MI DIARIO — 15 DE JULIO DE 2004
Me cambié más rápido que Gaia y me dirigí al vestíbulo de Casa Albertina para esperarla. Mi bañador tipo bóxer (el favorito de los norteamericanos) estaba un poco fuera de lugar en una cultura playera donde los hombres solían usar versiones del atuendo más cortas, pero eso era lo que tenía. Además no pensé que pudiera llevar el look del speedo con la seguridad de los hombres europeos.
Con una camiseta ligera y temática de Jimmy Buffet y una toalla sobre el hombro estaba listo para ver a Gaia. Estuve de pie durante un rato. El reloj probablemente se movía más deprisa de lo que mi imaginación me decía. Tras un momento me di cuenta de que mi postura inmóvil delataba mi nerviosismo. Intenté relajarme y parecer más despreocupado, pero el esfuerzo solo duró uno
