JASON —¿Me estás diciendo que llegaste a cerrar los labios con esa secretaria tuya tan sexy, pero ni siquiera tuvisteis sexo?—preguntó Lucas con los ojos muy abiertos, sentado a mi lado mientras conducía hacia el trabajo a la mañana siguiente. —¡Luke!— gruñí irritada. —¡Por última vez, no tengo intención de acostarme con ella! Al menos, todavía no. —¡Lo que tú digas! Eres tan azotado, mi hombre—se burló de mí aún más. —Pensé que besarla sería suficiente satisfacción, pero quiero más—, suspiré. —Bueno, ¡entonces ve y consigue más! —Es más fácil decirlo que hacerlo— murmuré recordando la sensación de sus delgados dedos deslizándose por mi pelo, sus suaves labios chocando con los míos tan apasionadamente. Estaba más claro que el agua que yo sentía algo por ella, pero ¿sentía ella algo