CAPÍTULO VEINTISIETE

1178 Words
ALICE   El domingo Dominic me escribió un mensaje preguntándome si podía ir a cenar con él para que pudiéramos hablar de todo lo que había sucedido en los últimos días, pero me negué bajo el argumento de que ya tenía otros planes, y diciéndole que cualquier cosa que tuviéramos que hablar lo hiciéramos en la oficina, ya que esa es la única ocasión en que podemos hacerlo debido a que nuestra relación es estrictamente laboral; sorprendentemente él parecía algo molesto con mi mensaje y me respondió con un simple: “Está bien, como mejor te parezca, nos vemos mañana en la oficina,”   Así que aquí estoy camino a la oficina en el auto de George, mientras lo escucho quejarse sobre su trabajo, y tengo que hacer un esfuerzo por tener las reacciones adecuadas en los momentos correctos para que él no se dé cuenta que estoy distraída y pensando en otras cosas, para ser mas específica, pensando en él, aunque es difícil pues no puedo evitar sentir nervios con cada calle que pasa y me acerca más al momento definitivo y para el cual he estado practicando todo el fin de semana, debo hacerlo bien o de lo contrario las cosas se pondrán feas.   “¿Alice?” Escucho a George llamándome con un tono de molestia.   “Sí, lo siento, es que estaba un poco…” le empiezo a decir y él me interrumpe.   “¿Distraída? Sí, ya lo noté,” él responde rodando los ojos.   “No olvides lo que hablamos, lo necesitamos a tus pies, así que saca tu mejor actuación, ¿entiendes?” él me dice una vez más.   “George, te he dicho ya que ese plan no va a tener éxito, él tiene novia y ahora ambos están esperando un bebé, no se va a involucrar conmigo,” yo le repito lo mismo que he venido diciéndole desde que me contó su  plan por primera vez.   “¡TÚ HAZ LO QUE TE DIGO Y NO CUESTIONES NADA!” Él me grita y yo me encojo casi instantáneamente.   “Vale, vale, pero no grites porque ya la gente nos está mirando,” yo le digo mientras miro alrededor y noto varios transeúntes mirando con curiosidad, pues aunque estemos dentro de un vehículo, los gritos de mi hermano son lo suficientemente fuertes para escucharse desde afuera.   “Okey, mantenme informado de cómo van las cosas,” él me dice ya más calmado y le quita el seguro a las puertas para que yo pueda salir.   Es una suerte el hecho de que él me deje siempre a una calle de la oficina, pues así no me arriesgo a que mis compañeros presencien ese tipo de escenas y después empiecen los rumores nuevamente sobre mí.   Tan pronto llego a la oficina y me siento en mi lugar de trabajo para empezar a organizar las tareas del día, veo a Dominic entrar por la puerta principal y hacerme una seña con la mano para que lo siga a su oficina, así que tomo una respiración profunda y me preparo para lo que está por venir, me pongo de pie de forma lenta, casi dubitativamente, y empiezo a caminar hacia donde él se encuentra de pie en la puerta esperando por mí, mientras me pregunto si no será mejor renunciar a este trabajo y alejarme de él completamente para evitar lo que está por venir.   Él me mira con una mirada expectante mientras me observa caminar lentamente hacia él, y tan pronto como entro a la oficina él cierra la puerta con seguro y tomándome por la cintura, me empuja suavemente contra la puerta, y se acerca hasta que su pecho está tocando el mío y su rostro está tan cerca que puedo sentir su aliento mentolado rozar mi rostro, su mirada parece seductora, casi salvaje y mi cuerpo reacciona a su cercanía casi de inmediato, mi piel se eriza y mi corazón late con fuerza al mismo tiempo que siento la parte baja de mi abdomen contraerse con anticipación.   Sin embargo, cuando él parece estar a punto de besarme, coloco una mano sobre su pecho para detenerlo y Dominic frunce el ceño automáticamente, antes de mirarme con una expresión confundida.   “¿Qué pasa?” me pregunta él con suavidad.   “Señor Pemberton, tal y como le dije el viernes, lo que pasó ese día no se puede volver a repetir,” le digo con la respiración agitada y tratando de sonar firme.   “No, Alice, sé que lo que viste el sábado parecía algo bastante serio, pero es sólo un total…” él empieza a decirme y yo siento que la rabia me invade casi al instante.   ¿Cómo se atreve a minimizar el hecho de que va a ser padre? ¿Qué clase de persona hace eso? Dios, puede que George tuviera razón sobre él después de todo; no obstante no puedo permitir que las cosas se salgan de control, debo terminar esto antes de que empiece siquiera.   “Un hijo es bastante serio, además, no lo digo por su inminente paternidad, señor Pemberton, sino por el hecho de que yo no estoy disponible para lo que pasó el viernes ni para ninguna otra cosa parecida,” le digo con rabia y él inclina su cabeza ligeramente hacia un lado.   “¿Por qué no?” pregunta con curiosidad, aunque pareciera ya intuir la respuesta.   “Porque estoy saliendo con alguien y lo que pasó el viernes no está bien, no es justo con él, no quiero lastimarlo,” le digo y él parece totalmente sorprendido, y hasta dolido, como si le acabara de propinar una bofetada.   “¿Es ese el mismo hombre que escuché en el teléfono el sábado?” él me pregunta.   “Sí, y no quisiera que ese pequeño incidente entre nosotros arruinara mi relación con él,” le digo con determinación y él da un paso hacia atrás al escucharme describir lo que pasó el viernes como un ‘pequeño incidente’, esta vez sí parece genuinamente dolido por mis palabras, y después de un silencio breve él asiente sin decir nada más sobre el tema y luego se aleja de mí para irse a sentar detrás de su escritorio.   “Bueno, deberíamos empezar a trabajar entonces, lamento si la hice sentir incómoda en algún momento señorita Coleman, tiene mi palabra de que no volverá a suceder,” él me dice con el tono frío que usa con la mayoría de personas y que hace varias semanas no lo escuchaba usarlo conmigo; así que ignorando la punzada de dolor que atraviesa mi pecho, asiento y me acerco un poco a su escritorio mientras le empiezo a informar sobre todos los compromisos del día, mientras él sólo se limita a asentir sin volver a mirarme y sus respuestas son cortas, haciendo que mis ojos se llenen de lágrimas, pero hago mi mejor esfuerzo por no dejarle ver lo mucho que esto me está afectando, pues lo estaría poniendo en riesgo si él lo nota.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD