CAPÍTULO VEINTICINCO

1298 Words
ALICE   Me cuesta conciliar el sueño, de hecho, me cuesta hacer cualquier cosa porque tengo la mente demasiado revuelta con pensamientos sobre lo que sucedió en la oficina, ni siquiera recuerdo la breve conversación que tuvimos con George en el auto, creo que me preguntó por qué le había dicho que salía tarde y tal vez hubo alguna amenaza de por medio, lo usual, pero no tengo idea de en qué momento llegué a la casa directo a mi habitación después de haberle informado a mi hermano que no era necesario servirme la cena, pues ya había comido antes.   Y cuando tomé mi teléfono vi las llamadas perdidas de Dominic y un par de mensajes en dónde me preguntaba si estaba bien, sonaba preocupado, por lo que me apresuré a tranquilizarlo, no obstante mis esfuerzos por sonar distante y tratar de ponerle un alto a esta locura fueron en vano, pues tan pronto como él me pidió ir a su casa mañana para trabajar, acepté sin dudarlo, aun cuando sé que las posibilidades de que lo que pasó hoy se repita son bastante altas.   Es casi como si yo estuviera esperando que se repita, mi parte racional y consciente es firme en su decisión de mantenerme alejada de él, pero mi cuerpo pide a gritos que me acerque aún más, que me deje llevar y simplemente disfrute de la cercanía de su cuerpo y la experticia de su toque, y teniendo en cuenta lo inquieta que sigo aún después de que han pasado un par de horas desde eso, me atrevería a decir que una vez ponga un pie en su casa de nuevo, no podré ser capaz de controlar los deseos de mi cuerpo traicionero.   ----------------------------------------------------------------   Cuando mi alarma suena en la mañana del sábado, debo obligarme a levantarme de la cama, pues no logré tener una noche tranquila, primero me costó trabajo dormirme por la ridícula cantidad de escenarios que se vinieron a mi cabeza sobre lo que podría pasar hoy en casa de Dominic, y luego tuve un montón de sueños extraños, e incluso algunos eróticos, los cuales hicieron que me despertara bastante agitada y con el cabello unido a un lado de mi rostro por el sudor.   Nunca me había sentido así respecto a un hombre, en mi adolescencia tuve mucha curiosidad por el sexo opuesto y constantemente me veía rodeada de atención masculina, pero ninguno me gustaba lo suficiente, y después de que sucedió lo de la fiesta empecé a sentir asco por la gran mayoría de hombres, no dejaba que se me acercaran, ni mucho menos que me tocaran y pasaron meses hasta que me interesó alguien lo suficiente para tener una cita, y fue peor considerando que mi padre y hermano me vigilaban constantemente.   Aún así me atreví a salir con ese chico y a acostarme con él, pero fue una muy mala idea, no sólo no fue placentero en lo más mínimo, sino que incluso fue doloroso y él parecía bastante torpe al punto de no hacerme sentir nada más que asco y dolor, por lo que renuncié a las citas de forma indefinida y me concentré en mis estudios y en el trabajo, por lo que a pesar de recibir invitaciones a salir por parte de varios hombres, o cumplidos por mi aspecto, nunca me generaron interés…. Hasta ahora.   Hay algo en la forma en la que Dominic me trata, la cadencia de su voz, la profundidad de su mirada, la corriente eléctrica que dejan sus dedos cuando pasan por mi piel y todas las sensaciones que me hizo sentir en solo un par de minutos, tantas cosas que hace que me cuesta mucho trabajo creer en que sea la misma persona de la que me ha hablado George, no entiendo por qué siguen culpándolo de algo de lo que él probablemente no tuvo la culpa, es difícil de compaginar el Dominic de ayer con el que describen mi hermano y padre en sus relatos de horror.   ------------------------------------------------------------   En la tarde después de haber ido a visitar a mi padre como es usual cada sábado por la mañana, como un almuerzo ligero en la cafetería que queda en la esquina de la oficina, antes de recoger los archivos que Dominic me pidió que llevara a su casa, me tomo mi tiempo seleccionando cada uno de los documentos, pues no puedo negar lo nerviosa que me siento ante la perspectiva de lo que pueda llegar a pasar una vez que llegue allí, no sé si él realmente quiere que trabajemos en el caso, o si sólo estaba buscando una excusa para estar a solas conmigo de nuevo.   Pero sin importar cuál sea la razón, lo cierto es que debo ir y encontrarme con él después de que me vio semidesnuda y básicamente llegamos a segunda base, no sé si seré capaz de mirarlo a la cara sin sentir vergüenza, además de que queda la posibilidad de que él no quiera volver a acercarse a mí de esa forma y por lo tanto yo quede en ridículo al estar imaginando todas estas estupideces. Al llegar a su casa, siento que las piernas me tiemblan ligeramente, mi corazón late desbocado y tengo el impulso de dar media vuelta y regresarme a mi casa antes de cometer alguna locura, pero sabiendo que no sería capaz de hacerlo y que ya he perdido mucho tiempo en la oficina, me dispongo a tocar la puerta con suavidad, casi como esperando a que él no me escuche, pero para mi sorpresa, quien abre la puerta es una señora en sus cincuenta, quien asumo es la misma con la que él estaba hablando el día en que salí corriendo de aquí con aspecto de persona loca.   Ese recuerdo, y el hecho de saber que ella probablemente vio todo, hace que la sangre se agolpe en mi rostro y yo mire hacia cualquier otro lado excepto a su rostro, antes de decirle que Dominic me está esperando para trabajar, ella asiente y me indica que siga hacia dentro de la casa.   “Él está afuera en la terraza, me pidió que la hiciera seguir tan pronto usted llegara,” ella me indica con un gesto tenso el cual es bastante extraño, pero decido no prestarle mucha atención a ello.   “Vale, gracias,” le digo con una leve sonrisa y ella me señala unas puertas dobles de vidrio que dan hacia el lago.   Cuando me dirijo hacia el lugar en donde puedo ver una parte de su pierna y abro con cuidado una de las puertas, noto que él no está solo, hay alguien en la silla contigua a la suya y cuando la escucho hablar reconozco de inmediato de quién se trata, es Zara Arlington, su novia, intento retroceder, pero lo que escucho a continuación hace que me paralice en mi lugar y me quede a escuchar el resto de su conversación.   “¿De qué estás hablando? No entiendo, ¿A qué decisión te refieres? Y ¿Por qué estás dudando?” él le pregunta a ella en un tono preocupado.   “¿Recuerdas que hemos hablado en muchas ocasiones sobre la posibilidad de ser padres, ya sabes, de tener hijos?” Ella le pregunta y Dominic asiente, pero no dice nada más, así que ella continúa:   “Bueno, pues es que esos planes se fueron al traste,” Ella le dice, pero él no parece entenderle, aunque yo sí y mi respiración se atora en mi garganta mientras aprieto con fuerza las carpetas que tengo en mis brazos, preparándome para oír algo que seguramente no me gustará.   “¿Por qué?” Él pregunta confundido.   “Dominic, estoy embarazada,” Ella le responde y yo siento mi corazón romperse en miles de pedazos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD