Mónaco miraba a la chica con preocupación. Había ordenado algo para ella, un sándwich de pavo y un jugo de durazno y mango. Ella tomaba el jugo con cuidado para no provocarse el vómito pero el pan no lo miraba para nada, aunque se veía muy provocativo se negaba a aceptarle nada a ese hombre. Y no, no era personal, era simplemente su personalidad. Ella no aceptaba limosnas de nadie. -Oh, Dios, lo lamento mucho- dijo avergonzada. A Mónaco le alivió ver color en sus mejillas y su consciencia no se había equivocado, se veía más color en su boca ahora. ¿Pero por qué detallaba eso? -Tú… Tú venías a la entrevista, ¿No es así? Ella asintió repetitivamente. -¿Ya se acabó?¿Escogió a alguien?- preguntó deseando que así no fuese para tener una mínima esperanza. Tempesty se carcajeó por algo que