La obsesión del mafioso

Capitulo 5

Capitulo 5.

Mama era una mujer hermosa, yo me parecía mucho a ella, y ella era la que me había enseñado la elegancia el buen gusto y todo lo que sabia, siempre me había criado con el concepto de que una mujer debía de estar siempre arreglada y pulcra sea la ocasión que fuera, y siempre me había mantenido en esos estándares hasta los últimos sucesos que me habían transformado en otra persona la cual desconocía completamente.

-Mi amor tu no eres así, tu no eres la Carolina que yo crie- me dice y veo tristeza en su mirada- tienes que salir adelante no puedes dejar que esta ruptura acabe con tu vida mi muñeca- la veo tan triste que prefiero omitir los hechos de la noche anterior porque eso solo la haría ponerse peor, y no quería tener a mi madre mas preocupada y menos por mi culpa.

-Tranquila mama, yo saldré de esto, enserio, solo necesito algo de tiempo.

Tiempo para centrarme para sanar, para seguir adelante sin la idea de que compartiría mi vida con esa persona, sin que me doliera el solo hecho de pensarlo, porque me dolía demasiado y estaba segura que los hecho de anoche en gran parte se deben a el, porque si no fuera por su engaño jamás me hubiese puesto en ese estado. Jamás hubiese estado con un desconocido, todo era culpa de Leonardo y yo tenía que sanar y sacarlo de mi organismo.

Al estar sola en mi habitación reflexione y mi amiga tenia razón, a quien iba a denunciar? y los vagos recuerdos de la noche anterior que llegaban a mi yo me veía muy a gusto disfrutando de lo que estaba pasando, había sido una tonta, llame al consultorio de mi ginecóloga e hice una cita para lo mas pronto posible, estar embarazada no era posible ya que tenia puesto el aparato del brazo, pero tenia que descartar alguna enfermedad de transmisión s****l, si me había contagiado de algo no sabría como continuar con mi vida.

También hice una cita con la psicóloga, no porque pensara que estaba loca, pero sabia que es este momento debía de hablar con alguien, con alguien que no me juzgara y que me ayudara a salir del bache en el cual me encontraba, la secretaria de la mujer me dijo que estaban full, me dio una cita para el mes siguiente ya que no era una emergencia, y yo como sabia que el mes siguiente llegaría pronto decidí aceptar, esperando que los días que faltaban marcharan en completa normalidad, eso era lo que mas deseaba en este momento de mi vida.

‘siento haberme comportado como una loca, tienes razón, te llamo después, te quiero mucho

CAROLINA’

Le mando el mensaje a mi amiga y sin esperar repuesta dejo el celular en mi habitación mientras salgo a trotar necesitaba tener mi mente ocupada, no pensar ni en Leonardo, y mucho menos en el hombre desconocido que me había hecho suya en la pista de baile de una discoteca a la vista de cualquiera, si yo estaba loca el mucho mas para cometer tal acto.

Debía de centrarme en mi., pensar en mi y por mi, ya había pasado mucho tiempo pensando en los demás, pensando en como hacer feliz a un hombre que al final de día nada le importo y me engaño con la primera fufurusa que se le presento, no le importo nuestros años juntos, nuestros planes, nada, yo lo amaba, aun lo hacia no iba a mentir, porque el amor no era algo que se iba de un día a otro, pero estaba decepcionada y sabia que jamás lo iba a superar, jamás iba a poder perdonarle lo que me hizo.

-Que lindo verte- me dice mi hermano José y le sonrió, aunque no fuéramos cercanos lo amaba y el a mi- todos estamos aquí para ti lo sabes no?

-Tranquilo, estoy bien- le aseguro y aparece mi otro hermano Carlos, ambos eran muy iguales y se parecían a mi padre, solo se habían sacado los ojos azules de mi madre.

-Si quieres matarlo aquí estamos nosotros- dice en broma y ruedo los ojos- enserio Caro no vuelvas a encerrarte de esa manera por favor, nos tenias a todos muy preocupados.

-No lo hare chicos, estoy bien tranquilos.

Y con eso continuo mi camino trotando por los jardines de la casa, los cuales eran muy amplios y grandes, la verdad en mi casa tenia de todo no podía quejarme de la vida que me había tocado. Mi familia era muy afortunada y por consiguiente yo también, teníamos todo al alcance de nuestras manos y estaba feliz de ello.

Cuando llego a la casa luego de un largo rato trotando me encuentro a mi padre el cual estaba un poco pálido y se estaba agarrando el pecho, no entendía que le pasaba, tenia una leve expresión de dolor en su rostro y no había notado que yo estaba viéndolo.

-Papa que sucede?- le pregunto y el se sorprende al verme- te sientes mal?

-Tranquila cariño, todo esta bien solo tengo una pequeña molestia en el brazo, ya mañana iré al medico pero no le vaya a contar nada a tu madre, ya sabes que se preocupa por nada- asiento aunque no estoy muy convencida por lo cual me acerco a el, y el me da una pequeña sonrisa.

-Papa no puedes con todo tu solo, nosotros ya estamos grandes te podemos ayudar- el me ve con horror y niega- lo digo enserio, quizás necesitas unas vacaciones solo tu y mama.

-Lo tendré en cuenta, pero que te quede claro que tu viejo padre aun puede seguir haciéndose cargo de sus asuntos- me rio porque el era todo un asunto.

Papa me abraza como tenia tiempo sin hacer, se que los preocupe mucho y estaba dispuesta a poner todo de mi para no volverlos a poner en esa situación, en no volverme a poner así por un hombre que al final del día no se merecía mi dolor.

-Guárdame el secreto si?- asiento aunque sabia que mama se terminaría enterando siempre lo hace- se lo diré a tu madre pero cuando tenga una repuesta del doctor, antes no la quiero preocupar.

-Yo te acompaño a tu cita- el se ríe y niega.

-No hace falta cariño, pero gracias.