DIARIO DE MIKE — 19 DE SEPTIEMBRE DE 1988 Anoche comimos y bebimos bien y después regresamos a la habitación felizmente agotados. Hemos estado viviendo nuestra ruta por Italia a través de su comida, y la cercanía al mar hace aún más interesante la experiencia. En Ristorante Piscina comenzamos tomando laganelle e ceci,una sopa de garbanzos con ajo y fideos de pasta corta y unas gotitas de aceite de oliva verde claro por encima. La hogaza de palata, un pan duro y rústico de Campania, ayudó a rebañar el líquido de la sopa. Tras terminar el plato pasamos al linguini con langostinos bañados en salsa de mantequilla, vino blanco y aromatizados con perejil fresco, una pizca de sal y un toque de romero. Tras comernos todo eso acabamos la sobremesa con café expreso y limoncello, una sabrosa bebid