Pasó una semana después de que ellos regresaron de su luna de miel, porque así lo planearon. Decidieron que su próximo encuentro no fuera planeado, si no fortuito, porque sabía que el destino, quien siempre estaba en sus espaldas, les daría esa oportunidad y ellos sabrían que estaba de su lado.
Ambos no sabían que hacía el otro, ya que para evitar sospechas decidieron no intercambiar números, no enviarse mensajes, nada, porque sabían que el sentimiento les ganaría y que podrían arruinar todo lo que habían formado y planeado para esta vez no dejarse llevar por otros. Así que, aguantaron, si por diez años habían caminado a ciegas, podrían hacerlo por un poco más de tiempo.
Entonces Leo se dedicó a construirse una vida, este tiempo le dio para reflexionar cuál sería su papel en esta tragi
