CAPITULO XXIV. Rubia peligrosa

1034 Words
LUNA ¡Genial! El médico al fin me ha dicho que mi placenta está en óptimas condiciones y me dió de alta, puedo viajar ahora mismo, le diré a Samuel que se prepare para el viaje. SAMUEL Mi señorita Luna querrá viajar de inmediato si el doctor la da de alta, tengo que estar más que listo, aunque quisiera llevármela muy lejos de todo ésto y que nada ni nadie interrumpiera mi sueño de amor, la maternidad le ha sentado muy bien ya que, luce hermosa con su pancita, ¡sus pechos y sus caderas me traen loco! No quiero ni imaginar lo que pasaría si se diera cuenta de cuánto la deseo. JOAQUÍN Voy a buscar a Luna, debo contarle lo de la rubia y pedirle su sabio consejo, obviamente es un sarcasmo, conociéndola, me dirá que ceda ante los caprichos de esa mujer y mis deseos, pero yo debo ser más inteligente para evitar un desfortunio. He llegado y veo que Luna y Samuel se preparan para realizar un viaje, ¿acaso se ha vuelto loca? ¡Debe permanecer en reposo absoluto! — ¿Pasa algo que yo no sepa? — pregunto — Hola hermanito, ¿cómo estás? — comenta ella con sarcasmo — Perdón, hola hermana, ¿cómo estás? — Muy bien hermanito, al fin el médico me dio de alta — ¡Qué bien! ¿Pero a dónde vas tan apresurada? — Mejor no preguntes porque no te gustará mi respuesta — replica — No sé qué tengas tú con ese hombre, pero no permitiré que te enredes con él — No sé a qué te refieres con la palabra "enredar", ¿a que lo defienda o a que me acueste con él? — Ambas, de preferencia — Demasiado tarde y te aviso, de una vez, que no necesito tu permiso ni el de nadie para ir a buscarlo — ¿A que te refieres tú con "demasiado tarde"? — ella se tocó la panza y sonrió, inmediatamente me dió la espalda y continuó llenando su maleta — ¿Te atreviste a...? — Si ya lo sabes, ¿para qué preguntas? — No tienes vergüenza — No, ¿dónde se compra? — ¡Y yo le pedí que te cuidara! — Es tu culpa, entonces — No puedes culparme a mí de tus... — Mejor dime a qué viniste — Tengo un problema — Qué mal — Pero gracias a tí ya tengo la solución, no se vayan sin mí o le diré a nuestros padres sobre tu fechoría — ¡No es una fechoría, Joaquín! — dijo entre dientes — No te enfades o le hará daño al bebé Llamé a mi esposa para que me alistara una maleta de inmediato y me subí al auto con Samuel y Luna, llegamos de pasada a casa a recoger mis cosas y le inventé a mi esposa que Luna tenía que resolver una situación con el negocio hecho con el señor Rivera, mis padres no entendían lo que pasaba, pero no nos quedamos para dar explicaciones. — Ahora dime cuál es tu problema — dice Luna — ¿Recuerdas a las hermosas rubias del antro? — pregunto — ¡Claro que sí!, ¿cómo olvidarlas, verdad Samuel? — dice Luna — ¡Esas mujeres son candela pura! — expresa Samuel — Pues, gracias a los ardientes sucesos de esa noche estoy a punto de perderlo todo — ¿Te dejaste tomar fotos? — pregunta Samuel — ¿Fuiste tan idiota, Joaquín? — insiste Luna — ¡Ni siquiera me dí cuenta! — respondo — ¿Y ahora te está chantajeando? — pregunta Samuel — ¿Cuánto dinero quiere? — pregunta Luna — Ese es el problema, que no quiere dinero, ¡quiere verme de nuevo! — ¡Ay, hermanito! Es que eres tan irresistible — dice Luna — ¡No te burles así de mí! ¡Respétame! Soy tu hermano mayor — Sí, mayormente torpe, no puedo creer que ni para ser infiel sirvas — dijo ella — ¡Oye! ¡Deja de insultarme! — Doy clases los jueves, no cobro mucho, ¿eh? — menciona Samuel en modo burlón — Ustedes dos no deberían estar burlándose de mí ya que, tengo información valiosa de ustedes — Si te refieres al padre de mi hijo, eso no te servirá por mucho tiempo — ¿De verdad te metiste con él sabiendo que era un hombre casado? — Sólo sucedió, ya deja de juzgarme — ¿Y qué tal? — ¡Metiche! — Pero la dejó muy contentita— comentó Samuel — Sí, se ve — respondí sarcástico — Bueno ya, por eso sé que él no fue capaz de cometer un crimen pasional — ¡Pero qué guardadito se lo tenían! Y tú Samuel, necesitas hacer más puntos conmigo, no es justo que me oculten cosas, yo también soy como tu hermano — replico — Ella me hizo jurarle que guardaría silencio — responde Samuel — ¿Pinky Promise? — pregunto — ¡Bueno fuera, bro! — ¿Te amenazó con...? — Así es — ¡Eres muy sádica Luna! — La lealtad así debe ser — responde ella Viajamos largo rato hasta que al fin llegamos a la ciudad donde mi futuro cuñado se encuentra preso, sigo sin creer que se haya atrevido a meterse con mi hermana, pero no lo culpo, ya que nadie se resiste a sus encantos ni a su manipulación. Le escribí a la rubia durante el camino, quedamos de vernos esta misma noche, estoy nervioso y sólo de recordar los apasionados besos de esa noche... ¡uff! Samuel me ha aconsejado que pase la noche con ella para robarle todas las fotos que tiene y eso haré. ¿Será oportuno llamar a la otra rubia para salir los cuatro juntos? Me preocupa dejar sola a Luna. LUNA ¡Ya quiero ver al señor Rivera! Sólo espero que mañana sí sea día de visitas. Me he puesto de acuerdo con los abogados para que me platiquen todos los avances del caso, si es necesario revelar la identidad del padre de mi hijo, ¡lo haré! Al cabo, a mí nunca me ha importado el qué dirán.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD