IV. Nathan

2641 Words
El molesto ruido del timbre no paraba, mi cabeza parecía a punto de explotar y mi cuerpo dolía, la había jodido un poco, no podía tener este estado para pelear, era la primera vez que me descuidaba tanto, pero lo necesitaba, necesitaba despejarme un poco y sacar toda la mierda que tenía dentro, quería poder sentirme bien por una vez en mi vida y si salir anoche era la solución, pues me aferraría a ella como si fuera lo más importante en mi vida. Golpes volvieron a escucharse y el timbre volvió a retumbar en mi departamento, maldije y me senté en la cama, refregué mis ojos con las manos y abrí la sabana, fue cuando vi que estaba completamente desnudo, junte mis cejas y voltee a ver el lado izquierdo de mi cama, abrí mis ojos con sorpresa cuando lo encontré vacío, podía jurar que había una hermosa morena a mi lado anoche cuando me dormí. El timbre volvió a sonar. — ¡Ya voy! —grite mientras me colocaba un bóxer y un pantalón holgado. —¿Por qué tanta insistencia? —abrí la puerta de golpe y me frené en seco cuando varios ojos me miraron —¿Qué mierda les pasa? — A mí no me hablas en ese tono —Em paso por mi lado empujándome un poco. — Estas jodido —comentó George mientras seguía a su mujer. — ¿Ya se fue? —pregunto Galy en un susurro. — ¿Quién se tenía que ir? —Molly observo mi casa en busca de algo. — Parece que nuestro hermano tuvo una noche interesante —Oliver carcajeo —Veo que si te funciona —susurro solo para que yo lo escuchase. — Idiota —murmure en respuesta y él rio. — Tratamos de que no vinieran —Mateo entro apenado —Agradece que no están las tías y mi madre también aquí —Thomas y Ian lo siguieron sin decir nada. — Se puede saber qué hacen aquí —cerré la puerta empujándola —Es sábado, no trabajo y estaba descansando. — ¿En qué pensabas? —Emily me miro molesta —Tengo una enorme barriga, dolores descomunales y dos niños que parecen karatecas en mi vientre, así que espero que tu escusa sea lo suficientemente buena. — ¿De qué hablas? —pase la mano por mi pelo. — De esto —George me tendió una revista, otra más —Sales hasta en los diarios. — ¿Eso es malo? —Oliver rio, fue el único porque las mujeres parecían molestas. — Eso depende —murmuro Molly —Has subido en las encuestas como el hombre más codiciado, al que una arpía le rompió le corazón, todos tomaron tus cuernos como algo bueno —se levantó —Ese no sería el problema, sales increíble en la foto, el problema es lo otro —señalo la revista en las manos —La morena con la que abandonaste el antro anoche también sale en todas las portadas, pero no se le ve el rostro, ahora la perra de Paris ha comentado cosas sobre ti —apretó sus puños. — Uno no expone una bomba así sin saber las consecuencias —murmuro George —Ella ha puesto un comunicado. — ¿Un comunicado? —pregunte desconcertado y Emily agarro su teléfono. — “En vista de que mi nombre se ha visto envuelto en una situación desagradable… —mi hermana comenzó a leer —…creo que es mi deber dar mi opinión al respecto, no es porque me interese comentar mi vida privada, como la palabra lo dice, es privada, pero en este caso haré una excepción. —me senté en el brazo del sillón —Hace tres años atrás conocí a una gran persona, puedo decir que me enamore perdidamente de él, nuestra relación fue de público conocimiento, por lo menos lo bueno. No estoy aquí para dar nombres, pero la realidad es mucho más compleja que lo que sale en las portadas de revistas o los diarios de la ciudad, durante estos tres años aguante muchas situaciones por amor —otra vez la palabra situación —Fui recibida con amor por algunas personas y soportado soberbia y malos tratos de otras, sí lo sé, ante el público hay quienes parecen ángeles… en fin, soporte mucho, aguante lo que pude junto a una persona que está dañada, rota de tantas formas que a su lado me sentí consumir —aguante la respiración —Todos sabemos la tragedia que envolvió la familia muchos años atrás, tragedia que tiene solo una persona responsable y que muchos de ustedes adoran, pero no estamos aquí para hablar de eso. Ese acontecimiento trajo consigo muchos problemas para uno de ellos, problemas con los que yo tuve que lidiar sola por la falta de interés de su entorno, si lo sé, suena difícil de creer, pero es la realidad, mientras unos viven felices otros nos consumimos por dentro. Hice todo lo que pude, lo que estuvo a mi alcance, traté de sanar heridas que otros pusieron, pero no pude, mis acciones no fueron suficientes. Creo que todos en esta vida merecemos ser felices, yo lo intente junto a una persona que considere mi todo, pero ya ven que no lo era. Es imposible arreglar algo que no quiere ser arreglado y es más imposible cuando los que nos rodean no ayudan en nada, aun cuando son los causantes, es por eso que puse fin a mi relación. No sé si la manera de hacerlo fue la adecuada, tal vez maneje la situación mal, pero la realidad es que no encontré otra forma, no halle la manera de alejarme sin sentirme una persona horrenda, es por eso que decidí terminar esto de raíz, espero sepan entenderme y respeten que mi vida privada no es distinta a las de ustedes, al fin y al cabo, todos somos seres humanos.” Muchas gracias por su atención París Brown Mi living se quedó en completo silencio, Thomas, Ian y Galy me observaban desde la esquina atentos. Thomas un rubio de ojos celestes, mi amigo me sacaba un cuerpo más en ancho, pelear con él era como golpear una enorme pared de musculo y sonrisa ladina, una enorme sonrisa sagaz. Ian un castaño de ojos marrones como el chocolate, a diferencia de Thomas, él tenía mí misma complexión. Galy por su parte era un término medio, su cabello rubio rojizo le daba un aspecto llamativo, una gran cantidad de pecas se esparcían por su rostro dándole un aspecto aniñado y tierno, algo que se perdía inmediatamente cuando las palabras fluían por su boca. Observé sus ojos verdes que me observaban alertas, supongo que esperaban una reacción de mi parte, mis hermanos solo me observaban, Emily parecía dolida por algo, Molly perdida en sus pensamientos mientras miraba el suelo, George solo miraba a Em que parecía a punto de explotar y Oliver no decía nada. Mateo toco mi hombro en señal de apoyo mientras sus ojos azules con toques de turquesa me miraban. — Eso es lo que crees —susurro mi hermana —Piensas que no nos importas, porque lo que dice ahí es que no te ayudamos en nada de todo esto —ahora entendía su dolor y enojo. — ¿Vas a creer lo que ella diga? —pregunte desconcertado. — Pues al parecer sabe mucho de lo que pasó y lo sabe por ti, no por ninguno de nosotros —espetó —Nosotros no… — Hablan de tema —la corte —Lo sé —mi hermana calló. — Es eso —murmuró Oliver —¿Es por qué jamás lo hablamos? —se paró. — Es nuestra culpa —susurro Molly —Esto es nuestra culpa. — Molly no… —me corto — Molly nada, ¿No lo ven? —miro a mis hermanos y George —Nosotros decidimos que eso no paso, pero si paso, todos lo metimos a él en esto y luego solo esperamos que lo olvidara porque para nosotros eso fue más fácil —miro a mi hermana —Te amo Em, pero no tienes derecho a enojarte cuando con tus mentiras todo se descontrolo y George termino en el hospital, y fue él —me señalo —Quien fue a cuidarlo y estuvo al tanto de todo —me miro —Lo lamento, yo nunca me pregunte como te sentiste al verme herida, cómo fue para ti saber que estaba muriendo, no te agradecí que me acompañaras en la ambulancia y mucho menos que cuidaras de mi cuando mi madre no estaba —tomo mis manos —Lo que te pasa a ti, si es nuestra culpa, porque nosotros hicimos de cuenta que no pasaba nada cuando si pasaba, no te cuidamos, te expusimos siendo un niño. — No fue su culpa —apreté mi mandíbula. — Molly tiene razón —George me miro —Nuestras mierdas llevaron a esto, nos concentramos tanto en hacer que nunca pasó, que nos olvidamos que tu cargaste con eso solo, porque es la realidad, no había nadie más para ayudarte, tomaste responsabilidades, asumiste decisiones de nuestras vidas, aun sabiendo que eso podía generar culpas en ti, decidiste nuestro tratamiento, cuidados, eras un niño —murmuró. — Lo lamento —dijo Oli mientras me miraba —Nunca nos pusimos en tu lugar, solo te arrastramos con nuestra marea —giro para ver a mi hermana —Emily —su tono era severo. — En este momento no puedo pensar bien —se levantó —Necesito irme —nos miró a todos —Lo lamento Nat —trato de caminar a la puerta, pero me puse frente a ella —Hablamos después Nat, ahora necesito irme —balbuceo y la abrace. — No me arrepiento de estar para ustedes, nunca lo he hecho y nunca lo hare —los miré a todos —Siempre me cuidaron cuando era chico, ahora me tocaba a mí y eso hice —mi hermana sollozo un poco y se alejó. — Hablamos después —mi hermana me observo con sus ojos grises cristalizados para luego besar mi mejilla —Suerte en tu pelea. Dicho eso solo salió de mi departamento con George siguiéndola, lo salude con la mano mientras Molly me observaba un momento, después mi cuñada se acercó para abrazarme por un largo rato, beso mi mejilla y salió por la puerta seguida de Oliver que susurro un nos vemos está noche para luego salir por la puerta sin mirar atrás. — Ella lo hizo, hablo lo que le comentaste —Galy me observó mientras pronunciaba esas palabras. — Ella distorsiono lo que le conté —suspire —Simplemente agarro la verdad y la acomodo a su gusto para quedar como una pobre víctima y dejarme como un traumando frente a toda la población, sin contar que dejo a mi familia como unos completos desalmados —me deje caer en el sillón. —Mis padres leerán esto —levante la revista —Y no saben nada de mis sueños —tire la revista en la mesa de té. — Todos sabemos que tu familia no es así, la gente lo saben, sus empleados los aman, ellos no creerán esto —Mateo se levantó del sillón —¿Quieren algo de comer? — Unas pizzas —respondió Thomas —Ahora cuéntanos… —junto sus manos por sobre sus rodillas mientras sus ojos me enfocaban —¿Qué tal la morena? —media sonrisa se formó en mi rostro. — Creo que no me olvidare de ella tan fácil —murmuré mientras los recuerdos volvían a mí. — Vaya eso quiere decir que estuvo bueno —Ian sonrió ——¿Dónde está? ¿Sigue durmiendo? — Se marcho, no sé cuándo lo hizo —junte mis cejas. — La espantaste —Galy se burló—¿Tan mal estuviste? —tomé uno de los almohadones y se lo lancé por la cabeza. — Idiota —carcajee un poco —Necesito saber quién era, al menos su nombre —le acepte el agua a Mateo. — ¿No le preguntaste como se llamaba? —curioseo mi primo. — No, ella tampoco me pregunto cómo me llamaba, para ser honesto —medite un momento —Creo que nos dejamos llevar demasiado y olvidamos presentarnos —tome un trago. — ¿Ustedes? ¿Algo interesante? —mis amigos subieron sus hombros. — Nunca antes de pelear —murmuro Galy. — ¿Qué tal Bruno? —consulte a Mateo. — Está bien, sigue en España —tomó un trago de agua —Marcos y Mer viajan la semana que viene a verlo, tal vez pase navidad con nosotros, al parecer está conociendo una chica, si todo sigue bien vendría con ella, ya sabes... presentar, conocer, aprobación de la familia —comentó tranquilo. — Aprobación de Emily —murmure. — Puede, aunque ya lo supero —subió sus hombros —Tiene amor hacia tu hermana, pero sabe que estaba jodido y lo arruino. Pero no quita que la quisiera —asentí. Yo sabía que Bruno quería a Em, pero nunca lo hizo de una manera sana, no importaba cuando tratara siempre la cagaba y fue por eso que le prohibí cualquier tipo de acercamiento hacia ella que no fuera de amistad. Sabía que consumía y las cantidad de chicas con las que estaba a diario, pero aun así, albergaba la esperanza que recapacitara por ella, que mejorara para estar con ella. Claramente en mi ecuación George no estaba, creo que en la ecuación de nadie George estaba. George fue la mejor elección de Emily, él se encarga de cuidarla, acompañarla y respetarla a cada momento, así como Molly fue la mejor elección de Oliver, mi hermano brillaba cuando ella estaba cerca, logro sociabilizar y recuperar su sarcasmo característico, ellos seguían siendo el uno para el otro, no importaba el tiempo, el amor estaba ahí, intacto… tal y como mi madre decía que debía ser. Ellos se amaban de esa forma de la cual me hablaba mi madre, una forma única y hermosa. La comida llego y así pase mi tarde entre amigos y risas, solíamos juntarnos a relajarnos antes de cualquier pelea, era una forma de darnos apoyo, distendernos o por lo menos dejar de pensar en aquello que nos afecta. Cuando por fin se hizo la hora todos estábamos un poco ansiosos, Galy le tocaba contra un gran contrincante al igual que a mí, tomé mi bolso mientras nos dirigíamos a la puerta. Mateo no peleaba, pero era mi representante y abogado personal, él leí los contratos antes de cada competición y se aseguraba de que todo esté en orden. Bajamos de mi coche y los flashes empezaron, por supuesto Paris haría que mi pelea sea más complicada de lo que ya era, Mateo repetía una y otra vez sin comentarios, por mi parte solo estaba fastidiado de tener que seguir con esto, es por eso que me acerque a mi primo y le susurre unas palabras. — Arregla con un canal, daré una entrevista, contestare sus preguntas o simplemente una conferencia de prensa, pero una vez realizada quiero que me dejen en paz por un tiempo. —afirmó y giro sobre su eje mientras yo me quedaba en el marco de la puerta. — El señor Nathan responderá sus preguntas —todos callaron —Lo hará, ya sea por una conferencia o en algún canal televisivo, la mayoría de ustedes tienen mi número, podemos arreglarlo, pero esta noche no será. —los gritos volvieron y me desaparecí por la puerta. El estadio estaba en su punto máximo de gente, las luces alumbraban la tribuna que no paraba de vibrar gracias a los gritos, la adrenalina subió por mi cuerpo, este era mi lugar en el mundo y esta noche brillaría.
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