CAP 18 LO QUE TENIA QUE HACER

1099 Words
El chico y Rosalía empezaron a discutir hasta que Arquímedes los corrió a ambos, Rosalía fue a su habitación llamándole a Pablo, contándole lo que había pasado. “¡Estoy harta Pablo! Ese niño me saca de quicio”. Pablo la escuchaba mientras fumaba en la ventana, Rosalía le había comprado un departamento muy lujoso, dejaron atrás las rentas y las necesidades, ahora no se morían de hambre. “Tranquila, ese niño no puede hacerte nada”. Rosalía se limpiaba las lágrimas, ella comentó. “Sería mejor, si no existiera…” El teléfono se quedó en silencio, Pablo miró a la calle pensando en las palabras de Rosalía. “Descansa, te veré en dos días”. Rosalía cortó la llamada y se quedó mirando la pantalla, se escuchó la puerta, Arquímedes entró quitándose la camisa, Rosalía se levantó para ayudarlo con una sonrisa. “Estás cansado”. El hombre asintió. “Me daré un baño y quiero que estés lista para mí”. Ella se estremeció. “Ok”. Camino a la mesita de noche. “No olvides tu medicamento”. Rosalía le entregó el pastillero con un vaso de agua, tomó ambos y después se fue al baño. Ella mandó un mensaje de texto dejando su teléfono en la mesita. Al salir estaba muy cansado y mareado, Rosalía lo ayudó a acomodarse en la cama. Ella caminó a la puerta al escuchar que tocan, el mayordomo Jaime llegó hasta la puerta con una chica que entró y se desvistió rápidamente, el hombre ya hacía en la cama llamándola. Rosalía agradeció al mayordomo y cerró la puerta, solo asintió hacia la mujer quien rápidamente subió encima del hombre para complacerlo. Rosalía salió asomándose de que el hijo de Arquímedes no estuviera, caminó por el pasillo y entró a otra habitación, un rato después Rosalía regresó, el viejo estaba dormido y la chica esperaba sentada en el sillón. Rosalía le entregó un fajo de dinero y salieron juntas a la salida. Pero se encontró con el chico que salía en la cocina. “¿Quién es ella?”. Rosalía pensó rápido y miró a la chica, ella esperaba instrucciones. Rosalía sonrió. “Sabes no quiero seguir peleando, quiero llevarme bien contigo, es por eso que te traje un regalo”. La mujer caminó hasta el hombre quien la miraba detenidamente. Rosalía le explicó. “Ella hará lo que quieras y esto quedará entre nosotros, tu padre no tiene que enterarse”. El hombre examinó a la chica, Rosalía esperaba que él creyera todo. Él tomó a la mujer de los hombros y la llevó hasta su habitación. Rosalía se recargo en la pared suspirando, por poco y se enteraba que usaba mujeres para que estuvieran con su padre, ella no quería volver a ser tocada por el viejo. Llamo a Jaime dejándole instrucciones para pagarle a la chica. Ella estaba sumamente cansada y se dio una ducha y se acostó. Días después… El hijo de Arquímedes estaba en un bar tomando sin control, había perdido mucho dinero en las apuestas, estaba enojado, su padre de seguro lo iba a regañar. Una mujer se acercó susurrándole al oido, el sonrió tenia ganas de desestresarse, la siguió hasta un pasillo oscuro cerca de los baños y ahí la mujer lo arrincono besándolo, ella se alejó un poco y sin darse cuenta un hombre se acercó y lo acuchilló varias veces en el abdomen, el hombre empezó a sangrar por la boca mientras el desconocido seguía acuchillándolo brutalmente, así como apareció se esfumó entre la oscuridad dejando al chico recargado en la pared, cayó poco a poco al suelo desangrándose, pero como era una zona despejada y muy oscura del lugar, la gente que pasaba pensaban que estaba ebrio, lo ignoraban. Rosalía terminaba de darse un baño cuando su teléfono sonó. “Hola”. Pablo desde el otro lado del teléfono miraba como las ambulancias y policías llegaban. “No volverá a molestarte ese chico”. Rosalía se quedó callada y puso sus manos en su boca para no jadear. “¿Qué hiciste?”. Pablo sonrió. “Lo que tenía que hacer”. Él colgó y se alejó del lugar muy tranquilo pasando entre la policía y los transeúntes. Más tarde el señor Arquímedes estaba devastado, la noticia no la tomó muy bien, su único hijo de tan solo 18 años había sido asesinado y parecía que era por las deudas de dinero y apuestas clandestinas, Rosalía solo lo acompañaba en silencio recordando las palabras de Pablo. Rosalía miró al hombre que lloraba por su hijo, ella se levantó y sirvió un vaso de agua, vertió unas gotas de un líquido que había estado dando por semanas en pequeñas cantidades. Le entro el vaso al hombre. “Toma, bebe esto, te hará bien”. El hombre tomó el vaso completamente y se refugió en el regazo de Rosalía, ella acarició su cabello mientras lo escuchaba sollozar. Pero su rostro estaba sin gestos solo miraba al vacío. Arquímedes se levantó. “Estoy mareado”. Rosalía lo llevó a la habitación para dejarlo descansar, ya en la cama lo movió, pero él no reaccionaba, ni se inmuto, estaba muy drogado, Rosalía se alistó, se colocó su abrigo y salió de la habitación, subió al auto con Jaime que la llevaba por la ciudad. Llegaron a una zona lujosa de departamentos, ella bajó del auto y Jaime se estacionó cerca del lugar para esperarla dándose la oportunidad de fumar un cigarrillo. Ella llegó hasta una puerta en el piso más alto, colocó la contraseña y la puerta se abrió, Pablo estaba de pie en la ventana tomando whisky. El giro al escuchar los tacones de la mujer. “¿Qué haces aquí? Te dije que te vería en varios días pueden sospe…” Rosalía no le dio la oportunidad de terminar, se quitó el abrigo mostrando su desnudez y se lanzó a sus brazos besándolo apasionadamente mientras Pablo reaccionó al instante, la cargó de los muslos, el beso fue desenfrenado, sus movimientos eran agresivos y posesivos, ambos estaban perdidos en la pasión. La recargó en la pared y seguía besándola, ella se zafó de sus brazos poniendo los pies en el suelo, sus miradas se encontraron fervientes de deseo, Rosalía abrió su pantalón y fue bajando hasta su virilidad, Pablo solo levanto su rostro al techo al sentir la boca húmeda de la mujer, se peinó el cabello hacia atrás cerrando sus ojos agitado por el trabajo de Rosalía…
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD