Dicen que cuando tienes un sueño y lo quieres cumplir este se convierte en meta, he trabajado por mis metas toda la vida, para alcanzar a lo que quiero llegar y lo que quiero conseguir; pero jamás pensé que lo imposible y lo que les pedía a las estrellas podría hacerse realidad. — Connor... — me llama alguien, pero mi mente está perdida, tratando de entender lo que sucede y lo que tengo frente a mí. — Estoy alucinando. — mi voz suena como un susurro. Mis piernas empiezan a moverse tan lentamente acercándose a la cama sin poder pensar o razonar fríamente, no quiero despertar, porque todo esto se siente tan real. — Cuando despierte me va a doler, siempre duele. — No lo es un sueño — escucho a Donna sin dejar de admirar lo que está frente a mis ojos por miedo a que desaparezca.