A la mañana siguiente, me desperté un poco agotada al olvidar por un momento que había pasado la noche en casa de Jason. Miré a mi alrededor y me di cuenta de que se había ido, pero había dejado una nota en la almohada junto a la mía. Silvia, Espero que hayas descansado bien anoche (yo no me cansaba de esas piernas). Hoy no debes venir a trabajar, necesitas descansar, son órdenes mías. Si necesitas algo, pídeselo a Martha o llámame. Nos vemos esta tarde. J Puse los ojos en blanco, miré el reloj y vi que eran las once y media, ¡tenía que volver en una hora! Maldita sea, nunca había dormido así, me siento tan desorganizada. Me dirigí al cuarto de baño y cogí un cepillo de dientes nuevo del armario que había junto a la enorme bañera. Me recogí el pelo en un moño, me subí a los tacones