NARRA GUILLERMO
—¡Te estoy haciendo una pregunta! —exclama Manuel muy molesto. Por primera vez me sentía listo para liberarme de esto que tenía en el pecho.
—Lo estoy. Si, la amo como una hermana. La amo desde que éramos unos niños. La amé por muchos años hasta que me fui a la universidad. La busqué, pero cuando el destino nos volvió a unir; ella ya estaba contigo. no me interpuse entre ustedes porque bastaba con ver como se mirabas para entender que había amor en ustedes. Con el tiempo me di cuenta que mi preocupación, mi querer hacia ella no era por amor de mujer a hombre, si no de un hermano a otro —confesé con tristeza viendo a Manuel y a Jimena a los ojos.
Jimena se acercó y me abrazó, correspondí su abrazo. Fue breve ya que ella se alejó y me miró con sus enormes ojos azules, lo
