Por la mañana Njord le prepara el desayuno, insistiendo en que está bien, por lo que Elián trabaja todo el día pensando en Njord. Por la tarde, le recoge para llevarle a un hospital, explicando incómodamente la situación al doctor. Más este no encuentra más que una minúscula laceración, por lo que se enternece por la exageración de Elián, creyendo se trata meramente de un primerizo preocupado.
Al regresar a casa, Elián se encuentra sumido en sus pensamientos en la cama, con Njord entre sus brazos.
N- ¿Qué te sucede?
E- Volví a ver las sábanas, era mucha sangre, Njord.
N- Te dije que hoy estoy bien, es normal, Elián. ¿No quieres pelear hoy?
E- .. Te aseguro, que si yo hubiera sangrado tanto, no estaría bien hoy.
N- Eso es por que los humanos duran mucho para sanar.
E- Lo dices cómo si tú..
Elián guarda silencio, observando los ojos lilas, cómo si pudiera encontrar la verdad en ellos. Más la sonrisa dulce de Njord, le advierte quizá no quiere saber la verdad, por lo que apaga la luz de la mesita de noche. Dejando un beso en los labios de Njord, Elián lo abraza, cayendo dormido casi de inmediato.
Durante el resto de la semana, Elián olvida el tema, se entrega a la tarea de buscar maneras para ganar las peleas que tiene con Njord. Así logran llegar a la tan temida semana, un miércoles por la noche, con un Njord tan encimoso que incluso Elián se sorprende.
N- Elián~.
El tono meloso, con un toque de injustificada inocencia, envía un escalofrío por el cuerpo del mayor.
E- ¿Sí?
N- Vamos a reproducirnos.
E- Njord, temo que no estoy preparado..
N- Hay que pelear~. ¿Sí? Y recuerda llenarme por dentro, no te pongas esa bolsita, me roba tu semilla.
Subiéndose sobre la pelvis de Elián, justo después de la cena, Njord comienza a mover sus caderas. Esto incómoda a Elián. ¿Está realmente bien hacer tal cosa, con un niño que tiene la ilusión de quedar embarazado, cuando es claramente un hombre?
Nuevamente, con un beso del joven basta, Elián pierde toda cordura. Más rápidamente, cuál tierno conejo, Njord arroja a Elián por los aires al empujarlo con sus piernas. Casi por un milagro, Elián cae de pie, a lo que Njord sonríe.
E- ..
N- ¿Hmn?
E- .. ¿Dices que debo forzar tu cuerpo, pero que así lo quieres?
N- En cuanto esté gestando las peleas van a parar, además, ya no sangro.
E- Pero si..
Interrumpiendo a Elián, Njord alza su voz.
N- Debes forzar mi instinto, mi cuerpo estará bien, yo te elegí.
Poco o nada tranquiliza esto a Elián, quien suspira de forma pesada.
E- De acuerdo, pero primero. ¿Me das una bolsa de snacks?
N- ¿Las que están en la habitación?
El joven, empezó a guardar snacks bajo la cama de Elián desde la primera vez que fueron de compras, el mayor pensó que era extraño no tener la oportunidad de comer ni una sola bolsa de aperitivos. Pero no fue hasta hace poco, una vez que volvió a ser pateado por Njord, que descubrió el escondite de todos los snacks. Al principio pensó que el joven se los había comido, después de todo tiene un apetito increíble, pero la explicación era que los guardaba justo para esta ocasión.
Ahora, exacto cómo se lo ha solicitado, sobre sus cuatro extremidades. Se encuentra Njord, buscando uno de los snacks bajo la cama, que sabe le gustan a Elián. Más un inadvertido peso le aplasta en el piso, dominándole rápidamente, por lo que intenta escapar.
Por un instante, Njord logra levantarles unos centímetros, pero un mordisco en su cuello de Elián le distrae rápidamente para alivio de este.
N- ¡Eso es malo! ¡No dijiste la verdad!
E- Es cierto, te mentí, pero ya que no puedo ganar en fuerza.
De esta forma comienzan la temporada de celo, donde Elián descubre que, siempre y cuando no salgan de la vista del otro. Una pelea es suficiente por día, ya que inevitablemente debe trabajar, más Njord está tan activo que no parece querer estar fuera de sus piernas un solo minuto. Con semana y media de esto, además del joven advirtiendo se trata de un mes entero, Elián desea vivir en su lugar de trabajo.
Curiosamente, en cuanto ve a Njord, su cuerpo reacciona inmediatamente con solo el vestigio de este. Cómo si de verdad, su instinto se descontrolara, más no es el único en verse afectado. Su usual sábado de compras por provisiones, fueron atacados ni bien pusieron un pie fuera del auto, por lo que Njord no ha vuelto a salir.
A pesar de que su rutina diaria, antes solía incluir una visita a Hefesto, quien buscó a Elián para preguntar por este. Con solo escuchar la palabra ‘reproducción’ de Elián, parece suspirar con alivio, sorprendiendo a este. Le envía bocadillos cada día, para sospecha de Elián, quien observa con cierto recelo la alegría de Njord por esto.
Cada ocasión se vuelve más difícil ganar las peleas con el joven, este no cae dos veces en el mismo truco, pero se muestra ansioso desde temprano en la mañana. Es justamente esta rutina la que agota a Elian, aunque comprende que el vigor de Njord se debe en parte a su juventud, siente que pronto desfallecerá dentro del otro. Durante todo su estadía en casa, ambos consumen meramente snacks, Njord incluso ha entrado un par de veces a la ducha con el mayor.
Durante la tarde de ese viernes, Elián le lleva una caminadora a Njord, quien ha ganado más resistencia para mantenerse en movimiento caminando de un lado al otro. Cada vez que el joven no lo ve, Elián descansa, mientras que Njord corre con energía en la máquina. La esperanza de cansarlo muere poco a poco en el mayor, al ver que pasan las horas y el joven tiene más energía que él, quien no ha corrido más de un par de minutos.
Pero cómo si sus plegarias fueran escuchadas, de un momento al otro las piernas de Njord fallan, haciéndole caer en la máquina que le arrastra con la banda fuera de ella. Por lo que cae en su firme trasero redondo tras la máquina, notando que Elián lo observa, por lo que se sonroja. El mayor le ayuda a tomar un baño, llevándole en brazos, lo que de nuevo siente que lo agota.
Njord mide poco más de metro ochenta y tres, además es musculoso, por lo que es bastante pesado. A pesar de los casi dos metros de Elián, quien ha adelgazado desde que empezó la temporada de celo, no es una tarea fácil llevarle de un lugar al otro. Pero al tener al joven desnudo sobre su cama, en cuanto este le pide a Elián que le lleve hasta su armario, uno en la sala de estar que el mayor compró solo para él.
Con cautela, este saca una bolsa con una camisa blanca, Elián le insta a ponérsela. Debido a los calores del celo, Njord duda en primera instancia, cuestionándose de paso el gusto del mayor en ropa. Ya que la prenda de manga larga con trozos de faja de cuero no parece especialmente cómoda, pero accede a ponérsela a cambio de reproducirse, a lo que el otro acepta.
Ni bien comienzan a besarse, Njord nota cómo Elián comienza a jalar de las correas, hasta que rápidamente le tiene inmovilizado. Njord se sorprende, admirando la estrategia de Elián, quien se ha quedado sin ideas para ese punto. Sus piernas no responden, sus brazos están inmovilizados alrededor de su torso por la camisa de fuerza además del peso del mayor, y realmente Elián parece tener más paciencia para aparearse cada vez.
Njord- Eres un tramposo~.
El tono dulce y risueño del joven, hacen reír a Elián, más su plan da frutos plenamente cuando después del coito Njord cae dormido. El plan resulta tan bien, que el mayor incluso logra despertar antes que el joven, por lo que descansa y come todo lo posible. Más es día de compras, sabe que tiene que tener un plan al volver, pero no concibe una sola idea.
Al volver, es atacado por el joven, quien se arroja de forma inquieta a sus brazos. Elián le disuade para que coman, prometiendo no se van a reproducir hasta que Njord coma, claramente en “beneficio” del pronto bebé. Esto cumple su propósito, distrae lo suficiente a Njord, para que Elián pueda atacarlo por sorpresa.
Esto concluye la función del día hasta la madrugada, cuando al caer rendido Elián no logra dormir más de dos horas, hasta ser despertado por Njord.