SILVIA —No puedo creer que solo nos quede una semana aquí—le dije a Jason mientras estábamos tumbados en la cama, viendo la tele. Eran alrededor de las doce y media del mediodía y seguíamos en la cama por insistencia de Jason. —Mm, lo sé—estuvo de acuerdo. —Deberíamos quedarnos aquí y no volver. —Jason—me reí—¿Qué pasa con tu trabajo y tu personal? —Despidámoslos a todos—, me susurró al oído mientras yo soltaba una risita. —Es usted muy malo, señor Knight—, le sonreí. —Solo para usted, señorita Vills—, dijo suavemente, besándome la frente mientras me levantaba de la cama. —Ahora, ¿vamos a salir de verdad de la cama o piensas perder todo el día aquí?—. Le pregunté mientras gemía. —Silvia, por favor, ¿podemos quedarnos en la cama?—Suplicó mientras yo ponía los ojos en blanco. —Pued