—¿Sólo eso? —siguió diciendo Rosi y estuve a punto de rodar los ojos. Bueno, ¿es que acaso no hablaba claro? —Sí, sólo eso —le conteste secamente. —Ah —contestó aliviada—. Es que anoche yo creí que… —Mira chica —dije ya con fastidio—. ¿Por qué rayos insistía en hablarme? Ya te dije todo lo que tenía que decir, ¿sí? No molestes más —la corté de a una, harta de su interrogatorio. —Discúlpame, sólo quería ser amigable —respondió seria. —Pues deja de serlo —bufé. No me interesaba en lo absoluto su amistad y de nada le serviría intentar ser ‘amigable’, aún tenía mis dudas de que ese supuesto ‘malentendido’ que tenía que ver con Luca. —Es todo por hoy —avisó Carissa—. Espero que te las hayas aprendido todas —se dirigió hacia mí. —Después de dos horas, sería estúpido si no las aprendie