—¡Ayyy no! —exclamo, sorprendida con lo que me cuenta Brad—. ¿Y supongo que la llevaste donde Katty? —pregunto con obviedad. —En eso quedamos —Asiente—. Y debo decir, que creo que me fue genial —asevera. —¿Y la gatita, quedó muy mal? —cuestiono, pasando por alto lo que dijo recién. Vuelve a asentir. —Aunque tuve que hacerle masaje cardiaco y darle respiración, pero ella está bien, Katty la cuida ahora —Sonríe, embobado. —¿Cómo estás tan seguro de que te fue bien con Katty? —pregunta Sam, acercándose por la puerta, y juro que no lo había visto chismoseando antes. Me río. —¿Y tú, de dónde saliste? —cuestiono entre risas, haciéndolo reír. —Eso da igual, lo importante, es que al fin sucedió el paso uno de nuestro plan —dice con orgullo. —La verdad es que todo el rato que se dedicó a ate