CAPÍTULO VEINTISÉIS

1129 Words
DOMINIC   En el momento en que escucho las carpetas caer contra el suelo supe que había pasado lo que temía desde el momento en que Zara me llamó a decirme que venía en camino, cuando le dije a Alice que viniera hoy, se me olvidó por completo que ya había agendado una reunión con Zara y sólo lo recordé cuando ya era muy tarde, creí que yendo al grano podía evitar que las dos se cruzaran y Alice se hiciera la idea equivocada, pero claro que las cosas nunca son así de fáciles, y cuando se trata de Alice, la suerte nunca está de mi lado.   Me apresuro a ir a su lado mientras ella trata desesperadamente de recoger las carpetas, e incluso Zara se acerca a ayudar, pero eso sólo parece ponerla más inquieta, por lo que las termina de recoger con un movimiento rápido y después de mascullar un “Lo siento,” desaparece detrás de las puertas de vidrio sin decir una sola palabra más, y yo me quedo de pie mirando el sitio por donde acaba de irse sin saber bien qué hacer o qué decirle para explicar lo que seguramente escuchó y causó todo este alboroto.   Zara parece darse cuenta de lo que está pasando, pero se abstiene de hacer algún tipo de comentario, lo cual es extraño ya que ella disfruta de molestarme con este tipo de cosas y sus comentarios sobre mi relación con Alice son frecuentes cada vez que hablamos, no obstante ella parece demasiado preocupada por su propia relación y también nota que esto no es algo con lo que se deba bromear, y aunque hago mi mejor esfuerzo por ponerle atención a lo que me dice, es básicamente imposible, pues desde que Alice se fue no he hecho otra cosa sino pensar en ella, hasta el punto en que reviso mi teléfono cada dos segundos para confirmar que ella no me ha llamado o escrito algún mensaje, pero nada pasa, solo hay un total silencio de su parte.   Para el momento en que Zara se va, decepcionada porque no obtuvo un consejo real de mi parte, lo cual me hace sentir culpable pues sé que ella está pasando por un mal momento y yo había prometido estar ahí para ella siempre, pero al primer problema con Alice y de inmediato incumplo esa promesa, por lo que me propongo compensarla de algún modo antes de tomar mi teléfono y llamar a la fuente de mi preocupación.   La primera llamada se va directo al buzón, así que intento de nuevo pero es en vano, ella no me contesta, le envío un mensaje de texto pero tampoco responde, por lo que una hora de preocupación más tarde lo intento de nuevo, y esta vez responde con un tono tenso que me pone en alerta de inmediato.   “Alice, ¿estás bien?” le pregunto de inmediato.   “Señor Pemberton, lamento mucho lo que sucedió antes, no era mi intención importunarlo a usted y a su novia,” ella responde en un falso tono cordial y quedo totalmente confundido.   “No estabas importunando y sé que esto va a sonar trillado, pero no es lo que estás pensando,” le digo y después de un par de segundos de silencio ella empieza a decirme: “Señor Pemberton….” Pero una voz masculina la interrumpe.   “Ali, ¿quién es?” se escucha en el fondo.   “Es mi jefe,” la escucho a ella responder tímidamente.   “Pero hoy es sábado,” responde él.   “Sí, es que es un asunto urgente,” ella le dice a modo de explicación y yo siento la sangre me comienza a hervir.   ¿Quién carajos es este imbécil y por qué ella le tiene que explicar con quién habla por teléfono? ¿Qué se cree él que es?   “Lo siento señor Pemberton, me tengo que ir, nos vemos el lunes en la oficina,” Alice me dice antes de colgar y no me da tiempo de hablar más con ella.   Un millón de preguntas asaltan mi mente en ese momento, siendo la más predominante de ellas: ¿Quién es ese tipo y qué relación tiene con ella?, y siento un impulso casi incontrolable de ir a buscarla, pero sé que estaría mal, además del hecho de que no tengo idea de ella en dónde vive, por lo que sería inútil cualquier intento que haga para ello, y siento que el lunes es cada vez más lejano, no sé si pueda soportar tanto tiempo sin tener respuestas.   ---------------------------------------------------------------------------------------   ALICE   “Bien, lo hiciste bien, ahora tenemos que esperar a que caiga en la trampa, recuerda seguir siendo cortante con él hasta que ya no lo soporte más, tienes que hacer que se arrodille a tus pies,” George me dice con una sonrisa torcida que envía escalofríos por todo mi cuerpo.   Lo que temí que pasaría, está sucediendo… él me va a usar para vengarse de Dominic y sé que no puedo culpar a nadie más sino a mí.   Si no hubiese llegado a casa con el rostro lleno de lágrimas, los ojos hinchados y la nariz roja mientras sollozaba sin remedio, totalmente convencida de que mi hermano iba a estar afuera, para luego encontrármelo de frente en la sala, viéndome como si me hubiesen crecido dos cabezas de repente, él no se habría enterado de nada de lo que está pasando con Dominic, no me habría obligado a contarle, si tan sólo me hubiese controlado después de escuchar que va a ser padre, nada de esto estaría pasando.   Tonta, tonta Alice.   ¿Qué hago ahora? ¿Cómo evito que Dominic se acerque más a mí? ¿Cómo lo protejo de lo que sea que George tiene planeado para vengarse de él?   Tengo que pensar en algún tipo de solución y tengo que hacerlo ya, o de lo contrario George va a tener lo que quiere y yo voy a tener que ver sufrir al hombre del que estúpidamente me enamoré, y todo por un tonto error de mi parte; aunque si voy a sacar culpas, tal vez debería empezar por el hecho de que nunca debí dejarme llevar por mis deseos en vez de hacerle caso a mi razón, tal y como he hecho durante los últimos años, lo cual me ha mantenido a salvo después de tantos malos ratos que me he llevado.   Y casi sin planearlo, una idea viene a mi cabeza y sé que será más que perfecta para alejarme de él sin levantar sospechas, así ambos ganamos, él está seguro y se concentra en su novia y su nuevo bebé, y yo puedo dejar de preocuparme por su seguridad, aunque el corazón roto lleve más tiempo en enmendarse.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD