Capitulo IV Andrea

1474 Words
ANDREA Estaba sentada en aquella banca, haciendo tiempo para que alguien saliera y me compartiera el tema visto del día de hoy, pero el tiempo transcurría lentamente, tenía abierta mi libreta, dibujando unos ojos, un retrato, unas líneas, un difuminado, inconscientemente era su rostro. Solo lo vi unos fragmentos de minuto, como era posible que recordara cada uno los detalles de su mirada, de su nariz, de sus labios, la forma de su mandíbula era raro, yo no solía ser así. Cerré el cuaderno, vi mi reloj, mejor preguntaría mañana, era el momento de ir rumbo a mi trabajo. Guardé mis objetos en la mochila y tomé el cuaderno en mis manos, dirigiéndome así a la salida del campus que se encontraba por el estacionamiento, por ahí era más corto llegar a la estación que me llevaba cerca de mi trabajo. Comencé a andar cuando escuché mi nombre a lo lejos. Me giré a buscar a quién había gritado mi nombre, pero no vi a nadie, probablemente había sido solo mi imaginación. Continué mi paso, llegando al estacionamiento. Era una de las secciones más amplias de los campus llenos de autos de toda marca y modelo, así también, había un autobús que en determinados horarios te llevaba a los dormitorios del campus los cuales estaban a 30 minutos. De igual forma, tenía la ventaja que dos paradas de autobuses pasaban cerca, una por la entrada principal y la otra, a dos cuadras de la entrada del estacionamiento. -entonces, te llamas Andrea- dijo una voz atrás de mí. Me giré a ver al dueño de aquella voz. Era… era él. -¿acaso me está siguiendo? - le dije. No tenía cara de ser un acosador, pero uno nunca sabía. Se le veía un hombre… muy… Andrea, ¡basta! Que tenía este sujeto que me permitía divagar ideas que no eran nada propias en mí. O sería acaso que estaba tan ocupada como para detenerme a observar detalles en la figura masculina. Cielo santo este hombre era muy bien parecido. - ¿te lo parezco? - me dijo, a lo cual, yo negué con un rápido de mi cabeza de un lado a otro, él comenzó a reír. Su risa era hermosa, las líneas de expresión se marcaban con suavidad, lo que me hacía suponer que casi no sonreía, o no era usual. - para nada, si te soy sincero, me perdí en el campus- me hablaba tan serenamente qué incluso creía que ya había olvidado nuestro percance de hace algunos minutos. Lo cual me parecería increíble, podríamos comenzar con el pie derecho. -Si gustas te puedo guiar al lugar donde tengas que ir, no sé si sean oficinas, recursos, o algún área en particular. - le dije. -descuida, creo que ya tuve suficiente por hoy, ¿conoces algún lugar para comer? - me preguntó. -depende lo que desee comer. Por ejemplo, la comida de aquí es muy variada y comercial, pero si buscas algo con una sazón distinta, creo que aquí como a 10 minutos hay un restaurante que le puede agradar- le dije sin más. - ¿qué te gustaría comer? No es acoso, quiero discúlpame por cómo te contesté- me dijo -aunque realmente fue tu culpa, pero yo no fui del todo caballeroso- Está sorprendida de lo que me decía, jamás me habían invitado a nada, bueno salvo Anthon, pero él no contaba, era como mi hermano. ¡Andrea! Me reprendí, me estaba haciendo ilusiones con una acción que era solo para disculparse. -te prometo que solo será una comida-me dijo, su rostro estaba sereno, dudaba que tuviera malas intenciones, le dije que sí, pero que, en el campus, no quería arriesgarme a desviarme más de la cuenta, el tiempo lo tenía medido a una comida rápida pero no podía disponer más. Caminamos por el campus en lo que le mostraba algunos edificios, así como las pinturas que había en cada una de sus paredes. Le comentaba la belleza de las instalaciones, pero no lo hacía por propaganda, sino, porque yo me había enamorado de aquel lugar, que no me costaba nada hablar sobre la belleza de sus jardines, murales, salones, de todo. Era un lugar donde se podía respirar la apreciación artística. Él me escuchaba con detenimiento haciendo alguna pregunta ocasional sobre el lugar. Me sentía avergonzada por hablar sin parar, pero creo que sería un poco más incómodo si no decía nada. Llegamos a la cafetería, había movimiento como siempre, las instalaciones estaban llenas de mesas en el interior y en exterior de la edificación, mientras que las diferentes tiendas comerciales estaban en el perímetro del lugar. Era como una clase de área de comida en un centro comercial. La mayoría eran franquicias de tiendas de comida grandes, casi no había comidas tipo hogareñas, así que los precios eran un poco elevados. Por lo general, yo no ingería la comida de ahí, si no que intentaba traer siempre mi comida de casa, era más sana y más económica. Aunque cada día que pasaba era más complicado traer comida. Así que aquella cita… ¡Andrea, no es una cita! Aquella invitación me permitía disfrutar placeres de la comida que no me podía dar el lujo de probar. -vaya, era cierto lo que mencionabas- dijo él. Era como si estuviera asombrado por lo que veía, a decir verdad, yo también me asombré cuando vine por primera vez a ver las instalaciones con Anthon. - ¿se le antoja algo? - le pregunté. -francamente, solo hay comida rápida, pero háblame de tú, por favor- -te lo dije, ve a donde te comenté - le insistí. -No, está bien, una hamburguesa de vez en cuando no hace daño- mencionó mientras caminaba hacia uno de los comercios. Fui detrás de él, pero comencé a incomodarme por las miradas curiosas. Sabía que la atención se centraba en él, por ser alguien que no recorría el campus normalmente. Nos detuvimos delante de aquella locación y pidió un combo. -¿quieres algo diferente? - me preguntó, pero yo estaba impaciente por las miradas. -No me digas que cuidas tu figura- me dijo con una sonrisa, tan… cautivadora, que rápidamente le dije que no, así que, comenzó a hablarme de los mejores combos. Digo, para ser una persona que no degustaba de comida rápida, sabía mucho al respecto. Ordené algo, él pago y nos fuimos a sentar cerca de uno de los ventanales. Comenzamos a hablar de todo, pero curiosamente a la vez no era de nada. Era una muy agradable compañía. Le pregunté sobre su aparición por el campus, así como, le volví a pedir disculpas por el contratiempo que le había ocasionado. Su sonrisa era contagiable y mágica. Era la primera vez que salía con alguien. ¡Andrea! Me gritaba mi cabeza, tenía que detener mis especulaciones, si bien sabia no era una cita o una salida oficial, era simplemente una agradable disculpa por su prepotente comportamiento conmigo. Pero si bien era cierto, era la primera vez que gozaba con la compañía de alguien que no fuera alguien de mi familia o inclusive de Anthon. Los ideales que mostraba él estaban centrado en los negocios, pero la forma por la que hablaba era como si fuera alguna clase de encargado o algún tipo de gerente de una agencia de publicidad. Me comentó que esa era la razón por la que se encontraba ahí. La forma en la que se refería a la agencia era como si fuera una empresa pequeña que apenas buscaba sobresalir. Si era sincera, el campo de la agencia publicitaria era algo muy codiciado y muy bien pagado si tenías a los contactos adecuados, de otra forma sería muy difícil posicionarla debido a que la gente promedio no estaba interesada en pagar por servicios publicitarios cuando las propias r************* te lo ofrecían de forma gratuita. Así que, él necesitaría un poco de suerte o que su jefe tuviera un muy buen inversionista. Me parecía atractivo escucharlo hablar, de repente se paró en seco la plática y comenzó a interesarse por mis gustos. Sé que lo hacía por caballerosidad, pero me sentía halagada que alguien tuviera interés en mí. ¡Andrea! Me regañaba a mí misma. De verdad, como era posible que pudiera tener ese tipo de pensamientos con tan poca baja autoestima. Yo no necesitaba de nadie, no tenía tiempo para las relaciones con hombres o amistades, solo tenía que tener en mi cabeza a mi abuelo. -Andrea, tu teléfono está sonando- me interrumpió él. Era mi alarma. Dios, ya tenía el tiempo encima, llegaría tardísimo a mi trabajo. Lo apagué y me puse de pie. -Le agradezco por la invitación a comer, y de nueva cuenta le pido disculpas, pasé un agradable momento, pero es hora de irme. Que pase linda tarde y espero que pueda lograr aquellos objetivos deseados. -
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