Esto no hace más que reír al hombre, quien extrañaba las peculiares maneras del joven, el cual se detiene al ver sonreír al hombre. Pasando todo el día en el restaurante, volviendo a casa de Elián poco después de la hora del té, recibiendo a Elián justo a tiempo.
Con una sonrisa apenada, este se acerca a darle un beso a Njord, quien se aferra a él. Elián vuelve a ordenar algo para cenar, le habla de su trabajo en la oficina a Njord, quien hace pucheros pensando en si pudo ayudarle al mayor. La afirmación de Hefesto respecto a que deberá aguardar por Elián durante cinco días, ya que así es el horario de trabajo, le tienen sumamente afectado.
Aunque al fin ha logrado que Elián se quede con él, el tan “importante” trabajo humano, del cual depende la vida humana por alguna razón. Claramente se interpone, pero confía en sus propios atributos, por lo que se aferra a Elián en cuando se acuestan a dormir. Más Elián siente el cansancio carcomerle casi tanto cómo el deseo, el cual aparece en cuanto le da el más suave beso a Njord, por lo que con cautela.
Ni bien se han comenzado a besar, el mayor esposa al joven, con unos grilletes policiales que consiguió en la tarde. No obstante, en cuanto mete sus manos en el pantalón de Njord, este rompe las esposas de metal. Enderezándose de golpe, sorprende enormemente a Elián, quien lo empuja contra la cama acto reflejo.
Pronto, Njord le arroja al suelo, sacando un grito de dolor del mayor. Tan alto, más que todo debido al susto, no al daño en particular. En cuanto se pone de pie, el joven le observa desde la cama, con cierta preocupación.
Esto hace reír a Elián, quien sabe que perder no es una opción, Njord podría ir por el cuchillo. Le toma algunos minutos pensar, en los cuales el joven no sale de la cama, lo que no le relaja del todo. Ni bien intenta tomar el pomo de la puerta, escucha un movimiento en la cama, por lo que debe volver en sus pasos bajo la atenta mirada de Njord.
Con una sonrisa, se acerca al joven, para después lanzarle una almohada a la cara. Quien la ataja en el aire, distrayéndose momentáneamente, lo suficiente para que Elián se arroje sobre él cual tacleador. Sosteniendo las manos de Njord contra la cama, vuelve a aprisionarle con el peso de su cuerpo, moviendo sus caderas en un intento por excitarlo para debilitarlo.
Njord hace un puchero, para después sonreír, envolviendo nuevamente sus piernas al rededor de la cintura de Elián. El hombre lo admite, la dificultad para siquiera poder tocar a gusto a Njord, resulta estimulante. Más no cree tener la energía para esto, además, si el joven llega a pelear enserio no cree sobrevivir tan fácil.
¡Rompió unas esposas policiales!
A partir de ese día, se vuelve más difícil, ya que Njord no cae ante las mismas tácticas. Por lo que Elián pasa un tiempo difícil durante la semana, lo suficiente para cansarlo al punto en que no desea salir en todo el fin de semana, más el sábado deben comprar nuevamente provisiones.
E- Njord~, sabes que aún no quieres llegar hasta el final, si no vamos a tener sexo.. ¿Es necesario pelear?
N- Pero tus feromonas están mejor~, si peleamos ahora puedes dejar tu semilla dentro, y eso va a preparar mi cuerpo para que nos reproduzcamos. ¿No quieres copular conmigo?
Ambos intentan persuadirse mutuamente, con caricias y besos, en un intento por provocar al otro.
E- No es que no quiera~, pero me has escogido, y cuando peleas así.. siento que te estoy forzando.
Al ver el fingido puchero de Elián, Njord le llena de besos, dejando suaves caricias en las mejillas del otro.
N- Es mi cuerpo~, soy un macho, hay que forzar el cambio. ¿Sí~?
El tono dulce no le quita peso a sus palabras, pero algo es cierto, el encanto de Njord aumenta. No es el único en notarlo, y si logra convencerlo, puede que lo pueda tomar por sorpresa una vez más. Además no está seguro de poder resistir esta vez, es cómo si su cuerpo lo deseara tanto que se mueve por sí solo, con mente propia.
E- Pero hoy es mi día para descansar~ del trabajo. ¿Puedo darte solo una probadita? Pequeñita~.
N- ¿No vamos a copular?
El puchero del joven hace sonreír al mayor, quien le abraza, restregando su rostro en el pecho de Njord.
N- No puedes meter tus dedos.
E- ¡Pero es para prepararte, cuando tengamos sexo será difícil!
N- ¡No, tu métela y ya, cuando nos reproduzcamos estaré más agresivo! .. Deberás tomar la oportunidad en cuanto la tengas.
E- ¿Y cuándo será eso?
N- Pronto.
Dejando un beso en los labios de Elián, Njord cede ante él, controlando tanto cómo puede su instinto. Elián le asegura una y otra vez que no introducirá su pene en él, no van a copular, por lo que se debe mantener sereno. Pero este mantra es más para sí mismo, por lo que en un momento que el mayor se frota contra los glúteos del joven, sosteniendo sus muñecas con fuerza al tenerlo de espaldas.
Le es fácil introducir la punta de su m*****o, sacando un jadeo de Njord, quien no se puede mover con voluntad en lo más mínimo.
N- ¡Elián~!
Puede ser debido a fricción causada por la posición, pero es mayor el placer en la voz de Njord que el dolor, al menos hasta que Elián intenta profundizar. Es cómo si el cuerpo del joven le impidiera llegar más allá, por más que lo intenta, el mayor no lo logra. Y cuando recuerda que la frustración no es solo suya, Njord no se mueve.
E- ¿Njord..?
N- E..Entra..
E- No puedo.
N- M..Me has ganado hoy también, no me voy a resistir, en..ntra.
E- ¡Pero te duele! .. Y a mí también.
Jadeando ante el esfuerzo, Njord se voltea levemente hacia Elián, quien se ha relajado con las palabras del joven.
N- Será más fácil cada vez de ahora en adelante, así que.. debes de.. Meterlo.
E- No creo que sea buena idea.
Njord hace un puchero, visiblemente enfadado, por lo que ante la falta de iniciativa de Elián. Empuja sus caderas hacia atrás, intentando introducir el pene de Elián aún más, sorprendiendo al mayor. Más un click resuena hasta los oídos de Elián, cual liga al reventarse, por lo que este detiene al más joven justo a tiempo para ver cómo se contrae su rostro con dolor.
La expresión cala en lo más profundo de Elián, quien intenta quitarse para socorrerlo, sintiendo cómo le es más fácil moverse al percibir una gran cantidad de humedad. Es Njord quien con una sonrisa tranquila, respirando de forma agitada le para, jalando del mayor.
N- Entra, no te detengas.
¿Sería posible, Njord tenía razón, y solo debía forzar el inicio? Sí, la sensación de la extrañamente dolorosa placentera estrechez se vuelve más fácil de penetrar, con el tiempo suaves gemidos salen del joven. Acompasándose con los de Elián, quien percibe el aumento continuo de la humedad en el ano de Njord, que se desborda por las pelvis y piernas de ambos.
Pero la luz inadvertida del olvidado celular de Elián, se enciende con la llegada de una notificación, mostrando brevemente un intenso carmesí en las sábanas. Elián siente cómo la sangre de su cuerpo baja hasta sus pies, casi dejándole sin aliento, por lo que palidece. Con toda la velocidad que no sabía que poseía, sale de Njord, alumbrando con la linterna de su dispositivo las piernas del joven.
N- ¿Elián, por qué te detienes? Se siente bien~, me siento muy~ bien, hazlo solo un poco más.
Elián boquea sin encontrar su propia voz, perdido en lo que debe hacer. ¿No había sido realmente estúpido en creer las ilusas palabras de un niño que creía que tendrán un bebé?
N- Elián.. ¿No te sientes bien?
Njord, voltea sobre la cama, jalando de Elián para abrazarle. Tranquilizando al hombre con su voz cariñosa, aún agitado, estremeciéndose con cada roce.
N- ¿Qué te sucede?
E- L..La sangre..
N- Bueno, es la primera vez que lo metes, mañana estará bien.
E- ¡¿Cómo puedes decir eso?!
N- ¿No te gustó?
E- ¡Njord!
Con un puchero, Njord estrecha el abrazo, por lo que Elián forcejea levemente.
N- Elián, mírame.
Observando el rostro del joven, con la escasa luz de la luna, Elián arruga el entrecejo.
N- Yo lo disfruté. .. Tal vez no cada segundo, pero estaba a punto de sentir ese bum, cuando tú paraste.
Con un suspiro, Elian relaja su expresión, simplemente no se explica el comportamiento del más joven. Quien lo besa, consolándolo cómo si fuera él a quien han lastimado, más le ayuda a reaccionar. Elián le ayuda a asearse, cambia las sábanas, e intenta brindarle calor toda la noche.