LEONARDO
Ahora todo comenzaba a tomar forma.
Era su cumpleaños.
Vaya, que belleza de coincidencia.
Grato tal vez, pero bueno, era hora de comenzar a darle el lugar que se merecía. Darle su lugar como la Welshman que ella era.
Darle su lugar, como la nueva Gallucci que requería. Creo que ya era el momento.
Era el momento de regresarle algo de lo que estaba acostumbrada, hacer una tregua con ella, de hacerle sentir nuevamente que era ella misma y no la que tuvo que bajar de nivel para estar con alguien como yo.
Hoy…
La haría feliz.
Nuestra primera parada sería el restaurante más lujoso de la ciudad, que, para la gente como ella, era un lugar para solo ir a tomar el té, ir de negocios o algo similar, porque en la mayoría de los casos, esta gente solía salir fuera de la ciudad o del país en sus aviones privados.
Aún recordaba como Alondra me pedía que lo acompañara de compras fuera de la ciudad, tomando solo su jet personal familiar. O irse de compras a ciudades grandes fuera del país, junto con su mamá.
Tenía que admitir que encontrarnos dentro de una ciudad muy bien financiada, un lugar que, para comparar con otras grandes ciudades, era pequeña, para la cantidad de inversores que tenía, pero claro, este lugar esta valorizado como las casas de campo entre la sociedad adinerada el lugar perfecto para emprender y crecer.
Por qué a sus alrededores tenia a una de las escuelas más prestigiosas de todo Europa, un lugar que tenía su propio internado para aquellos extranjeros que decidían matricularse, por eso tenia tanta afluencia cultural.
El ingreso de esta prestigiosa escuela permitió el ingreso de grandes universidades dentro del sistema de la ciudad, aumentando la calidad en el sistema educativo, ya que, si bien era cierto, no podían bajar el nivel teniendo un colegio de renombre, así que, estás universidades tenían que garantizar una educación de primer mundo para continuar la afluencia de estudiantes, permitiendo que el ingreso se mantenga dentro de la ciudad. Así que nuestro sistema educativo tenía la calidad de Oxford, Cambridge, Harvard, escuelas con un nivel impresionante.
Si no tenias el capital para escuelas como el internado, en definitiva, buscarías una beca de ingreso a las universidades que aquí se tenían. Ya que, en la mayoría de ellas, te permitía intercambios, así como, un sistema de prácticas a nivel nacional e internacional, así que, solo se iban de aquí, quienes querían cambiar de aires o buscaban algo más.
Lo cierto era que esta ciudad estaba creciendo, generando mayor fuente de ingreso, así también, veías mucha gente joven dentro de sus calles, comenzábamos a ver construcciones cada vez más altas, con más inversiones, con más afluencia y crecimiento económico.
Digamos que esta ciudad se estaba convirtiendo en el paso perfecto para que un joven inversionista creciera. Era el salto para posicionarte entre los grandes, pero la verdad era, que el circulo de inversionistas era cerrado y clasista.
Tenías que ser visionario, perfeccionista y un arpía en los negocios, si querías prosperar, sobre todo, si querías llegar a las manos de Antoine Welshman, uno de los inversionistas más grandes de Europa.
Mi teléfono sonaba nuevamente.
-Señor, ya está la reservación para las dos de la tarde, así mismo, ya está el spa que pidió-
-Gracias- terminé la llamada.
Entre a la habitación de su abuelo, la vi abrazada de su abuelo.
Era curioso que le permitiera estar en un lugar así, pensaba que había asilos con mejor vista y atención, pero bueno, quien era yo para juzgar.
-Andrea, es hora de ir a casa- le dije, rompiendo el mágico momento que tenían ellos dos.
Al parecer, había una unión fuerte. Aunque sinceramente no era de mi más humilde interés. Sin embargo, si había notado que había ciertas cosas en las historias de su abuelo que no cuadraban, hablaba mucho de Andrea, pero un plano, que no era el que intuía. Hablaba de ella, como una niña normal, aunque sabía que ellos habían crecido en una cuna de oro, con sirvientes evitando ensuciarse, o que cuidaban de ellos al punto de no dejarlos ni respirar solos. Pero bueno, creo que estaban tan impuestos a este tipo de relación que veían a la servidumbre como gente invisible.
En fin, no indagaría más.
Llevarla al restaurante había sido bizarro, sobre todo por que no había observado la vestimenta de Andrea bien, hasta que escuché algunos comentarios fuera de lugar, lo que instintivamente había tomado la mano de ella.
Rayos.
Esta mujer.
No se que era lo que me pasaba cuando me encontraba en contacto con su espacio, no podía decir que tenía un perfume exorbitante, por que no lo usaba, el solo aroma de su champú era una fragancia embriagadora, así como la calidez de su cuerpo en contacto con el mío.
La sensación en sus manos no era tan suave como las tenían otras mujeres, era cierto, pero, sentir sus dedos entrelazados con los míos era maravilloso, mi corazón palpitaba a mil por hora.
¡Contrólate, Leonardo!
Solo es una mujer más.
Ella avanzó a mi lado, siguiendo a una de las empleadas del lugar. No quería separarme de sus manos, pero era una acción inevitable.
Las apreté fuerte una última vez para sentir esa sensación, esa calidez, esa vitalidad que hacía en mi sentirme como un adolescente más.
Estaba más próximo a mis treintas que a los veintes, sin embargo, aquí estaba, sintiéndome como un idiota a su lado.
Alejé la silla de la mesa, para que ella pudiera sentarse y después se la acerqué.
Ella parecía asombrada con el lugar.
Era una excelente actriz.
¡Que imbécil era!
Mira que volver a caer por la misma sangre.
Vaya
Me sentía una escoria.
Alondra
Andrea
Vaya…
No sabía quién era peor.
Íbamos a pedir el platillo, pero Andrea parecía… como si estuviera incómoda con el menú.
Al final del día, era una melindrosa como su familia.
-¿tienes alguna recomendación?- le pregunté.
-Leonardo, creo que… hay algo que tengo que hablar contigo- Me dijo, pero ya lo intuía, se sentía abrumada por las pequeñeces del lugar. Bueno, digamos a su favor que intentaba ser amable con sus palabras.
-Descuida, veo que aún no estás decidida- Le dije, ella se negó – Entonces, permíteme complacerte hoy, hay un platillo exquisito que te va a encantar, recuerdo que era uno de los favoritos que de tu papá y que deleitaban a la familia, aunque, no recuerdo haberte visto por ahí en las cenas familiares pero imagino que estabas en el extranjero estudiando- Le decía sin prestar mucho atención a los gestos que evidenciaban su incomodidad.
Le pedí a la mesera un platillo que recordaba que hacían continuamente cuando había visitas en la casa de los Welshman, admito que nunca fui bueno en francés, pero al menos me defendía, me permitía expandir mi cartera de clientes.
Lo que no esperaba era escuchar un francés nativo.
Cuando me corrigió ante mi pronunciación pude notar que efectivamente, hablaba con una Welshman, una persona de la alta sociedad, que no esperaba ni un fragmento de minuto para poder pisotear a los demás. No me equivocaba con ella.
Era igual que su hermana.
Solo que, Alondra tenía un acento diferente y ella, tenía un acento más sureño, ¿Dónde lo había escuchado? Se que, por algún sitio, pero…
Marsella, Mónaco, esos sitios, eran ciudades cerca de la costa con un acento marcado. Probablemente allá estudiado en algún tipo de internado durante el verano o tal vez solamente allá sido una buena alumna.
Seguí haciéndole plática sobre Marsella, admitía que esta mujer tenía una fluidez impresionante, su sonido era maravilloso, poético y si hubiera estado en otra situación probablemente…
¡No!
¿En qué demonios estás pensando Leonardo?
Acaso no eres capaz de ver donde estás parado que tienes que imaginar situaciones inexistentes y poco probables de que ocurra.
Tienes delante de ti, a una mujer de posición alta, tu mejor apuesta para darle una lección a Antoine Welshman, aquellas que solo sirven para ser una cara bonita. No entiendo a esta gente, invertir tanto en sus hijas, para dejar que solo se emparenten con gente de su estatus, para dejarlas como modelos, actrices, como cualquier cosa que solo destaque su versatilidad física, pero nunca mental.
Siempre he creído que la alta sociedad no solo era clasista, si no, que producía mujeres de compañía, más que empresarias.
Cierto era, que si, había mujeres capaces, con una capacidad impresionante en diversas áreas, pero eran muy pocas, en su mayoría eran despilfarradoras de dinero.
Sin embargo, esta mujer no era ninguna tonta, tenía talento, lo sabía, tal vez, no para ser empresaria, pero si tenía otras habilidades, era buena para editar, para dibujar, para cocinar, no sabría para que más, pero indudablemente, ella no era ninguna tonta, aunque si actuaba siempre muy ingenua.
A veces creía que ella fingía ser algo que no era.
¡Imposible!
Esta mujer era… manipuladora.
Quería hacerse pasar por una mujer inocente en muchos aspectos, como lo fue Sophie, Alondra y otras mujeres más, cuyos actos de seducción comenzaban así, haciéndose pasar por una persona vulnerable, ocultando así, una personalidad malcriada y prepotente.
Cuando Andrea regresó del baño, vi su mirada apagada, dirigiéndola al suelo, su respiración se veía tensa, era como si algo hubiera ocurrido.
-Leonardo, ¿crees que me puedas llevar a casa?- me preguntó, sin siquiera sentarse. En eso se escuchó como alguien gritaba feliz cumpleaños en otra mesa, alguien más cumplía años. Observé a la familia que se encontraba ahí, después dirigí mi mirada hacía
Andrea que veía… No sabría como describirlo, ¿Melancolía?
Lo dudaba realmente. ¿Acaso realmente extraña a su familia?
Ella se giró a verme, me brindo una de esas sonrisas que cautivan.
-¿Crees que podamos ir a casa?-
-Lo siento, pero tienes una reservación en un spa-
-¿Cómo?-
-Te dije, que te intentaría devolver algo de lo que no te he podido brindar en estos meses, así que, festejemos tu cumpleaños como se merece, ¿De acuerdo?-
-Leonardo, yo… de verdad te agradezco lo que hacer por mí, pero…-
-Descuida, me encargaré de los por menores, vamos- le dije, mientras nos dirigíamos a la salida para pagar la cuenta. Cuando intenté tomar su mano, ella la alejó de mí, dirigiendo la mirada hacia una de las mesas, donde un grupo de mujeres nos observaban.
Vaya, cada minuto me daba cuenta, el suelo en el que pisaba.