Marie jugó con Tempesty y la atendió bastante bien considerando su estado con muletas, aún así, tuvo un momento de sensibilidad cuando la niña acarició su rostro golpeado con una cara de seriedad que se le hizo sorpresivamente conocida. Era la misma que ponía Mónaco. -El tiene que ser tu papá, ¿No es así?- murmuró a la niña mientras esta jugaba con sus muñecos de peluche sobre la alfombra que adoraba. -Papá- murmuró Tempesty y Marie la miró asombrada. -¿Qué dijiste?- le preguntó. -Papá- señaló a la puerta mientras repetía y Marie asintió pensativa. -Así es, cariño… Papá- dijo acariciando su cabello con una mano. Definitivamente él era su padre. Entonces, ¿La mujer que estaba con él la noche anterior era la madre de Tempesty? Si así lo fuera debería vivir con ellos, ¿Cierto? Pero Móna