Entre chiflidos y vulgares halagos a los que ya estaba acostumbrada, llegué al campo. —Tardaste demasiado —exclamó Carissa exagerando, por supuesto—. Acomódate en tu lugar —me indicó y acaté la orden. Evité poner los ojos en blanco. —No, espera —me detuvo—. Tú —apuntó a una de las chicas de la segunda fila—, vete al lugar de Allyson. Esta abrió los ojos como platos, digamos que no le agradaba mucho la idea de estar al final. —Jess (es nombre de mujer y es la amiga de Carissa, o sea, uno de sus clones), toma el lugar de ella —al igual que la ‘Tú ’, Jenny y Millie (otra clon de Carissa) formaron una ‘o’ con la boca. —Pero Carissa… —protestó con una voz aguda. La líder puso los ojos en blanco. —Sólo será por esta vez —dijo con fastidio—. Ahora cámbiate —ordenó seca. —Carissa… —volvió