UN CASTIGO DE ALTO NIVEL

2731 Words
El día siguiente llegó y con el, la noche y con ella la celebración que habrá en el club. Estoy muy nerviosa por lo que me dijo Jackson, no se que estupidez se le haya ocurrido y estoy segura que no será agradable. —¿Aranza qué te pasa? —me pregunta Kleo con precaución— ¿¡Te sientes mal!? Todo el día has estado rara —agrega. —No te preocupes y mejor hagamos silencio —le respondo con seriedad y trato de concentrarme en mi trabajo. A Kleo, a mí y otros colegas nos toco atender las mesas de los invitados. Kleo y yo estamos recibiendo y ubicando a los invitados en sus mesas cuando de repente veo a Jackson entrar al salón acompañado de un hombre de cabello castaño y ojos claros e igual de alto que él. Ambos visten esmoquin, Jackson uno azul oscuro y su amigo o eso imagino que es, viste un esmoquin de color marrón. Mi mirada se cruza con la de Jackson y él me mira fijamente de manera fría, pero puedo notar un juego en su mirada como si me gritara que está apunto de hacer una travesura. Siento que mi piel se eriza, lo miro enojada mientras siento como mis mejillas se calientan, lo ignoro y continuo con mi trabajo. Kleo se me acerca disimuladamente, ya que nuestra jefe está pendiente del trabajo de todos. —¿¡Qué hace él aquí!? —pregunta Kleo con angustia. —Es socio del club —susurro. —Solo espero que no te moleste. —Lo mismo digo —contesto sabiendo que no será así. La celebración empieza y yo trato de evitar ir a la mesa en la que esta Jackson, pero entre más lo evito, él sonríe cada vez más de forma victoriosa, pero no con una sonrisa escandalosa sino con una sonrisa casi siniestra como si estuviera tramando algo y a la vez como si me estuviera retando. Me lleno de valor y voy hasta la mesa de Jackson para demostrarle que no le tengo miedo. —Un placer atenderlos en esta noche, ¿qué les puedo servir? El hombre con el que llegó Jackson me sonríe con amabilidad. —Muchas gracias, por favor puede traerme whisky, no soy amantes a la champagne —dice mientras aparta la champagne que se le sirvió a todos los invitados en cuanto llegaron. —Claro no se preocupe señor. —Puedes decirme Carlos, la palabra señor me hace sentir como un hombre de tercera edad. Asiento y sonrió, pero siendo sincera me sorprende la amabilidad del amigo de Jackson que ahora sé que se llama Carlos, en realidad pensé que sería igual de pretencioso y egocéntrico a él. Jackson me observa con seriedad y algo me dice que intenta ponerme nerviosa, pero no le daré esa satisfacción. —¿Alguien gusta de algo más? —pregunto sin dejar de sonreír. Veo un brillo en los ojos de Jackson y me preparo para oír alguna de sus idioteces. —A mi me gustaría algo... —hace una pausa y ensancha su mirada en la mía— afrodisíaco... —dice lentamente haciendo énfasis en la palabra— ¿Qué me recomendaría? —agrega sonriendo con picardia. Las demás personas en la mesa me miran expectantes a mi respuesta y dos personas se sonrojan. Empuño mis manos solo pensando que no me puedo dejar intimidar. —Bueno señor podemos ofrecer el Cóctel Acapulco que contiene principalmente piña y también tenemos licor de melocotón, si tiene problemas sexuales esas dos bebidas le ayudarán a aumentar su virilidad —sonrío en cuanto terminó de hablar, pero sé que metí la pata hasta el fondo y no solo por algo me dice que Jackson se vengará de mí, sino porque esto me puede traer problemas en mi trabajo si uno de los invitados se queja de lo sucedido con mi jefe, ahora solo puedo pensar en que debí cerrar la boca. Las personas en la mesa me miran con sus ojos abiertos de par en par y una señora incluso se ahoga con su bebida. Jackson dejó de sonreír y el enojo en su mirada es casi palpable, Carlo, su amigo aguanta la risa y yo aunque sé que estoy metida en un lío tremendo no dejo de mirarlo de manera desafiante esperando su respuesta. —Cualquiera de los dos está bien —responde Jackson con una voz tan calmada que me causa escalofríos en vez de tranquilidad. —Claro como usted diga, aunque si necesita las dos al tiempo puedo traerselas —agregué esa oración sin darme cuenta y veo a Jackson empuñar su mano izquierda que está sobre la mesa. —Claro señorita traiga los dos —contesta nuevamente con esa voz terriblemente calmada. —Perfecto, con permiso. Me voy de la mesa y trato de ignorar las ganas que tienen mis piernas de correr y así desaparecer de la vista de todos en esa mesa y sobretodo desaparecer de la vista de Jackson. Camino por el pasillo hasta llegar a la parte de atrás que es donde está la cocina, pido las tres bebidas en cuanto llego y cuando las preparan las pongo en mi bandeja y camino por el pasillo para llevarlas a la mesa donde está Jackson, pero al pasar por el cuarto de servicio que está del lado izquierdo del pasillo la puerta de este se abre y solo veo una mano aparecer a tan solo un centímetro de mi cara, esta misma tapa mi boca rápidamente y me hace entrar al cuarto. Agarro con fuerza la bandeja para que no sé caiga, quien me tiene agarrada cierra la puerta y de inmediato me suelta. Al darme vuelta veo Jackson mirándome con enojo. —¿Pretendías humillarme? —¡Eso es lo que pretendías hacer tu! —Bueno te has ganado otro castigo. —Estoy muy ocupada ahora como para estar pendiente de tus castigos —replico con firmeza y camino hacia la puerta, pero Jackson me toma de la cintura y con su mano libre me sube la falda de mi uniforme. —¿¡Q-qué haces!? —digo con voz temblorosa —¡Aquí no Jackson! —Te enseñaré que no debes desafiarme. En cuanto Jackson termina de decir esas palabras sube aún más mi falda, baja mis bragas y empieza a acariciar mi v****a con sus dedos. La bandeja en mi manos empieza temblar y siento como mi piel se eriza. —¡Estás tan mojada! —sonríe— ¿Acaso te exito nuestra discusión de hace rato o te exita el lugar en el que estamos haciendo esto? —¡Cállate! —intento protestar pero mi cuerpo tiembla al igual que la bandeja en mi mano y a la vez solo quiero gemir y pedirle a Jackson que meta sus dedos dentro de mí— Para se me caerán las bebidas. —Quiero escucharte pedirme perdón. —¡Eso jamás! —exclamé. Jackson introduce sus dedos en mi v****a y la bandeja se tambalea en mis manos a punto de caerse pero ya casi pierdo mis razonamiento y solo puedo jadear llena de exitación. —¿Te seguirás negando? —¡Vete al diablo! Terminó de decir esa frase y siento como Jackson cruza sus dedos dentro de mi mientras estimula mi cl*toris con su pulgar. Mis piernas tiemblan, estoy a punto de correrme pero Jackson saca sus dedos de mi v****a. —No será tan fácil —dice Jackson hablando a mi oido. Siento que Jackson mete algo dentro de mi v****a, ese algo roza mi cl*toris y trato de ver que es pero Jackson sube rápidamente mis bragas y baja nuevamente mi falda. —¿¡Qué es eso!? ¿¡Qué m*erda me pusiste ahí!? —Pronto lo sabrás, ahora salga de aquí. —¡No lo haré! —respondo con enojo e Intento subir mi falda para sacar de mi v****a lo que sea que Jackson puso ahí, pero él me agarra la mano y me saca del cuarto aprovechando que puedo defenderme ya que tengo la bandeja con bebidas en mis manos. Al salir veo a Kleo venir con una bandeja con pasabocas, al parecer viene de la cocina. En cuanto me ve apresura el paso y llega hasta mi. —¡Oye! ¿¡dónde estabas metida!? —Lo siento... —digo tratando de disimular mi nerviosismo y miro por un segundo la puerta del cuarto de servicio donde aún se encuentra Jackson. —Tenemos que movernos, hay muchos invitados —dice kleo con firmeza y empieza caminar. Juntas vamos hasta el salón, voy hasta la mesa de Jackson y le entrego la bebida que pidió su amigo, mientras estoy en eso Jackson llega y le entrego sus bebidas afrodisiacas. Le doy una mirada de enojo y cuando estoy por irme él empieza a hablar. —Señorita, ¿usted sabe si estas bebidas funcionan? Mantengo la compostura ante la pregunta de Jackson y solo sé que sí él viene a por más, yo no me quedaré atrás. —Sinceramente no lo sé señor, pensé que usted tenía una extensa experiencia tomándolas —sonrío sintiéndome orgullosa de mi respuesta y puedo notar como los demás invitados en la mesa tratan de ocultar su risa. De reojo veo a Jackson meter su mano dentro de su chaleco y de repente lo que puso en mi v****a empieza a vibrar. Comienzo a sentir corrientes en todo mi cuerpo, mi cl*toris tiembla, al igual que mis pierna y trato de disimular manteniendo la compostura y una sonrisa más que forzada. —Se-se les... O-ofrece algo más... —mi voz se entrecorta. —Señorita sea puesto usted bastante roja, ¿Acaso se siente mal? —me pregunta Carlos mientras me mira como si tratara de comprender mi cambio repentino de una voz segura a una voz llena de angustia y nerviosismo. —S-si, no... No sé p-preocupe. —No debes preocuparte Carlos, la señorita seguro está bien, tal vez es el calor ya que hay mucha gente aquí —contesta Jackson con una voz desbordante de egocentrismo y que me restriega en la cara su triunfo. Solo puedo mirarlo fingiendo una sonrisa y por dentro desear darle una bofetada. —(Me puso un vibrador el muy hijo de put*) —pensé mientras apretaba el c*lo para intentar resistir las vibraciones. De repente el vibrador en mi v****a deja de vibrar y aunque es un alivio mi cuerpo esta muy exitado y mis entrañas arden a punto de tener un orgasmo. —Co-con permiso... —digo con voz apresurada y tartamudeando un poco a la vez. Me alejo de la mesa de Jackson caminando un poco lento, sabiendo perfectamente que si camino muy rápido el vibrador en mi v****a rozará más mi ya sensible cl*toris. Solo puedo pensar en ir al baño y sacarme esta cosa de mi v****a, pero en ese mismo instante me llaman desde otra mesa, maldigo mi mala suerte, tomo aire y sonrió nuevamente mientras camino hasta la mesa en la que me acaban de llamar. En mi mente solo puedo ir rezando a todas las deidades que conozco que por favor me ayuden para que Jackson no vuelva a encender ese maldito vibrador. —Buenas noches, espero que estén pasando una excelente velada, ¿En que puedo servirles? En cuanto terminó de hablar un chico bastante guapo me sonríe con amabilidad. —Plis hermosa me traes un mojito de kiwi y arándanos por favor —dice el chico guapo. —Lastimosamente esa bebida se nos a agotado, pero puedo ofrecerte un Martini Blueberry que también es muy bueno. —Si tu lo sugieres con gusto lo aceptaré —contesta sonriendo de forma coqueta y le sonrío con amabilidad en respuesta. De repente el vibrador en mi v****a empieza a vibrar con mucha más fuerza que la última vez, siento como mi cuerpo se calienta y mi v****a se moja, siento el calor subiendo a mi mejillas y mis piernas empiezan temblar. —¿Te pasa algo hermosa? —N-no se preocupe estoy... B-bien, iré por su be–bida —mi voz se entrecorta y camino mientras siento como mi v****a se moja cada vez más. Miro a Jackson y su mirada solo expresa enojo. —(¿¡Ahora que mierda hice!?) —me pregunté a mi misma en mi mente. Trato de no emcorbarme al caminar para no llamar la atención pero con cada paso me cuesta más y más. —(Ese imbécil hará que me despidan) —pensé mientras apretaba mi mandíbula. Estoy llegando al pasillo que va hasta la cocina cuando Kleo se acerca a mi. —¿Aranza te sientes mal? Miro a Kleo tratando de hacer un gesto normal pero no puedo, me recargo en la pared con la respiración agitada y tratando de controlar las corrientes en todo mi cuerpo. —Aranza me estas asustando, ¿necesitas ir al hospital? Sacudo mi cabeza de un lado al otro diciendo que no. —Solo... Solo me duelen un poco las piernas —respiro pesadamente— Pero puedo seguir —agrego tratando reunir mis fuerzas. —Okey pero descansa un poco yo llevo tu pedido. Asiento e Intento habla para darle las gracias a Kleo pero ni eso puedo hacer, Le doy el pequeño bloc de notas en las cuales se anotan los pedidos y le señalo cuando pedidos es y a cual mesa debe llevarlo. Kleo se va a la cocina y debido a que Jackson está en un ángulo en el cual desde el pasillo aún puedo verlo, miro nuevamente hacía y aunque quiero suplicarle con la mirada que pare, hago lo contrario y lo miro con desdén. Las vibraciones bajan de intensidad pero no se apagan del todo. Mi cuerpo ya está lo suficientemente exitado, si sigo así en cualquier momento tendré un orgasmo... Decido tomar la dirección contraria de la cocina para ir al baño, pero a cada paso que doy las vibraciones comienzan a aumentar, miro a Jackson y disimuladamente me dice que NO moviendo la cabeza, dejo de caminar para que no siga aumentando las vibraciones y estas empiezan a bajar. Veo a uno de mis colegas acercase a mi con una bandeja llena de copas de champagne y me pongo rígida, disimulando todo lo que mi cuerpo siente estos momentos. —Aranza, reparte está champagne a los invitados. —No creo que... —La jefe no nos quita la mira de encima y ya tengo pedidos atrasados, ayúdame te lo suplico —dice rápidamente interrumpiendome. —Es-esta bien... —Tomo la bandeja con manos temblorosas y trato lo más posible de mantenerme firme. —¡Muchas gracias Aranza eres la mejor! —mi compañero dice esas palabras muy sonriente y se va. Me doy media vuelta y camino hacia al salón, de reojo miro a Jackson y lo que intento expresarle con mi mirada es que ni se le ocurra aumentar las vibraciones o sería capaz de molerlo a golpes. Empiezo a repartir la champagne y ya siento como mis líquidos se escurren por mis muslos... Llego hasta uno de los socios del club que conozco bien ya que viene con frecuencia y siempre nos deja buena propina a todos los empleados cuando lo atendemos, además que es muy amable. —Hola señor Poter, ¿Gusta champagne? —Hola Aranza, claro que si. Le sonrío al señor Porter y él me sonríe igual mientras toma de mi bandeja un copa con champagne. —Vi a Kleo hace poco, ambas están muy bonitas como siempre. —Muchas gracias señor. —¿Y Luna cómo está? —Muy bien señor cada vez más gran... No termino de completar la frase cuando de repente las vibraciones se disparan y nuevamente a aumentar. —Ee-e nos vemos después, tengo que seguir atendiendo a los... a los invitados —digo apresuradamente casi balbuceando. Las vibraciones aumentan más y más, mis piernas tiemblan, y no puedo moverme; mi sonrisa fingida se borra de mis labios sin que pueda contenerla por más tiempo. —¿Te pasa algo Aranza? Ni siquiera puedo responder e inevitablemente la bandeja se cae de mis manos, empiezo a tener un fuerte orgasmo y pongo las manos en mi boca conteniendo mis gemidos y jadeos. Mis piernas tiemblan demasiado y caigo sobre mis rodillas...
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