Martes, maldito y odioso martes, no había logrado dormir nada, mi mente no dejo de pensar en toda la situación que ahora me rodeaba, estaba agotado mentalmente pero aquí me encontraba, entrando en la empresa de mis padres para cumplir con mis obligaciones, antes de salir directo al gimnasio donde me desahogaría con una gran bolsa de boxeo. Eso necesitaba en este momento, despejarme y ser yo, necesitaba un soplo de aire puro y algo de calma para todo mi sistema y es lo que hice. Luego de trabajar hasta las tres de la tarde fui directo al gimnasio, Carlos me observo con su ceja alzada, apenas se me había ido la hinchazón del rostro, no tenía permitido pelear por dos semanas, pero no me importaba, solo necesitaba descargar y eso hice, golpeé el saco una y otra vez esperando que las respues