Me quedé, no sé cuánto tiempo, analizando la casa y las razones de porque Andreina me cito aquí. Yo debo estar demente, ¿Y si Luke tiene razón? Le gustó y está es su casa. ¿Dios, en qué cabeza cabe? Mi corazón le pertenece a una estrella fugaz, a su mejor amiga. Escucho un coche acercarse hasta entrar a la casa, se estaciona al lado de mi auto y veo bajar a Andreina. — Me alegra que hayas venido, tenía dudas de que vendrías. Esa es su manera de saludarme una vez llega a dónde estoy. — Insististe tanto que me dio curiosidad, pero sigo sin entender qué hago aquí. — ¿Cenaste? — Aún no, pero no tengo hambre, ¿podemos ir al punto de mi presencia aquí? — No comas ansias, las buenas noticias de la vida se hacen esperar. — ¿Tienes una buena noticia, pero quieres cenar?— enarco mis cejas y