Capturé su labio inferior, succionando de este para iniciar el beso, pero él permaneció rígido por unos segundos eternos.
Sin embargo, al rozar mi lengua con su labio superior eso cambió. Su mano que sujetaba fuertemente mi cuello, redujo la fuerza con la que lo hacía, al mismo tiempo que posicionaba su otra mano libre en mi cintura
Me siguió, sus carnosos labios se rozaban con los míos de una manera increíble y sensual.
Gemí contra su boca y abrí la mía un poco más para profundizar el beso.
Había perdido el control, ahora él llevaba el ritmo del beso, mientras que yo lo seguía más que encantada. Sus dos manos se encontraban en mi cintura, sus brazos estrujándome con fuerza, hacían aún más increíble el beso.
Él comenzó avanzar hacia mí y por inercia, comencé a retroceder.
Seguimos
