6. ¿Error?

1088 Words
[FACUNDO] (Horas después)  Venir a Disney Springs creo que fue la mejor decisión de todas, hay mucha gente, sinfín de cosas para hacer y pocos momentos para hablar de temas “profundos” que hagan que yo pueda meter la pata y contarle algo de lo que ocurrió anoche. La veo enviando un mensaje tras otro en su celular y la curiosidad me mata.  —¿Con quién escribes tanto un domingo? — Pregunto y si, la curiosidad fue más fuerte.  —Con Ignacio Lorenz, estoy arreglando todo para el almuerzo de mañana. — Me responde sin dejar de escribir.  —¿Te gusto el tipo? — Me atrevo a preguntar y apenas pronuncio esas palabras, me arrepiento. —Me gusto lo que me propone. — Contesta haciéndome sonreír.  —Y… ¿no quieres que te acompañe como tu abogado? — Propongo y de inmediato niega con la cabeza.  —Es una reunión informal, si me da algún contrato u algo más serio te lo doy para que lo revises. — Me cuenta y finalmente guarda el celular en el bolso —bueno, ¿para donde vamos? — Pregunta mirando a su alrededor —¿cine? ¿bowling? ¿helado? O ¿un buen almuerzo? — Indaga mirando las diferentes opciones.  —¿Cine y después ya un almuerzo tipo cena? — Sugiero y asiente. —Dale. — Responde de inmediato y sin más caminamos hasta llegar al cine.  —¿Cuál vemos? — Pregunto una vez que llegamos mientras que miramos la cartelera sin saber muy bien que elegir —¿comedia? ¿drama? ¿romance? ¿acción? ¿terror? — Digo mirándola y realmente los gestos que hace mientras intenta decidir son fascinantes.  —Si me dejas arañar tu brazo, puede ser una de terror… sé que te encantan. — Me responde haciéndome reír. —Te dejo arañar mi brazo. — Contesto sin dudar y cuando llega nuestro turno en la fila, compro las entradas para la película y entramos al cine —¿palomitas? ¿chocolate? ¿algo de tomar? — Ofrezco antes de que entremos a la sala y sonríe. —Sabes que amo las palomitas. — —Lo sé… ven vamos por las palomitas. — Señalo y con toda la naturalidad del mundo la tomo de la mano para que vayamos hacia la fila, pero algo ocurre cuando su mano y la mía entran en contacto, pero yo de inmediato rechazo cualquier sentimiento que pueda surgir en mi por ella. —No me iré a ninguna parte. — Me dice mirándome a los ojos y después mira nuestras manos. —Lo siento…— Contesto entre risas y la suelto mientras que por dentro pienso que soy un tonto. Apenas llega mi turno en la fila, compro las palomitas, las bebidas, pago todo bajo sus quejas inútiles porque nunca la dejo pagar y rápidamente vamos hacia la sala de cine que nos corresponde. Como de costumbre, elegimos la última fila de la sala y tal y como nos gusta a nosotros, la sala está bastante vacía.  —Así se disfruta mas todo esto. — Comenta mientras que estira sus piernas y de inmediato convierte a las palomitas de maíz en victimas perfectas de su vicio.  —No sé dónde metes toda la comida…— Bromeo y me mira sonriente.  —¿Sabes cuantas calorías quemo bailando? — Me explica haciéndome reír. —Muchas. —  —Aproximadamente 200 a 500 calorías por hora, aunque claro con una sesión de sexo de media hora las mujeres pueden quemar unas 160 mientras que los hombres unas 190… es decir que básicamente tener sexo puede ser más beneficioso ya que solo es media hora en comparación al baile. — Relata y si hay una cosa que me encanta de ella son los datos que puede llegar a decir.  —¿Eso quiere decir que para quemar las calorías de esas palomitas deberías tener sexo o bailar? — Pregunto y de repente a ella le da un ataque de tos que creo que es consecuencia de las palomitas —Nati, ¿estás bien? — Pregunto mientras le golpeo la espalda suavemente hasta que se le pasa.  —Si… solo que tú y tu comentario…— Se queja. —Tú sacaste el tema, no te quejes. — Me defiendo mirándola fijamente y no puedo dejar de pensar en lo que casi ocurre anoche… Ella cruza su mirada con la mía y me mira extrañada —¿Qué? — Me pregunta y niego. —Nada…— Respondo y vuelvo mi mirada hacia el frente agradeciendo que las publicidades antes de la película ya den inicio. La oscuridad de la sala se vuelve aun mayor cuando la película finalmente empieza y con solo ver los primeros minutos, me doy cuenta de que mi brazo quedara hecho trizas ya que la película parece ser bastante buena en su genero —¡Mierda! — La escucho gritar cuando una de las escenas la hace sobresaltar de su silla y rápidamente deja las palomitas en el suelo para después inclinarse hacia mí y aferrarse a mi brazo. —¿Para qué elegiste esto si te da miedo? — Cuestiono en un susurro. —Porque soy una idiota. — Se queja y se tapa la boca para no gritar nuevamente y simplemente se cubre los ojos apoyándose sobre mi brazo.  Yo no puedo más que mirarla y reírme de sus reacciones mientras que su inocente manera de levantar el apoya brazo para que no exista distancia entre los dos comienza a ponerme nervioso, sobre todo cuando se abraza a mí para intentar mirar parte de la película —Menos mal que tienes las uñas cortas. — Murmuro y la miro sin esperarme que ella gire su rostro para verme a la cara y que la distancia entre los dos sea muy poca.  —Sabes que no puedo tener las uñas largas por mis compañeros de bai…— Intenta decir, pero llevo mi dedo índice sobre sus labios. —Nati… es que… tú y yo anoche…— Intento decir, pero sus ojos profundos me hacen olvidar de todo. —Tú y yo anoche… ¿Qué? — Me pregunta y sin poder evitarlo, llevo mi mano a su cuello para acercarla un poco más y así besarla olvidándome de que todo esto está mal.  «Probablemente sea un error… pero vaya error más delicioso.» pienso mientras que su manera de besarme me enloquece. 
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