Estoy en medio del salón del club sentada en el piso, rodeada de gente mientras todos me miran. Jamás en mi vida e sentido tanta vergüenza y siento tantas emociones en estos momentos que se me haría imposible enumerarlas. —¡Oh Dios! ¿Necesitas que te lleve a un hospital? —pregunta el señor Porter mientras me mira con preocupación. Escucho la voz de Kleo diciendo mi nombre con mucha angustia y luego la veo agacharse para poder mirarme. —¿¡Qué paso!? No logro responder las preguntas de Kleo y el señor Porter, ni siquiera puedo levantar la vista del piso. Kleo me sostiene de la cintura, me ayuda a levantarme y me saca del salón lo mas rápido que puede. Me lleva hasta la lavandería y las lágrimas empiezan a recorren mis mejillas. —¡Que vergüenza! —dije tapando mi cara con mi manos. —E