resolvieron el caso, todas las propiedades de los Rinaldi han vuelto a su dueño, o en este caso a mí, la única dueña”. El hombre no estaba de acuerdo con ella. “Eso no tiene nada que ver con la empresa, las acciones están repartidas, no puedes venir y dar órdenes”. Rosalía le mostró una sonrisa burlona. “¿Qué cree? Mi querida hermana Linda me concedió todas sus acciones ayer”. Todos quedaron estupefactos sin creer lo que ella decía, pero algunos ya leían las carpetas, ahí venía todo especificado y había mucha más información. “¡Ha! y soy dueña del 25 por ciento de acciones desde hace ya unos meses, haciendo cuentas da una cantidad de…” Ella contó con sus dedos burlándose. “65 por ciento”. Ella compró las acciones por debajo de la mesa poco a poco ofreciendo miles a los accionistas minoritarios, fue un trato jugoso para ellos y no dudaron en obtener dinero por ellas. El hombre y los demás no podían creerlo, pero todo estaba en la carpeta firmado y notariado. “Mi abogado hoy el señor Pablo Carvajal estará para aclarar cualquier duda”. Pablo afirmó con un movimiento de su cabeza mirándolos a todos. Rosalía miró fijamente al hombre. “Sobre el fraude de las telas, Señor Arista… usted fue quien trajo a Peter Duran para que hiciéramos negocios con él”. El hombre que estaba de pie frente a todos palideció. “Yo…yo…” Rosalía habló para que todos oyeran. “El señor Peter Duran prometió telas, hilos y accesorios de alta calidad y lo que nos mandó fue basura que ni siquiera las máquinas de coser podían trabajar, todo el material era de pésima calidad, se perdieron miles, antes de desaparecer el señor Peter tuvo una conversación por teléfono con el señor Mauricio Otto. Rosalía giro a ver a su asistente, Melina reprodujo una grabación en volumen alto. “¿Por qué hiciste esto Peter? confié en ti”. Otra voz contestó. “Yo no sé qué pasó, el material fue comprado aún bajo precio, pero me prometieron que era de buena calidad, Arista y yo lo verificamos, puedes preguntarle, ambos estuvimos presentes en la compra”. El señor Mauricio recriminaba. “Ya me he enterado lo que pagaron por el material, fueron solo 10 millones y ustedes afirmaron ser 50 millones, se quedaron con el dinero”. Peter no dudó en seguir culpando al otro accionista. “Arista dijo que podríamos ganar un dinero fácil, yo no estuve de acuerdo al principio, pero él me amenazó y me reitero que ha hecho este tipo de transacciones antes donde ha ganado miles a base de la empresa”. Todos estaban estupefactos mirando al hombre que no sabía qué hacer, estaba a punto de negar todo cuando otra conversación se reprodujo era el señor Arista y Peter. Era la voz del señor Arista. “Te dije que esto será fácil, solo son algunos millones, ya he hecho esto antes, le quitaremos solo un poco a la empresa”. Se escuchó a Peter. “Está seguro que no se darán cuenta ¿No quiero meterme en problemas?”. Arista lo convencía. “No estarás en problemas nunca se van a enterar, yo me encargaré de que no se sepa y ambos tendremos mucho dinero fácil”. Todos escucharon la conversación y lanzaban miradas asesinas al señor Arista quien se dejó caer en la silla derrotado, las puertas se abrieron y entraron varios policías, se acercaron al señor Arista. “Señor queda detenido por fraude y robo...” Lo esposaron frente a todos. Lo sacaron de la sala mientras le seguían diciendo sus derechos, Pablo cerró la puerta cuando se fueron los oficiales, todavía no se terminaba la junta, Rosalía los miraba a todos. “¿Alguien tiene alguna objeción en que yo sea la presidenta?”. Todos seguían conmocionados. Rosalía les dijo por último. “Bien, como todos estamos de acuerdo, empezaremos con el plan para salvar la empresa de textiles…” Melina les entregó otra carpeta ahí ya venía todo lo que se haría para recuperar el dinero y financiar con otra de sus empresas a la textil, ahora ella tenía el poder de manejar todo como le plazca, pero aun así les estaba informando que es lo que iba a hacer. Pablo que era la mano derecha de Rosalía, les explicó detalle a detalle, el plan de Rosalía y cómo lograrían levantar la compañía. Estaban asombrados por las habilidades de la mujer, era un plan algo loco y arriesgado, salía de lo tradicional y esperaban que acertara. Pero más que estar asombrados por sus nuevas ideas, no podían creer que Rosalía era dueña de TEXUS, era una empresa de textiles que tenía apenas unos años y había llegado muy alto siendo la mayor competencia de Corporación Otto, sus ventas habían bajado en un 30 por ciento por los productos de alta calidad y buen precio de TEXUS, pero seguía siendo una compañía muy nueva y extranjera, eso a los inversionistas nacionales no les agradaba, preferían lo viejo y conocido.
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